Aunque todavía faltan varias semanas para que la mesa tripartita que negocia el salario mínimo (conformada por Gobierno, empresarios y sindicatos) inicie sus reuniones para hablar del incremento del salario mínimo para 2021, la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) y el sindicato de los docentes del sector público (Fecode) abrieron el debate. Ambas organizaciones se unieron en las últimas horas alrededor de una petición que no es nueva: llevar este pago al millón de pesos. Aunque no entregaron una cifra puntual, el diario La República destacó que la propuesta de ambos sindicatos sería equivalente a un incremento de hasta el 15%, similar a la proposición de la negociación de un año antes, cuando todos los sindicatos se unieron alrededor de una propuesta del 12%. En esta oportunidad, Diógenes Orjuela, presidente de la CUT, dijo en Semana que ahora, más que nunca, como consecuencia de la crisis que desató la covid-19, se necesita “meter plata en el bolsillo de la gente” como vía para impulsar la reactivación de la economía. El dirigente sindical agregó que esta propuesta sigue el supuesto de que, con más dinero, los hogares aumentarán su consumo y así las empresas tendrán que incrementar su producción y generar empleo. Sin embargo, la contraparte son los empresarios, que tendrán que pagar esos salarios y los llamados costos no laborales. Es decir, los aportes adicionales que tiene una nómina formal y terminan elevando el presupuesto que se debe asignar a cada trabajador, como los aportes a las cajas de compensación. En ese sentido, y teniendo en cuenta sus expectativas sobre la pandemia, el promedio de los empresarios encuestados por el Banco de la República señaló en julio de este año que el aumento del salario debería ser, aproximadamente, de un 3,8%. Historia repetida Estas diferencias entre la propuesta de los sindicatos y la de los gremios, que también se reúnen alrededor de una sola cifra, no son nuevas. Un año atrás, los sindicatos también llegaron a la mesa con la propuesta de un incremento del 12% para que el salario mínimo llegara al millón de pesos, mientras que los gremios proponían un 4,5%. Finalmente, las conversaciones -como es usual- no dieron fruto y el Gobierno terminó decretando un incremento del 6%, idéntico al que había decretado para 2019. Además, los subsidios de transporte también se elevaron en un 6% para cada año, pese a que la inflación fue del 3,8% para 2019 y del 4,09% para 2020, así como los incrementos en productividad, según las proyecciones que había para el momento, no alcanzaban el 1%. Durante el debate, por un lado, los sindicatos advertían que los ingresos de los trabajadores que reciben el salario mínimo no eran suficientes para atender sus necesidades. Sin embargo, en Colombia se calcula que entre el 50% y el 60% de los trabajadores son informales y, por lo tanto, reciben menos de un salario mínimo; de ahí que estos ajustes les terminen ampliando la brecha y excluyéndolos de la formalidad. Por su parte, los empresarios argumentaban que aumentar el salario mínimo es subir otra serie de costos, como los ya mencionados, lo que limita el presupuesto de las empresas. Para intentar repararlo y aumentar la formalidad laboral, distintos sectores han propuesto continuar con las reducciones de los costos salariales no laborales, tal como se hizo con la reforma tributaria 2012, que redujo los aportes parafiscales. Inflación y productividad Por ley, el incremento del salario mínimo para cada año tiene como piso el resultado de la inflación anual y el cálculo de la productividad, en este caso, de 2020. Sin embargo, la productividad en el país, tal como se ha advertido en repetidas ocasiones, no ha incrementado al ritmo esperado para impulsar el crecimiento económico. Por año, esta ha reportado un crecimiento inferior a un punto porcentual en varias oportunidades, e incluso ha sido negativa. Por ejemplo, para 2019, el Departamento Nacional de Planeación (DNP) calculó inicialmente un incremento de la productividad del 0,52%, superior en 0,08 puntos porcentuales frente al reporte de 2018. Esta cifra fue tenida en cuenta para el debate del incremento del salario mínimo. Sin embargo, ya en marzo de 2020, el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) reveló que, realmente, la productividad total de los factores cayó un 0,45% en el año anterior, aunque solo la productividad laboral aumentó el 0,21%. Es decir que el incremento mínimo del salario para este año tendría que haber estado en alrededor del 3,5% si se tienen en cuenta únicamente estos dos factores y simplemente para mantener el poder adquisitivo de quienes reciben esta remuneración por su trabajo. Para 2021, el debate también deberá tener en cuenta que se espera que la inflación sea cercana al 2% por cuenta de la misma crisis, pero el próximo año tendría que ser el del impulso a la economía con mayor consumo interno y generación de empleo.