Recordada por haber sido la escogida para hacer el piloto en el transporte aéreo, con el primer vuelo comercial entre Bucaramanga y Cúcuta, la aerolínea EasyFly anunció este miércoles su decisión de acogerse a la ley de insolvencia, para iniciar un plan de reestructuración que le permita seguir a pesar de la crisis económica que atraviesa este tipo de compañías. La compañía, 100 por ciento colombiana, confirmó que mantendrá la normalidad en la operación de vuelos piloto durante agosto, como estaba previsto, y espera retomar la normalidad de sus operaciones habituales en septiembre, según lo anunciado por el Gobierno hasta ahora, para las actividades del transporte aéreo.
La ley de insolvencia, conocida coloquialmente como ley de quiebras, es un mecanismo que se solicita ante la Superintendencia de Sociedades, de manera que las firmas tengan un aire para negociar con mayor holgura ante los acreedores. Es como pedir un ‘pare‘ mientras la compañía toma aire, tras estar subiendo una cuesta sin tomar mucho líquido o alimento. Durante 2019, la aerolínea que tiene por objetivo conectar a las ciudades pequeñas del país, cerró la temporada con más de dos millones de pasajeros, lo que implicó un crecimiento del 64 por ciento, operando más de 53.000 vuelos anuales, en 44 rutas conectando 30 ciudades, con una presencia en el 72 por ciento del territorio colombiano. Hasta antes del coronavirus, la aerolínea aplicó su plan de expansión, a través de grandes inversiones que hizo para modernizar su flota de aviones. En el 2020, antes del coronavirus, la expectativa de crecimiento estaba muy por encima de la expansión que -se esperaba- tendría la economía colombiana: 3,6 por ciento. Por esta razón, EasyFly proyectaba un crecimiento del 33 por ciento, según indicó Alfonso Ávila, presidente de la aerolínea. Desafortunadamente, la pandemia llegó como un ciclón para el transporte aéreo. Fue lo primero que apagó motores en medio del inminente riesgo de contagio con covid-19 en las aglomeraciones.
A las drásticas medidas aplicadas por el Gobierno nacional, para mitigar la propagación del virus, se le sumó la crisis internacional del precio de petróleo, clave para la operación de las aerolíneas. La actual coyuntura ya ha dejado en la quiebra a varias aerolíneas en todo el mundo, sin contar con que continúa la incertidumbre sobre lo que viene en materia sanitaria. Avianca, por ejemplo, se acogió a la ley de bancarrota, según las normas de los Estados Unidos. Luego le siguió Latam. Y a nivel internacional la lista es larga. En el caso de las compañías aéreas que operan en Colombia, la parálisis fue repentina y total. Ávila señala que las compañías quedaron sin ingresos para cubrir una importante estructura de costos fijos. Por ello, luego de cuatro meses de inactividad, asumiendo costos que no se pueden evadir y que se han seguido acumulando, toman la decisión de solicitar a la Superintendencia de Sociedades, acogerse a la ley de reorganización.
El presidente de EasyFly señala que, aunque han tratado de sobrellevar la crisis, con vuelos chárter y planes pilotos, estos aún son insuficientes para cubrir estas deudas. Es así como, acuden a la normatividad colombiana, que otorga a las compañías viables que se han visto afectadas por la pandemia, la posibilidad de reestructurar sus deudas para seguir operando bajo condiciones sostenibles que garanticen la continuidad de las empresas. La compañía reitera que el acogimiento a esta ley en nada afectará el normal funcionamiento de la compañía, ni la calidad de su servicio.