A partir de esta semana Ecopetrol tiene nuevo timonel. Ocupará la silla del presidente Juan Carlos Echeverry, reconocido economista curtido en el sector público como jefe de Planeación Nacional y ministro de Hacienda y con prestigio en los círculos internacionales. El relevo en la cabeza de la petrolera es una noticia importante porque es la mayor empresa del país –donde tienen acciones más de 400.000 colombianos– y la principal fuente de ingresos fiscales, pues con sus utilidades el gobierno financia buena parte del gasto social. Echeverry recibe una vara muy alta tras los ocho años de la era de Javier Gutiérrez, un exitoso capitán que llevó a buen puerto a Ecopetrol y transformó la compañía. Pero ese no es su único reto. El nuevo comandante se echa al hombro un trasatlantico cuando la tormenta y el oleaje rugen con más fuerza. Ecopetrol atraviesa dificultades por la caída mundial del precio del crudo que ha golpeado sus ingresos y la acción, por los recientes escándalos de corrupción, por el malestar laboral que empieza a sentirse y que ha venido capitalizando la Unión Sindical Obrera (USO) y por la urgencia de encontrar petróleo para elevar las reservas. Juan Carlos Echeverry tiene todos los pergaminos y la trayectoria, pero en esta difícil coyuntura se van a necesitar muchos atributos personales y profesionales para liderar la empresa más grande de Colombia. 1. Credibilidad: Echeverry trabajará en uno de los sectores más técnicos y especializados de la economía, por lo que tendrá que ganarse la confianza y credibilidad de todos en esta área. Además de ser un gran economista, deberá mostrar que rápidamente se pone a tono con la complejidad de la industria petrolera. Quienes lo conocen señalan que Echeverry ha seguido de cerca a Ecopetrol, pues fue miembro de su junta directiva –como ministro de Hacienda– entre 2010 y 2012. Muchos de sus colegas afirman que es bueno tanto en lo macro como en lo micro y no le quedará grande el tema. Conoce como pocos al país y los entornos internacionales, y eso es una ventaja en esta industria. 2. Independencia: Para alguien tan cercano al gobierno –fue el primer ministro de Hacienda de Santos I y el jefe programático en la campaña 2010– este es un doble desafío. Juan Carlos Echeverry tendrá que demostrar –como dice un analista– que no llegó un “yes-man” a la hora de traspasar utilidades al gobierno o, como señala otro colega suyo, deberá asegurar que Ecopetrol no será una “iguana lechera” para solventar los líos fiscales del gobierno. Aunque la empresa es del Estado en un 85 por ciento, el nuevo presidente tendrá que seguir manejando la empresa de manera autónoma e independiente. Los socios minoritarios esperan que haga valer sus derechos frente a los intereses del socio mayoritario. Por su parte, el mercado confía en que las decisiones se tomen sin presiones del Ministerio de Hacienda porque una cosa es Ecopetrol y otra el manejo fiscal del país. También es cierto que su cercanía con la Casa de Nariño puede convertirse en un elemento clave en ciertas coyunturas. Su profundo conocimiento de los temas fiscales también es una fortaleza. 3. Carácter: Juan Carlos Echeverry llega a manejar unos temas sensibles. Los recientes escándalos de corrupción han lastimado la imagen de la petrolera; por lo tanto, se espera que no tenga ninguna consideración con quienes participaron en actuaciones irregulares. Quienes conocen a Echeverry afirman que no le temblará la mano para hacer los cambios necesarios. Pero le implicará asesorarse bien y rodearse de un equipo de su confianza. Echeverry también tendrá que hacerle frente al malestar laboral que empieza a sentirse en la compañía. La reducción de las inversiones y el aplazamiento de proyectos han generado descontento en muchas regiones petroleras, lo que la USO ha venido capitalizando. Los recortes en la nómina de la cadena de contratistas de las petroleras, en general, han generado un mal ambiente laboral que podría complicarse. La USO ya había desactivado la posibilidad de un paro, tras negociaciones con el ministro de Trabajo, Luis Eduardo Garzón, pero volvió a hablar de esa posibilidad. Una huelga en este momento sería muy perjudicial para Ecopetrol. Echeverry tendrá que respetar el derecho sindical pero hacer menos concesiones absurdas. Mostrar que es un presidente conciliador, pero también que tiene temple porque en las relaciones con las comunidades –donde hay mucha presión– se necesita combinar muy bien carácter y tolerancia. 4. Austeridad: El nuevo timonel de Ecopetrol tendrá que liderar el plan de ajuste aprobado por la junta directiva para enfrentar la caída del precio del petróleo. Manejar la compañía con máxima austeridad dada la reducción en costos e inversiones. Cabe recordar que los costos bajaron en 3.565 millones de dólares. A Echeverry le tocará ejecutar en este 2015 un plan de inversiones de 7.860 millones de dólares, un 25 por ciento menos que el año pasado. Llegar a la compañía en un momento no tan boyante le impone un gran reto. Analistas esperan que si es necesario adelgazar la estructura de Ecopetrol para volverla más liviana y sin burocracia, Echeverry lo tendrá que hacer. Al fin y al cabo tiene una nómina gigante con unos 8.000 empleados directos y más de 30.000 contratistas. No se pueden tomar decisiones de tipo político que se expresan en empleos y contratos, y menos en un año electoral. 5. Saberse rodear: Echeverry tendrá que armar su propio equipo directivo y asesorarse bien. En esta nueva etapa estará acompañado por Camilo Marulanda, quien acaba de ser nombrado como vicepresidente ejecutivo. Lleva 12 años en la empresa y ha pasado por las posiciones más relevantes, por lo que se espera que haga buena llave con Echeverry. Quienes conocen al nuevo presidente afirman que sabe rodearse muy bien. Mencionan que cuando aceptó trabajar para la campaña de Juan Manuel Santos conformó un equipo de lujo. Se llevó a varios exdirectores y exsubdirectores de Planeación Nacional, los cargos técnicos más importantes del Estado. 6. Liderazgo: Después de un extenso estudio de planeación, Ecopetrol ha establecido nuevas estrategias y prioridades; Echeverry deberá liderar su implementación. Como él mismo señaló, las nuevas líneas de acción permitirán fortalecer a Ecopetrol para que siga creando valor para sus accionistas y para Colombia. Como nuevo timonel tendrá que trabajar duro en invertir más en exploración, el corazón y rentabilidad de este negocio. Analistas advierten que si Ecopetrol quiere mantener su liderazgo y su valor accionario debe garantizar un aumento de las reservas. Hoy están en 2.084 millones de barriles que alcanzan para casi ocho años. Conocida la decisión sobre Campo Rubiales –que vuelve a manos de la empresa–, la visión gerencial será muy importante y Echeverry tendrá que saber dónde explorar y cruzar los dedos para encontrar buenos yacimientos. 7. Gerencia: En la agenda del nuevo presidente de Ecopetrol lo urgente es tan crítico como lo importante. Echeverry tendrá que pensar en el corto, mediano y largo plazo. Entre los temas que pronto tendrá que atender está la venta de activos no estratégicos como la participación en la EEB; en Interconexión Eléctrica S. A. (ISA) y en Invercolsa. Otro tema de suma importancia es presionar la entrada en operación de la Refinería de Cartagena, de la cual ya se han recibido 29 de las 31 plantas del complejo. Esto es muy importante para Ecopetrol pues le dará caja en el negocio de la refinación. Cada día que se demore su entrada representa mayores costos para la petrolera. Además, tendrá que decidir con tiempo qué hacer con más de 20 contratos de asociación que se vencen en los próximos seis años, de los cuales depende una tercera parte de la producción. Menudos retos.