Ecopetrol vive una doble pandemia: la caída en los precios del petróleo y la del covid-19. Aunque este es un común denominador para todo el sector, para la petrolera estatal es un problema aún más serio. El pasado 8 de abril murió uno de sus trabajadores por coronavirus. Se convirtió en la primera víctima fatal en Santander.Su muerte avivó el miedo colectivo en el departamento, que ocupa el lugar 17 de contagios a nivel nacional, según las cifras oficiales, pues se demostró que ha tenido alta letalidad con pocos casos confirmados (38 a corte del 26 de abril, tres de ellos fallecidos). En Barrancabermeja, la capital petrolera, contaban en ese momento un deceso del único caso confirmado. En los días siguientes se confirmaron otros cinco casos más y se estudia si uno de ellos está relacionado con el primero.Sucedió en la madrugada del 8 de abril en la Clínica Foscal Internacional de Floridablanca, donde se encontraba en la unidad de cuidados intensivos. El trabajador había sido trasladado de la Policlínica de Ecopetrol en Barrancabermeja, donde residía, cuando su diagnóstico se agravó.  Era diabético no insulinodependiente. Para el día en que llegó la confirmación de la prueba de covid-19 —el 6 de abril— el trabajador ya estaba muy mal. Sus síntomas se presentaron desde finales del mes de marzo, primero como una gripa fuerte que después requirió hospitalización.

Foto: Gobernación de Santander.La muerte de este hombre de 49 años, que se desempeñaba como operador en la refinería, captó la atención en Barrancabermeja. Al día siguiente el gobernador de Santander, Mauricio Aguilar, viajó a revisar la capacidad instalada en los hospitales y prometió que en el próximo mes se habilitarán 50 unidades de cuidados intensivos en la ciudad, la mayoría de ellas en el Hospital Regional del Magdalena Medio. Además, para evitar la propagación de la pandemia todos los días se cierran las vías terrestres y las vías fluviales de seis de la tarde a seis de la mañana.El mayor reto en este caso es ubicar la cadena de contagio. El nexo epidemiológico con el virus está en estudio, lo que genera más incertidumbre en la ciudad y también dentro de Ecopetrol. Esto hizo que la estatal aumentara el número de pruebas practicadas para un total de 37 trabajadores, que permitirán confirmar o descartar tanto las hipótesis sobre la posible fuente primaria del contagio como la presencia de la enfermedad en quienes fueron considerados contactos cercanos.

Pero esto no fue todo. Se agudizaron también las labores de limpieza y expertos en epidemiología del Instituto Nacional de Salud (INS) fueron a revisar la refinería y el plan de prevención. Según Ecopetrol, los expertos les dieron el visto bueno y solo solicitaron revisar los sistemas de aire acondicionado. “Es por eso que para mejorar la ventilación de las áreas industriales se verificó la efectividad de los sistemas de filtración química de los sistemas de aire acondicionado y se incorporaron prácticas de recambio de aire en algunos espacios, de tal modo que el aire se renueve en forma permanente a lo largo del día”, explicó la estatal.A raíz de este caso, las medidas de prevención en Ecopetrol se extremaron. Tuvieron que apagar la unidad Cracking UOP II, una de las principales productoras de gasolina, porque allí operaba el trabajador que murió. La refinería facilitó una zona de aislamiento en el Club Miramar con 30 camas para los trabajadores de la planta. Según la Unión Sindical Obrera, se trata de unos 10 trabajadores. “Lo que despierta suspicacias es que él tuvo síntomas cuando aún estaba trabajando”, aseguró Edwin Palma, presidente de la USO.

Ecopetrol ha dicho que desde que la Organización Mundial de la Salud informó de la pandemia ellos iniciaron con las medidas de prevención. Diariamente, antes de ingresar a las instalaciones, les realizan controles para verificar sus condiciones de salud; además, no pueden desplazarse a otras ciudades, ni siquiera en sus días de descanso, y debe existir una distancia social de entre 1,5 y 2 metros en las filas de ingreso a los servicios de transporte y alimentación. Ahora, tras la muerte del trabajador, el número de personas que operan las plantas se ha reducido en cerca del 85 por ciento. La cifra a nivel nacional es de 10.000 personas en trabajo remoto.La estatal petrolera tiene el reto de seguir abasteciendo la demanda del mercado al interior del país. En su operación normal la refinería de Barrancabermeja, la de mayor capacidad del país, cuenta con tres unidades de cracking que “suman una capacidad de 89.000 barriles por día. Una vez se apaga la unidad de Cracking UOP II, entra a operar la unidad de Cracking UOP I, que tiene capacidad para procesar hasta 28.000 barriles por día, suficiente para cumplir con la demanda actual de combustibles”, explicó Ecopetrol.Reducir la producción al mínimo vital significa que en la refinería de Barrancabermeja operan 8 de las 52 unidades que hay en total. Se está ajustando su carga promedio en 116.000 barriles por día, que representan el 50 por ciento de reducción en su producción. Sin embargo, tanto Ecopetrol como la USO aseguran que no han despedido a sus colaboradores directos. “No se ha presentado una sola terminación de trabajo de un empleado de Ecopetrol por cuenta de la emergencia de la covid-19”, explicó la petrolera.

Foto: Ecopetrol.Los grandes afectados han sido algunos de los trabajadores tercerizados. “Corresponden al 78 por ciento de la oferta laboral. Lo que sucede es que Ecopetrol suspende los contratos con esas empresas y ellas a su vez echan a la gente”, dice el presidente de la USO. Ecopetrol explicó que tomó la decisión de suspender, de común acuerdo con los contratistas, la ejecución de algunos contratos de manera temporal, en cumplimiento de las medidas emitidas por el Gobierno para “garantizar la salud de las personas”.Pero lo cierto es que la industria de hidrocarburos no pasa por su mejor momento, pues con la pandemia se completó la “tormenta perfecta de la destrucción de la demanda”, tal como lo dijo la Opep, que además habla de una caída histórica de 6,85 millones de barriles por día. En un hecho sin precedentes, el pasado 20 de abril el precio del crudo WTI se desplomó y llegó a cotizar por debajo de cero.

En Colombia, el sector de hidrocarburos aporta el 5 por ciento del Producto Interno Bruto nacional, así que el golpe al sector es muy duro para las finanzas del Estado y para las regalías con las que los entes territoriales hacen sus proyectos de inversión. Además de producir la gasolina, el diésel y otras materias primas que mueven las industrias del país, los hidrocarburos son los mayores generadores de divisas porque es el producto que más exporta el país. Incluso en momentos en que los precios internacionales no son los mejores.“Todas las empresas en este momento están produciendo a pérdidas, pues los precios internacionales están por debajo del punto de rentabilidad, por la caída en la demanda de petróleo a nivel mundial (30 %) y la limitada capacidad de almacenamiento. Esto afecta principalmente a las empresas privadas por los altos costos de los oleoductos en el país, que en algunos casos son más del doble que en otros países”, dijo Francisco José Lloreda, presidente de la Asociación Colombiana de Petróleo.Ante la incertidumbre, Ecopetrol está buscando soluciones. Anunció que para obtener liquidez decidieron utilizar la totalidad de los recursos asociados a la línea crédito contingente de financiamiento por 665 millones de dólares contratada con Scotiabank (430 millones de dólares) y de Mizuho Bank (USD235 millones), otorgada en septiembre de 2018, pero que hasta el momento no habían necesitado. Además, contrataron nuevos créditos de corto plazo con entidades locales e internacionales por un monto total equivalente de USD 410 millones. Estas medidas “fortalecen la posición de liquidez de la compañía, en un entorno de alta incertidumbre donde la protección de la caja es un objetivo fundamental”, explicó la estatal petrolera.Ecopetrol vive un momento complejo. Su funcionamiento es vital para que el país siga funcionando en medio de la pandemia, y además, está de luto por la muerte de su trabajador que, sin duda, ni la empresa ni sus compañeros ni su familia olvidarán.