Después de un prolonga-do periodo de debilidad, el dólar de los Estados Unidos ha vuelto a surgir como la divisa preferida por los inversionistas en todo el mundo.Las principales monedas del planeta han perdido valor este año frente al rey verde que volvió a su trono. Entre enero y septiembre, el euro se ha devaluado 8,4 por ciento, mientras que el yen ha caído 4,2 por ciento. En su conjunto, las divisas latinoamericanas se han depreciado 6,6 por ciento, y el peso chileno ha sido el más afectado, con una pérdida de valor de casi 14 por ciento frente al dólar. Por su parte, el peso colombiano se ha debilitado 5,3 por ciento; el peruano 3,4 por ciento y el mexicano 2,5 por ciento. El real brasilero, que en lo corrido del año se ha devaluado 4 por ciento, tuvo un septiembre negro. En dicho mes, esta moneda se depreció casi 10 por ciento frente a la moneda estadounidense.Las divisas han sido empujadas a la baja por varias razones. La principal tiene que ver con el desempeño de la economía mundial, pero también algunos factores locales han presionado las monedas hacia la devaluación, como las tensiones políticas en algunos países.En el tema global la recuperación de Estados Unidos ha motivado a los inversionistas a refugiarse en instrumentos denominados en dólar. El apetito por esa moneda se ha acentuado en el último mes, a medida que se acerca la decisión de la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos de subir las tasas de interés de corto plazo. Un alza en los intereses en ese mercado atraerá más dinero de todo el mundo hacia dicha economía, y elevará tanto la demanda como la cotización del dólar. Muchos analistas creen que la FED aumentará las tasas el próximo año, por lo que los inversionistas han comenzado a prepararse.Ahora bien, en el caso de los países latinoamericanos se han reducido los flujos de capital e incluso algunos han salido a buscar refugio en la moneda que sigue siendo la más dura del planeta. En septiembre fue notoria la caída en varios de los mercados bursátiles. La Bolsa de Valores de Sao Paulo (Bovespa), la séptima bolsa de valores más grande e importante en el mundo, y la primera en América Latina, cayó 12 por ciento. En Colombia la bolsa retrocedió 5,3 por ciento en septiembre; en Perú 4,5 por ciento y las de México y Chile descendieron más de 1 por ciento.Además de los efectos globales, en Colombia otros elementos han aumentado la expectativa de devaluación del peso. Entre ellos, los menores ingresos petroleros, relacionados precio y producción. En general, hay una disminución en los precios de exportación de los bienes de origen minero, pero también de otras materias primas como el café. Cabe anotar que a la par con el ascenso del dólar, los commodities –por estar denominados en esta divisa– descienden. Las exportaciones de bienes de Colombia entre enero y agosto de 2014 cayeron 2,7 por ciento. Aunque nadie tiene la bola de cristal para pronosticar el rumbo que tomará el dólar, hay un amplio consenso entre los analistas de que -para lo que resta de este año- en Colombia la divisa estadounidense se moverá hacia los 2.050 pesos. Algunos creen que si bien en algún momento de 2014 podría bajar de los 2.000 pesos, sería temporal. Hacia 2015, la mayoría de los pronósticos del mercado apunta a un dólar en el terreno de los 2.100 pesos.En general, los pronósticos sobre tasa de cambio indican que para 2015 la tendencia es de devaluación en todas las monedas latinoamericanas. Es decir, el dólar barato no se verá más por algún tiempo. Los países que sufrirán las mayores depreciaciones serán los que tienen bases económicas más débiles y una inflación más alta, que no es el caso de Colombia. Lo cierto es que un dólar moviéndose entre los 2.000 y 2.100 pesos no representa una amenaza para la economía colombiana, aunque afecte a quienes tienen deudas contratadas en esa divisa o a los importadores. Ese nivel de tasa de cambio luce muy cómodo para la industria que se vio afectada por la pasada revaluación. Los exportadores están dichosos con que el verde vuelva a reinar.