El gobierno colombiano, en una acción sin precedentes en su historia comercial, acaba de imponer el cobro de un derecho a las importaciones de etanol de maíz, que en teoría compensa el subsidio que Estados Unidos le otorga a su producción. La decisión se dio debido a que en los últimos 2 años el etanol originario del país del norte ha estado a punto de arrasar con la producción nacional del bioetanol -la mezcla de gasolina y etanol que logra combustibles más amigables con el ambiente-. La posición de los productores colombianos siempre ha sido que sí a las importaciones, pero no subsidiadas. Y los resultados preliminares de la investigación que inició en enero pasado el gobierno para confirmar si este etanol era subsidiado en Estados Unidos indican que es así. Lea también: ¿Por qué no todos celebran el TLC con Estados Unidos? Por eso a través de una resolución del pasado 3 de mayo, la dirección de Comercio Exterior del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo notificó que durante los cuatro meses siguientes, el etanol importado de este país tendrá que pagar de manera provisional un gravamen advalorem del 9,36% adicional al arancel que se aplica a este producto proveniente de Estados Unidos. Esta tasa constituye un derecho compensatorio para que, al menos temporalmente, se evite el efecto negativo sobre los productores nacionales. La investigación preliminar logró confirmar tres temas que representan una alteración de las normas comerciales: en primer lugar, que sí hay subsidio al producto que se importa de Estados Unidos; segundo, que las variables financieras y económicas de los productores nacionales de etanol muestran que hay años y tercero, que existe una relación causal entre el daño ocasionado por estas empresas que reciben subvenciones y los competidores locales que no los tienen. Por eso se impuso el derecho compensatorio. Pero esta no es una medida definitiva. En la misma resolución, el Ministerio señala que la investigación continuará y que tres meses después de la expedición de la resolución se espera que el Comité de Prácticas Comerciales, órgano en el que están representadas altas autoridades del tema comercial y de competencia, se reúna para pronunciarse de manera definitiva sobre esta investigación. ¿Cómo se llegó a esta decisión? En septiembre del año pasado Fedebiocombustibles, gremio que representa a los productores de etanol del país –los ingenios Incauca, Manuelita, Mayagüez, Providencia, Risaralda, Riopaila-Castilla, así como Bioenergy- elevaron el caso ante el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y pidieron su intervención porque las importaciones de etanol de maíz proveniente de Estados Unidos les estaba generando daños económicos en buena medida porque su producción está subsidiada. Le recomendamos: Cinco quejas que empresarios de Estados Unidos le plantearán a Duque Luego de abrir la respectiva investigación el pasado 28 de enero, el proceso arrancó y las partes comenzaron a presentar las pruebas. Fedebiocombustibles, por ejemplo, aportó datos sobre el modelo de subsidios y la gran cantidad de programas que en Estados Unidos operan para los productores de maíz y de biocombustibles a partir de este grano. De acuerdo con la información aportada por el gremio, se estima que en 2017 los subsidios tanto federales como estatales para productores de maíz y de etanol a partir de maíz pudieron llegar a unos US$6.345 millones. Los productores de Estados Unidos presentaron su defensa y señalaron que estos montos no corresponden en su totalidad a subsidios al etanol de maíz que se exporta a Colombia pues en buena medida son para apoyar a los cultivadores del grano que en buena medida se vende en ese territorio. Sin embargo, de manera preliminar la Dirección de Comercio Exterior del Ministerio logró establecer, como lo señala en la resolución del pasado 3 de mayo, que el producto exportado a Colombia sí recibía subsidio, sí estaba afectando la producción nacional y sí existía una relación de causalidad directa. El margen de la subvención que otorga Estados Unidos a este producto que se importa en Colombia fue definido por el Ministerio en 9,36% y por esa razón se fijó en ese mismo porcentaje el gravamen advalorem adicional. Al cobrar esta tarifa sobre las importaciones de etanol de maíz proveniente de Estados Unidos, el gobierno busca equilibrar las cargas para los productores colombianos, que desde 2017 han tenido que soportar la competencia del producto importado. Para la exviceministra de Comercio, Olga Lucía Lozano, en el país existen dos posibilidades para que se corrijan los desbalances que existen entre productos nacionales frente a los importados: de un lado los derechos antidumping y de otro, los derechos compensatorios. Los derechos antidumping funcionan cuando hay una evidente diferencia entre el precio doméstico de un producto y el que tiene en su exportación, y esta hace que sea menor el del producto vendido en el exterior. En este caso existe un dumping. No se puede perder: ¿Por qué la gasolina debería estar más cara en Colombia? Los derechos compensatorios operan cuando, tras una investigación, se confirma que hay subsidios a los productos exportados, y por esa razón resultan más competitivos. Este es el caso que se estaría presentando con el etanol de maíz proveniente de Estados Unidos. De hecho, en Perú se falló recientemente una investigación similar y allí también los productores locales lograron probar que los precios del etanol importado de Estados Unidos, al recibir subsidios, terminaban afectando a los productos peruanos que no los recibían. Los productores colombianos esperan que una vez venza la medida provisional de derechos compensatorios, sea el Comité de Prácticas Comerciales el que se pronuncie de manera definitiva para que el empleo, la producción y los ingresos de los fabricantes nacionales no se sigan deteriorando.