No es sorprendente explicar el movimiento del dólar en Colombia a partir de los eventos internacionales, ya que la tasa de cambio refleja el valor relativo de la moneda nacional frente al billete verde. Por lo tanto, la incertidumbre que generan las elecciones en Estados Unidos se convierte en un factor devaluacionista.
Esta ha sido la situación de todas las monedas de Latinoamérica, que se han venido debilitando a medida que se acercan los comicios que se disputarán Kamala Harris y Donald Trump. El problema es que al parecer en Colombia eso no es lo único que está encareciendo al dólar.
La llegada del primer gobierno de izquierda al país llevó la tasa de cambio a los 5.000 pesos por dólar, especialmente, por muchos de los anuncios y reformas planteadas desde el Ejecutivo, pero tras los resultados de las elecciones regionales de octubre de 2023 –en las que aumentaron los contrapesos al Gobierno central–, la tasa de cambio empezó a corregir a la baja y desde noviembre del año pasado y hasta principio de septiembre de 2024 se mantuvo entre 3.764 y 4.200 pesos.
Durante todo ese tiempo hubo dudas y volatilidad relacionada con la reducción de las tasas de interés en Estados Unidos, que finalmente se dio en septiembre de este año, pero lo que realmente hizo que el dólar empezara a subir en Colombia fue la elección de Claudia Sheinbaum como nueva presidenta de México. Aunque es una economía totalmente diferente a la colombiana, los inversionistas internacionales suelen ver a América Latina como un bloque y si tienen dudas sobre alguno de sus miembros, piensan que todos tienen los mismos problemas. El temor a Sheinbaum, al ser la continuación del también izquierdista Andrés Manuel López Obrador, se acentuó con la reforma a la justicia que se hizo en México, para permitir la elección popular de los jueces, lo que puso a muchos en ese país y a los analistas financieros con los pelos de punta, dándoles, de paso, otro coletazo a las monedas de los países vecinos.
A ese complicado contexto internacional, se le suma una situación fiscal doméstica cada vez más vulnerable. Hay dudas con el presupuesto de este año y del entrante, cae el recaudo tributario, hay propuestas para incumplir la regla fiscal y, como si fuera poco, avanza en el Congreso un acto legislativo para aumentar de manera considerable el giro de recursos del Gobierno central a las regiones, con el agravante de que el dinero público cada vez alcanza menos.
El resultado es una tasa de cambio, que hoy supera los 4.400 pesos, su nivel más alto de 2024, y una devaluación en lo que va de 2024 de 15,4 por ciento.
En el Banco de la República también asocian las presiones cambiarias recientes a la caída en el precio del petróleo y a la incertidumbre en torno a la situación fiscal de Colombia, la cual debe aclararse para “serenar los mercados y mantener la estabilidad macroeconómica del país”, sostienen en un comunicado.
Felipe Campos, gerente de Estrategia de Alianza Fiduciaria y Valores, confirma que la subida del dólar este año es regional, pero la aceleración reciente en Colombia sí estaría relacionada con el Congreso, que hasta ahora ha sido reconocido como uno de los contrapesos importantes para moderar las reformas del Gobierno, pero no lo ha hecho en el proyecto que sube los giros a las regiones.
“De todas maneras, el movimiento del dólar sigue explicado en un 80 por ciento por la crisis mexicana, en 10 por ciento por el tema gringo, que yo espero que se calme después de elecciones, y en 10 por ciento por el factor local”, considera Campos y dice que el cierre de año dependerá de las variables económicas estadounidenses que, de mostrar una mayor solidez, implicarán un dólar más fuerte.
“Creemos que la tasa de cambio se puede estabilizar alrededor de 4.400 a 4.500 pesos y que comience a bajar a final de año, una vez pase el ruido electoral y que la gente se dé cuenta que las presiones inflacionarias en Estados Unidos son para abajo, pese a los anuncios de Trump, en caso de que sea elegido”, precisa este experto.
En este contexto, tanto Campos como los analistas de Bancolombia esperan que el peso se recupere al cierre de 2024 y la tasa de cambio termine por debajo de los 4.200 pesos.