Esta es la pregunta que el 78 % de las organizaciones a nivel global se está haciendo, aun cuando los estudios confirman que las de mejor desempeño en estas áreas generan 2.6 veces más de rendimiento total para sus accionistas.
Las cifras reveladas por Accenture en el análisis ‘Midiendo la sostenibilidad para crear valor’ confirman lo que los mercados ya anticipaban: generar impacto positivo para las comunidades y el medio ambiente significa también generar impacto positivo en la rentabilidad y la gerencia del negocio.
Durante la COP26, liderada por las Naciones Unidas y con amplia participación del sector privado, se hizo evidente el compromiso de las compañías por aportar a través de sus inversiones y decisiones al futuro del planeta; sin embargo, también mostró cómo la sociedad demanda cada vez más hechos ciertos, medibles y con proyección en el tiempo, para darle su apoyo a quienes realmente son coherentes entre el discurso y la práctica.
A propósito, el 59 % de los corporativos analizados señala haber definido o alineado sus propósitos y visiones en los últimos 18 meses, tomando en cuenta el impacto que esperan generar en sus entornos.
“Estamos observando cambios acelerados en varias dimensiones; por un lado, la tecnología esta generando disrupciones en todos los negocios; por otro lado, la urgencia por atender los desafíos del cambio climático es cada vez mayor y en simultanea las nuevas generaciones valoran el éxito laboral movidos cada vez más por un sentido de propósito. Con esto en mente, vemos indispensable que la estrategia de todas las compañías evolucione hacia un capitalismo consiente, que es aquel que mide la rentabilidad de manera integral e incorporando los impactos a largo plazo de todas las dimensiones. Trazar una ruta que incorpore los objetivos ESG es un imperativo para todas las compañías pues esto determinará cada vez más su acceso a capital y a talento”, señala María Fernanda Suárez, Presidenta Ejecutiva de Accenture Colombia.
Los objetivos ambientales, sociales y de gobernanza, popularizados en el mundo empresarial bajo la sigla ESG o ASG en español, han cobrado importancia en los últimos años, convirtiéndose en nuevas métricas a incluir en los informes anuales de resultados; sin embargo, sigue siendo un campo retador el lograr que las mesas directivas comprendan la relación directa entre éxito en los negocios y logro de los ESG.
A propósito, la consultora global señala cuatro puntos clave para evolucionar en línea con los ESG:
· Comprometerse públicamente con establecer objetivos de valor para la estrategia y la ambición de sostenibilidad que busca lograr la compañía.
· Centrarse en la medición, la rendición de cuentas y la gestión eficaz, de modo que se consolide el ‘ADN de la sostenibilidad’ en cada área y en cada práctica organizacional.
· Buscar los datos adecuados para tomar mejores decisiones a todos los niveles, utilizando las soluciones tecnológicas existentes y las que están surgiendo rápidamente.
· Ir más allá de la presentación de informes y su divulgación, hasta lograr que la sostenibilidad sea parte del nuevo modelo de negocio de las compañías.
La medición se convierte en uno de los factores clave para el avance de la mirada sostenible en los negocios. Será a través de los resultados que se compruebe cuál es el impacto que tienen las decisiones de un colectivo frente al entorno en que hace presencia y, a la vez, frente a sus propias expectativas de captura de valor. Sin embargo, apenas el 31 % de las empresas afirma haber integrado un modelo de datos y medición a los aspectos medioambientales y sociales que tienen relación con sus procesos operativos y de gestión.
“Utilizando la tecnología y las prácticas empresariales adecuadas, ahora existe la oportunidad de que las organizaciones recopilen datos ESG exhaustivos que ayuden a transformar el modo de hacer negocios, creando responsabilidad en toda la organización, alcanzando los objetivos globales de sostenibilidad y, en última instancia, creando un mayor valor empresarial”, concluye el estudio.
Los ESG son importantes para el mercado y, por tanto, tienen directa correlación con el valor empresarial. Por ello, para satisfacer las demandas de los clientes y asegurarse de que el impacto de las decisiones ambientales, sociales y de gobernanza siga siendo una oportunidad más que un riesgo financiero, las empresas deben reconsiderar la sostenibilidad y su medición como parte de sus modelos estratégicos antes de que los indicadores corran en contra.