Aunque ya probablemente no habrá espacio ni tiempo para seguir con una negociación que lleve a un acuerdo consensuado sobre el incremento en el salario mínimo de 2021, este jueves hay un nuevo encuentro de la mesa tripartita, cuyo objetivo es presentar las salvedades alrededor de la propuesta del 2 % que hicieron los empresarios, frente a las aspiraciones de los trabajadores (1.000.000 más 120.000 de subsidio de transporte).

Varios empresarios se han salido del ‘redil’ que está representado en algunos gremios económicos –los más grandes– que tienen asiento en la mesa de concertación. Uno de esos empresarios es Christian Daes, presidente de Tecnoglass, quien sorprendió con su famosa expresión ‘mandan huevo’, emitida ante la propuesta de incremento que ofrecieron los empresarios.

SEMANA consultó a Daes para medir la conexión que hay entre lo que predica y lo que aplica. He aquí sus explosivas declaraciones.

SEMANA: Usted armó un polvorín en el país, al criticar la propuesta de incremento en el salario mínimo de sus homólogos: los empresarios. ¿Cuáles son sus argumentos?

Christian Daes (C.D.): En Colombia no estamos mirando bien la realidad del país. Hay mucha gente necesitada, pasando trabajo. Los que podemos, estamos pensando que el salario mínimo es un buen ingreso.

La realidad es que el salario mínimo no alcanza para nada. Yo he sacado la cuenta en Barranquilla. Los empleados toman dos buses de ida y dos de regreso para llegar hasta sus sitios de trabajo. Pagar 4 buses requiere 8 mil pesos diarios, multiplicado por 25 días, serían 200.000 pesos. Además de eso, pagan 7.000 pesos en el corrientazo, por 25 días, son 175.000. Solo les quedan 500.000 pesos para el arriendo, la luz, el agua, el teléfono, la salud, el colegio... El salario mínimo no alcanza.

Imágenes de las reuniones virtuales para la negociación del salario mínimo. | Foto: Cortesía

Ahora, no es que un incremento del 3 % les vaya a solucionar el problema. Pero si todos los años le vamos subiendo el 3 o el 4 % adicional a la inflación, de aquí a 20 años hemos corregido parte del problema.

SEMANA: ¿Usted hace eso en su empresa?

C.D.: El sueldo mínimo en la empresa es de 977.000 pesos, son 100.000 pesos más que el mínimo oficialmente establecido. Aparte de eso, les doy el subsidio de transporte en dinero, pero les facilito el traslado: proveo los buses para llevarlos y traerlos.

También les subsidio el almuerzo en un restaurante moderno en el que, en vez de pagar 7.000 pesos por un corrientazo, pagan 4.000 por un buen almuerzo. Esto es para devolverle la dignidad a la gente.

No estoy diciendo que subamos el sueldo en un 30 % porque de pronto no lo soportan las empresas en este momento, pero sí hay que devolverles un poco a la gente que nos ayuda a producir.

En mi caso, yo no hago las ventanas, las hacen ellos, y les ponen la dedicación para sacar el mejor producto de ventanería que hay en el mundo. Eso hay que retribuirlo.

Tenemos que preguntarnos por qué la luz, el agua, el celular... todo es más caro en Colombia que en otros países y lo más económico tiene que ser la mano de obra.

SEMANA: ¿Cuántos empleados tiene su compañía?

5.700.

SEMANA: Es decir, su compañía es de las grandes. Pero el 80 % de los empleadores en el país son pequeñas empresas que argumentan que trabajan con los mínimos y no podrían hacer altos incrementos salariales.

C.D.: Sí, eso lo acepto. Pero, si los grandes creamos una liga de empresas con el fin de que el sueldo básico sea un 10 o un 15 % por encima del sueldo mínimo y le vamos dando el ejemplo a las mipymes de que se puede hacer empresa honrando a la gente, ayudándolos a salir adelante, podemos lograr cambios. Además, si un señor que tiene una tienda, y no le puede pagar 30.000 pesos a un empleado, porque se quiebra, entonces el hombre no tiene tienda.

SEMANA: ¿Por qué su empresa no pertenece a la ANDI, uno de los gremios que defiende la propuesta de incremento del 2 %?

C.D.: Estos gremios no pelean porque el gas subió el 14 %, porque acá la gasolina es dos dólares más cara que en Estados Unidos. Nunca los ves peleando porque el gas natural se paga a 7 dólares el millón de BTU y en Estados Unidos se paga a solo 2,50. Nunca los oyes pelear porque la luz que se paga en Barranquilla es a 500 pesos el kilovatio o porque el agua está muy cara. Pero sí pelean cuando van a subirle el sueldo a la gente en 1 o 2 %.

SEMANA: ¿Qué piensa usted de ese argumento según el cual no se podrá generar empleo si suben el salario en más de 2 %?

C.D.: ¡Por favor!, que mandan huevo. Llevan 20 años con el mismo cuento. Si fuera un cuento nuevo, lo acepto y se les da la oportunidad de probar su teoría. Pero llevamos más de 20 años con el mismo argumento de que si subimos el salario no vamos a poder generar más empleo. Si es así, ¿dónde están los empleos?

Les han quitado parafiscales y otras cargas porque el costo de la nómina era muy alto y siempre piden más.

Yo no es que esté a gusto con todos los impuestos que estoy pagando en Colombia, ni con todos los costos de energía o con el precio del dólar.

Pero es que uno, o decide trabajar o decide quejarse. La gente en Colombia ha optado por vivir de la queja y no del trabajo.

A mí realmente me sorprende que gente tan pudiente y tan inteligente arranque solicitando un incremento del 2 %, porque eso es como cuando tú te aprovechas de tu posición fuerte para que la persona débil nunca pueda avanzar y competir contigo.

El fuerte tiene que demostrar su nobleza permitiendo que el débil se ponga a su altura. ¿Cómo se hace eso? Supongamos que la inflación de este año va a ser del 2 %, pues subamos los sueldos en 5 o 5,5 %. Hagamos el esfuerzo.

Llevemos la jornada laboral de 48 horas a 47 por dos años, y el siguiente año la bajamos a 46, y después a 45. ¿Para qué? Para devolverle a la gente la dignidad. O hasta cuándo vamos a seguir teniendo esclavos aquí.

SEMANA: También está en el visor de los que negocian el salario mínimo la famosa cifra de la productividad, que fue negativa. ¿Qué piensa de eso?

C.D.: El próximo año va a ser un año bueno, de recuperación. Pero supongamos que el año entrante no sea bueno y que subimos en 3 % el salario. No pasa nada. Nadie se va a quebrar por eso.

Lo que yo le pregunto a la ANDI es si no le da miedo seguir ahorcando a la gente más necesitada. Pongámonos la mano en el corazón.

Comisión de expertos también aportaron ideas para la discusión del incremento en el salario mínimo. | Foto: Cortesía Ministerio de Trabajo

SEMANA: Pero tampoco es cuestión de corazón. Las centrales obreras argumentan que, en esta coyuntura, poner plata en los bolsillos de los colombianos es un negocio para las empresas, porque así tendrán quien les compre.

C.D.: Yo creo que el corazón tiene un papel importante porque seguimos en una economía que solo se mueve por indicadores económicos y se olvida de que estamos tratando con seres humanos que tienen familia e hijos. No podemos, en pleno siglo XXI, seguir manteniendo un tipo de esclavitud innecesario. Podemos ir devolviéndole cosas a la gente, enseñándole a trabajar con más productividad. Eso genera progreso.

SEMANA: ¿Cuál es su plan con la generación de empleo?

C.D.: Yo vivo y quiero morir con las botas puestas. Quiero seguir generando más empleo y tratando con dignidad a la gente. Los que podemos tenemos la necesidad imperiosa de ver la realidad y no lo estamos haciendo. El país es extremadamente desigual.

SEMANA: ¿Cómo le fue a su empresa en la pandemia?

C.D.: Bien. Hay veces que uno no vende tanto, pero todo no se puede medir por la plata. Que estemos hablando hoy ya es una ganancia. Le hemos ganado hasta ahora la batalla por la vida a la pandemia. Las empresas siguieron funcionando, qué importa si vendimos 15 % menos. Este año no se recordará por el 15 % menos que vendió Christian Daes, sino por los 40.000 muertos que llevamos en Colombia.

SEMANA: ¿En cuanto cree que se debe y puede aumentar el salario mínimo entonces?

C.D.: Entre el 4,5 y el 6 %. Yo le pido al presidente Iván Duque que se ponga la mano en el corazón, que la gente está pasando trabajo. No creo que 30 mil pesos más para un empleado vayan a significar que se van a perder empleos. A las mipymes, si así se requiere, que les ayude con 20 mil pesos por empleado. Pero lo que no podemos es seguir abusando de los trabajadores.