Durante el gobierno de Gustavo Petro, los colombianos han sentido que las superintendencias han tenido un remezón, lo que ha sido motivo de críticas, pues se percibe como una manera de tomar las riendas en temas que requieren autonomía.
Estas entidades hacen parte del sector descentralizado de la rama Ejecutiva y deben cumplir la función de ser una especie de policía administrativa, tarea que requiere cierta autonomía, pues se encargan de la inspección y vigilancia, para intentar garantizar que todo lo relacionado con el sector público funcione de la manera más eficiente.
En el país hay 10 superintendencias y en todas hubo cambio de timonel, menos en la de Sociedades, por lo que el asunto se vio como un compendio de movimientos políticos.
El caso de Billy Escobar Pérez es particular. Venía del gobierno anterior y fue ratificado en el cargo, según anuncio hecho el 12 de octubre del año pasado, decisión que fue soportada, tanto por el presidente Petro, como por su ministro de Comercio, Germán Umaña.
En entrevista con SEMANA, Escobar respondió acerca de si está o no politizada la SuperSociedades, como lo sostienen algunos críticos y sobre qué tan independiente se siente para hacer la misión que tiene de inspeccionar y vigilar.
“Llegué y estoy aquí porque soy técnico. No soy político, no sé de política y afortunadamente el presidente Petro privilegia a los que venimos de la academia. Soy una persona de discurso social, no de ahora, sino de toda la vida. Siempre me ha preocupado la pobreza, me duele la injusticia. Eso lo he dicho en mis clases, en mis conferencias. No soy social de ahora, soy social de siempre”.
El superintendente dijo que se identifica plenamente con el Gobierno nacional, “con el presidente. Creo que el empresariado necesita una apuesta social precisamente para llegar a más colombianos, para ser sostenibles, para ser innovadores”.
Además, sus argumentos sonaron similares a los que emite el Gobierno. “El gran motor del trabajo en el país es precisamente esa pequeña y mediana empresa, la que a veces no miramos tanto. Entonces, yo me siento a gusto”.
Así se siente en el Gobierno de Petro
La actividad que adelanta la SuperSociedades ha llevado a que Escobar sea visto como un ‘perseguidor’, según él mismo dijo. Más aún, teniendo en cuenta que el gobierno ha enviado señales de no ser muy amigo del sector privado.
Al respecto, esto dijo Escobar. “He ido a todas las regiones y me han tratado de forma maravillosa. Lo primero es que todos identifican en Billy Escobar un superintendente cercano a las empresas. A veces he tomado decisiones que son impopulares y más adelante los mismos empresarios dicen: ‘sí, tenía razón’. Mi mensaje es el diálogo”.
El superintendente insistió en que viene de la academia y de allí trajo lo que sabe: “lo que sé es educar, orientar, acompañar. Eso lo han sabido leer así los empresarios”.
Pero, a su juicio, tampoco tiene reparos en ser crítico cuando así se requiere. “Con las cámaras de comercio he tenido un diálogo franco también y -si se quiere fuerte-: tienen que cambiar el chip, hacer énfasis en llegar a las regiones y viajar menos fuera del país; formalizar más gente, ayudarle al empresariado a hacer tejido social empresarial para que tengamos un sistema empresarial sólido, porque también hay que decirnos la verdad: el sistema empresarial colombiano es incipiente”.
Reforma a la Ley de Insolvencia
Escobar también habló de la reforma a la Ley de Insolvencia que avanza y será tramitada ante el Congreso de la República. “La Ley 1116 ya tiene 18 años, pero en ese tiempo el mundo ha cambiado. La fuente máxima de riqueza no es la misma que había antes. Hoy, por ejemplo, el valor que tiene la agricultura en la economía de las naciones -lo que a veces era despreciado y que está ligado con el medio ambiente- es preponderante”.
En concepto de Escobar, “a veces sentimos que hay que equilibrar las cargas en esos procesos de insolvencia e, incluso, de reorganización, mirando que también hay acreedores que son débiles y que a la hora de llegar a esos procesos siguen siendo débiles. Y a la hora de repartir lo que queda no alcanza para llegar a ellos”.
De esa manera, según manifestó el superintendente, “la idea es poner a tono esa legislación de hace 18 años para hacerla corresponder con la realidad de hoy. Presentaremos a mitad de semestre un proyecto de ley nuevo, innovador, bastante social, que reconozca a esa mayoría de empresas para que en el momento en que entren en dificultad, tengan el lugar que les corresponde, independientemente de su condición económica”.