Todo está en venta. Esa parece ser la premisa con la que opera el más importante magnate de los medios del planeta, Rupert Murdoch. El pasado primero de mayo lanzó una sorpresiva oferta de compra al Grupo Dow Jones, propietario del diario The Wall Street Journal. El precio de la oferta: 5.000 millones de dólares, el equivalente a 60 dólares por acción, casi un 70 por ciento más de lo que cuesta actualmente. Y también el equivalente a 16 veces las ganancias antes de impuestos esperadas para el año 2007, de lejos, el múltiplo más grande de la industria editorial. Semejante oferta tan estrambótica tomó por sorpresa a todo el mundo de los negocios. Y muy especialmente a los dueños del Grupo Dow Jones, que ni siquiera tenían la compañía en venta. El shock fue particularmente duro para la familia Bancroft, dueña del 52 por ciento de las acciones con derecho a voto. Aunque la respuesta inicial de los Bancroft fue que no estaban interesados en vender, pocos creen que no estén analizando con cabeza fría la multimillonaria propuesta de Murdoch. Y las razones son varias. Por un lado, las generaciones más jóvenes de la familia están tratando de convencer a sus mayores de vender las acciones y tomar el dinero del magnate australiano-estadounidense. Al fin y al cabo, las cosas para los periódicos en el mundo no son nada fáciles por estos días. El rápido crecimiento de la publicidad en Internet está haciendo mella en todas las publicaciones impresas y todo apunta a que la industria del papel está destinada a sufrir un durísimo revés, incluidas predicciones como las de la revista The Economist.Los jóvenes Bancroft quieren tomar la oferta antes de que sea demasiado tarde y Murdoch cambie de parecer. No quieren que les pase lo mismo que a los Chandler, la familia dueña de Los Angeles Times y The Chicago Tribune. Después de pensarlo mucho y de oír mil ofertas, terminaron vendiéndole la compañía hace un mes a Sam Zell, un hombre del mundo inmobiliario que terminó pagando por ella un precio bastante barato. A eso se suma que en los últimos años los Bancroft le han sacado tanta plata a la empresa, que no han podido reinvertir dinero en la compañía. Hace un año, por ejemplo, el Grupo Dow Jones tuvo ganancias por 81 millones de dólares, de los cuales 80 millones se repartieron en forma de dividendos. El asunto es de tal magnitud, que incluso el propio gerente del Grupo, Richard Zannino, considera que sería una locura no venderle a Murdoch. Lo mismo piensa el 48 por ciento de los accionistas que no son de la familia Bancroft. Algo debe de andar mal desde que el gerente y la mitad de los accionistas estén a favor de la venta.Ahí nace precisamente la pregunta del millón que toda la prensa mundial se hace por estos días: ¿Para qué quiere Murdoch quedarse con Dow Jones? ¿Para qué, si ya es dueño de un imperio mediático que haría palidecer de envidia al propio Ciudadano Kane, el todopoderoso personaje mediático del clásico del cine dirigido por Orson Welles? Murdoch es propietario de 175 diarios en todos los continentes, posee en Estados Unidos la cadena de televisión Fox, los estudios de cine 20th Century Fox y el sitio en Internet MySpace. Una de las cosas que esperaría con la compra del Grupo Dow Jones es entrar con fuerza al periodismo de negocios. Aparte de The Wall Street Journal y su lucrativo negocio de suscripción wsj.com, Dow Jones es dueño del semanario para inversionistas Barrons, la agencia de cables Dow Jones Newswires, la base de datos y noticias Factiva y el sitio web financiero Market Watch. También le serviría para aumentar su presencia en Asia. A pesar de que el magnate ya cuenta con una compañía de televisión con base en Hong Kong, Star Tv, y otra en la India, Star India, aún no ha despegado con éxito en ese continente. La presencia de Dow Jones en Asia, a través del Wall Street Journal Asia y de Dow Jones Newswires, le daría a Murdoch un pilar mayor en esa región del mundo, de lejos la más poblada del planeta. De hecho, el magnate de 76 años ya ha dicho públicamente que de llegar a adquirir la compañía, lo primero que haría sería revitalizar las ediciones de Europa y Asia del Wall Street Journal.Otra cosa que busca Murdoch con la compra de Dow Jones es un mayor contenido. En el mundo actual, la clave del éxito de los medios de comunicación es el contenido y este se logra difundir a través de una mayor cantidad de canales. De hecho, Murdoch planea lanzar hacia fines de año Fox Business News Channel, un canal de televisión dedicado a las noticias de economía y negocios, que competirá con Cnbc, propiedad de NBC Universal. Hace años que Cnbc tiene un acuerdo para compartir contenidos con The Wall Street Journal, bajo el cual varios periodistas del diario aparecen en los programas del canal de televisión. La compra de Dow Jones podría reforzar la programación de Fox Business News, la apuesta televisiva para este año del magnate australiano.En el fondo, la preocupación de muchos -incluidos los Bancroft- es el uso que Murdoch le pueda dar al diario financiero más prestigioso y tradicional del mundo. Por un lado, su canal de televisión Fox News es un gran show mediático de corte amarillista y ultraconservadora donde expresa abiertamente su preferencia política por figuras como George W. Bush. Por otro, sus periódicos The Sun en Londres y The New York Post son los más sensacionalistas de todo el planeta.Si bien es cierto que Murdoch es un pulpo, que Fox News es su vitrina y que los diarios sensacionalistas son su debilidad, también es un hecho que ha sacado de las cenizas a publicaciones tan serias como las británicas The Times y Sunday Times. Les metió músculo financiero, los sacó de la crisis y los reavivó en sus ventas. Gracias a esa forma de hacer negocios es que hoy su conglomerado mediático News Corporation tiene una capitalización de 70.000 millones de dólares en Wall Street, de lejos el imperio mediático de mayor valor de todo el planeta. Si Murdoch se llega a quedar con Dow Jones, se reconfiguraría por completo el periodismo de negocios en Estados Unidos y el mundo. La oferta de Murdoch puede desatar una guerra de contraofertas que atraería firmas de medios como Washington Post Co., New York Times Co. e incluso Bloomberg. Hasta habla de nombres de posibles postores como General Electric, Google y hasta Microsoft.Como dirían los gringos: "business is business". Lo demás es puro cuento.