La derecha, Donald Trump y el Partido Republicano no fueron los únicos ganadores tras las elecciones en Estados Unidos. Hubo otro gran triunfador: el bitcóin.
Después de la victoria del republicano, esta criptomoneda se disparó: de valores apenas superiores a los 70.000 dólares saltó a los límites de los 93.000, llegando a máximos históricos en cerca de una semana. Posteriormente se ajustó y su precio ha estado bordeando los 90.000 dólares en los últimos días.
De hecho, expertos como Alejandro Beltrán, cofundador y country manager en Colombia del exchange Buda.com, consideran que antes de finalizar este año el valor podría superar la barrera de los 100.000 dólares.
“Este logro notable refleja una mayor confianza en los activos digitales en medio de un escenario de cambios económicos y políticos, particularmente las elecciones en Estados Unidos”, asegura Guilherme Nazar, vicepresidente regional de Binance para América Latina.
Además, la reducción de tasas de interés en economías como Estados Unidos, la zona euro y China ha inyectado liquidez en los mercados de capitales.
Pero ¿cuál fue el papel de Trump? Según Bloomberg, el entusiasmo del presidente electo por las criptomonedas “está energizando” el mercado, y los comerciantes de activos digitales anticipan un contexto regulatorio más amigable.
“Se ha traducido en un optimismo renovado. Se espera que bajo su liderazgo las políticas sean más favorables para las criptomonedas, lo cual ha elevado las expectativas de los inversores y ha contribuido al aumento de precios. Aunque es solo un factor entre varios, el efecto Trump ha reforzado la percepción del bitcóin como un activo respaldado políticamente en Estados Unidos”, afirma María Fernanda Juppet, CEO de CryptoMKT.
El llamado “efecto Trump” ha jugado un papel crucial en el impulso alcista del bitcóin. Como explica Beltrán, su estrategia política ha estado alineada con el sector de las criptomonedas, pues en Estados Unidos hay más de 52 millones de personas que poseen estos activos, “lo que representa un grupo demográfico atractivo para ganar influencia y votos”. Y agrega que sus anuncios de políticas favorables han provocado un clima de confianza entre los inversionistas.
Pero el impacto de Trump no es lo único que ha favorecido el comportamiento de los criptoactivos. Por una parte, el lanzamiento de fondos cotizados en bolsa (ETF) en enero en Estados Unidos amplió la participación institucional en el mercado de las criptomonedas, en especial del bitcóin, respaldado por fondos como BlackRock y Fidelity, dice Nazar.
Los cálculos de Beltrán aseguran que fondos de inversión globales han acumulado cerca de 1.200.000 bitcoines en ETF desde enero. Según Juppet, BlackRock destinó más de 680 millones de dólares en pocos días, lo que generó un clima de confianza. Desde Binance calculan que, a partir de su lanzamiento, nueve fondos han administrado 68.500 millones de dólares en bitcoines, lo que representa alrededor del 5 por ciento de los bitcoines existentes.
Por otro lado, la correlación entre el bitcóin y otras criptomonedas es positiva, lo que significa que se mueven en la misma dirección. “Sin embargo, algunas criptomonedas, como las memecoins, experimentan aumentos notables debido a factores políticos. Un ejemplo de esto es dogecoin, que subió más de un 150 por ciento, en parte, gracias al apoyo de Elon Musk, aliado de Trump”, dice Beltrán.
Entretanto, según Juppet, mientras que el bitcóin se percibe cada vez más como una reserva de valor, las memecoins “tienden a comportarse más como activos especulativos”.
La otra sorpresa es el crecimiento del bitcóin y, en paralelo, el fortalecimiento del dólar. Juppet destaca que, aun cuando tradicionalmente un dólar fuerte reduce el atractivo de activos alternativos, ese actual incremento simultáneo sugiere que los inversores buscan diversificación: “El bitcóin, en este contexto, se percibe como un refugio de valor independiente de la volatilidad del dólar, especialmente en un entorno inflacionario y de incertidumbre económica global”.