Texas, uno de los 50 estados de Estados Unidos de América, será la nueva casa de Elon Musk, el multimillonario presidente ejecutivo de Tesla Inc., compañía productora de carros eléctricos.
El anuncio lo hizo el martes en una entrevista concedida a The Wall Street Journal, en la que confirmó que abandona su lugar de residencia en la famosa área californiana de Silicon Valley, en el sur de la Bahía de San Francisco, donde están asentadas las grandes compañías tecnológicas.
En Texas, estado en el que cada vez tienen más presencia las empresas de Musk, habría beneficios personales para el empresario, según registra la publicación de WSJ: allí no recauda impuestos estatales sobre la renta o las ganancias de capital para las personas.
El segundo más rico del mundo
Elon Musk ha ido escalando posiciones y, en semanas pasadas, se ubicó como el segundo hombre más rico del mundo, quitándole el puesto a Bill Gates. Todo porque este año ha sido significativo en materia de ingresos, con miles de millones de dólares recibidos por sus acciones.
Las fricciones por sus decisiones de ubicación ya se han presentado con algunos políticos. El gobernador de California, Gavin Newsom, por ejemplo, expresó: “Puede que no seamos el lugar más barato para hacer negocios, pero somos el mejor lugar”.
Para Musk, entre tanto, la reubicación de residencia tiene sentido, debido a la construcción de la nueva fábrica de Tesla en Texas.
No obstante, visiblemente enojado, según registran medios estadounidenses, Musk lamentó que California, en su opinión, se haya vuelto difícil para los inversores.
Aunque las empresas del multimillonario siguen con amplias operaciones en California y otras empresas de tecnología están ampliando su presencia allí, el multimillonario indicó que su decisión de mudarse obedece a su creciente descontento con el costo de vida en el estado, una crisis inmobiliaria prepandémica y carreteras congestionadas.
En esta oportunidad, al igual que lo ha hecho en otros momentos de la pandemia, Musk ha protestado frente a las órdenes de confinamiento en todo el país. En particular sobre la imposibilidad de reanudar la producción en el área de la bahía, que debería catalogarse como “un riesgo grave”.
Desde mayo pasado empezó con su reclamo por el cierre de su fábrica en California, lo que lo llevó a ponerle un tinte político a su discurso, con el cual señaló que estaba harto del gobierno izquierdista de su estado natal.