Las auxiliares de enfermería y enfermeras están en la primera línea de batalla contra el coronavirus en Colombia. Pese a que tienen la gran responsabilidad del cuidado de la salud de la población, especialmente en estos tiempos de pandemia, las condiciones laborales de estas trabajadoras están lejos de ser óptimas, según un estudio realizado por la ONG Cuso International, en alianza con la Universidad de los Andes, y apoyado por el Gobierno de Canadá. Con base en las cifras del Observatorio de Talento Humano en Salud del Ministerio de Salud, se calcula que son más de 300.000 personas dedicadas a la enfermería, en su gran mayoría mujeres. La investigación señala que “un buen número de las enfermeras y auxiliares de enfermería, que laboran en casas privadas de cuidado de la vejez, empresas de servicios temporales y otras empresas de subcontratación con entidades de la salud, se mueven entre la informalidad laboral y la formalidad precaria en el país”.

La ONG de desarrollo señala que el crítico panorama laboral alrededor de estas ocupaciones es una de las razones para que Colombia cuente con un déficit de este personal. De hecho el país es uno de los que tiene la menor cantidad de enfermeras por habitante en el grupo de miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde). El director de Cuso International en Colombia, Alejandro Matos, asevera que “en esta época las auxiliares y enfermeras han adquirido una presencia mediática y social. Pero, al mismo tiempo, ha quedado al descubierto que no estamos garantizándoles condiciones laborales dignas por su profesionalismo, entrega y compromiso para velar por el cuidado de las vidas humanas”. Bogotá, reflejo del problema De manera especial, el estudio se enfoca en las enfermeras, auxiliares de enfermería y mujeres sin educación superior dedicadas al cuidado de la salud en Bogotá, que llegan a cerca de 89.000. Ellas representan cerca de 43 por ciento de los empleados que laboran en este sector a nivel nacional. Por ende, son una muestra significativa de las condiciones laborales de estas trabajadoras en Colombia.

La investigación resalta que cerca del 54 por ciento de las enfermeras, auxiliares de enfermería y mujeres sin educación superior dedicadas al cuidado de la salud en Bogotá no cuentan con un empleo formal. Del grupo que sí tiene un contrato (45 por ciento), cerca de 36 por ciento aún mantiene acuerdos de tipo verbal. Además, llama la atención que solo 18 por ciento de los contratos escritos de estas trabajadoras son de carácter indefinido.   Aunque dedican un buen tiempo de sus vidas al trabajo (casi 61 por ciento trabaja entre 40 a 48 horas a la semana), no laboran para la misma empresa durante un periodo largo. Cerca de 15,4 por ciento de ellas trabajan de manera continua en una misma empresa por más de cinco años. Esta cifra sugiere una estabilidad relativamente baja en los puestos de trabajo del sector.

Aproximadamente 6 de cada 10 enfermeras colombianas no cotiza a pensión, por lo cual muchas pueden enfrentar una difícil vejez. Uno de los mayores factores de preocupación son sus ingresos. Las trabajadoras con nivel de educación superior ganan en promedio 1,7 salarios mínimos, mientras aquellas con otras cualificaciones (primaria, secundaria y media) devengan aproximadamente 0,89 salarios mínimos. “A medida que se sube la jerarquía en el área de la salud encontramos mayores sueldos, más reconocimiento y más hombres, y a medida que bajamos más facturas sin pagar, menos respeto y más mujeres como madres cabeza de hogar. Si algo hemos de aprender de esta coyuntura es que las auxiliares y enfermeras deben dejar de estar en el eslabón más bajo del escalafón profesional de este sector”, agrega el directivo de la ONG de desarrollo. No solo la situación actual de estas trabajadoras causa alarma, sino también su futuro. Aproximadamente 61 por ciento de ellas no cotiza a pensión, por lo cual muchas pueden enfrentar una difícil vejez. ¿Desprotegidas ante la covid? En promedio 67 por ciento de las enfermeras, auxiliares de enfermería y mujeres sin educación superior dedicadas al cuidado de la salud en la capital están afiliadas a riesgos profesionales y 33 por ciento no lo están. De ahí que Cuso International inste a que la protección de estas trabajadoras en el lugar del trabajo se priorice.

Y es que de los 998 trabajadores/as contagiados en el sector salud del país al 27 de mayo del presente año, 345 son auxiliares de enfermería y 142 enfermeros/as, según datos del Instituto Nacional de Salud. En otras palabras, aproximadamente 48 por ciento de los casos están asociados con estas ocupaciones. El 33 por ciento de las instituciones de salud donde se han presentado casos de contagio están ubicadas en la ciudad de Bogotá. En total han sido diez los trabajadores/as fallecidos del sector salud por la pandemia.