Los fantasmas de un racionamiento, como el que vivió el país hace un poco más de 30 años, volvieron a aparecer. Las distribuidoras de energía eléctrica pasan por serias dificultades que podrían llevarlas a un apagón financiero, al punto que Air-e fue intervenida por la Superintendencia de Servicios Públicos, y Afinia podría seguir ese mismo camino.
De otro lado, el alcalde mayor de Bogotá, Carlos Fernando Galán, ratificó los riesgos que tiene la capital y la región de la sabana porque aún no han entrado en operación dos líneas de transmisión que atenderán la demanda creciente de esta zona del país.
Explicó que se trata de los proyectos Chivor Norte y Sogamoso, que tienen un avance cercano a 52 y 70 %, respectivamente, “pero que se han encontrado con dificultades para poder avanzar en términos de las decisiones que debe tomar el Ministerio de Ambiente y la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (Anla)”, agregó. También señaló que hoy 22 proyectos empresariales, de vivienda y comerciales en la ciudad y la región, tienen acceso a energía condicionada a que estas líneas avancen.
A su vez, hay preocupación por las bajas precipitaciones en esta época del año. Para noviembre los embalses deben estar en un nivel superior al 60 % para enfrentar la temporada seca de fin de año. Hoy están en cerca del 50 por ciento, pero hay preocupación por el régimen de lluvias.
Una de las posibilidades sería generar con térmicas para cuidar el agua que se tiene, pero algunas por la programación están en mantenimientos. XM advirtió que hay que cuidar los recursos y considerar las exportaciones de energía a Ecuador.
Por su parte, Acolgen, gremio de los generadores, advirtió que en 2021 entró solo el 7 % de la nueva energía esperada; en 2022, el 28 %, y en 2023 ingresó apenas el 17 % de lo esperado. Para lo que queda del año 2024, se espera la entrada de 103 nuevos proyectos, pero de esos, tan solo 47 (918 MW) tienen una garantía con el sistema, es decir, menos de la mitad son proyectos que realmente tienen un compromiso de entregar energía. Sumando esa cantidad a los que ya entraron en el primer semestre, adicionaríamos en total menos de 2 GW a nuestra capacidad instalada, explicó Natalia Gutiérrez, presidenta del gremio.
La situación ha llegado a tal punto que los balances entre oferta y demanda de energía eléctrica están cada vez más estrechos. “Incluso con la entrada esperada de los proyectos que hoy se encuentran en desarrollo (incluidos los solares de la subasta de confiabilidad de febrero 2024) podríamos no tener suficiente energía firme desde el 2026″, dijo Gutiérrez.
A esta compleja situación se suman los problemas críticos en gas, que llevarán a un déficit desde finales de este año. Además, proyectos clave para el mediano plazo, como el off shore de gas Uchuva 2, tiene ahora un lío porque un juez pidió consulta previa para su desarrollo, en contravía de otros conceptos jurídicos. Y ya se están viendo los efectos de la ausencia de un régimen de lluvias que no llega: Ecopetrol anunció la suspensión temporal de suministro de gas vehicular a 13 empresas distribuidoras porque se están exigiendo más recursos de gas para las térmicas disponibles, ante la poca disponibilidad de agua.
Como si fuera poco, en Ecopetrol estalló una crisis por no cristalizar un atractivo negocio en Estados Unidos que le daría más reservas, mejores condiciones financieras y menor impacto ambiental. Todo porque se trata de iniciativas basadas en fracking, que el gobierno no comparte.
Ante este panorama, el exministro Juan Camilo Restrepo, en una publicación en su cuenta de X se preguntó qué le gusta el presidente Gustavo Petro, sin mencionarlo, e hizo una completa lista, de las cosas que no le gustan.
“No le gusta la energía hidroeléctrica; no le gusta el gas natural; no le gusta explorar combustibles fósiles para que las reservas no se esfumen; no le gusta el fracking, por supuesto; no parece gustarle o al menos interesarle que las reservas de hidrocarburos del país aseguren la autosuficiencia energética”, mencionó en su pronunciamiento.
Agregó que tampoco le gusta el carbón; ni las empresas generadoras de energía eléctrica. “No le gusta el sector privado participando en la gigantesca tarea de asegurar y expandir los servicios públicos domiciliarios; no le gusta que las empresas sean viables financieramente para asegurar su capacidad de inversión y reposición”, afirmó.
El exministro Restrepo advirtió que al presidente Petro “no le gusta pagar oportunamente los subsidios que ofrece a rodos y a todos; no le gusta que haya delegados independientes en la Creg con experiencia (prefiere la ausencia de quorum, o sea, la parálisis de esta entidad) para regular la energía oportunamente en los delicados momentos que se viven; no le gustan reguladores independientes como lo manda la Constitución”.
Para finalizar, Restrepo dijo que al jefe de Estado no le gusta que la junta directiva de Ecopetrol (donde hay 250.000 accionistas privados) sea independiente “de las terquedades del Palacio de Nariño; no le gustan las decisiones de las altas cortes cuando contrarían sus extrañas y a menudo ilegales terquedades energéticas. Entonces… ¿Qué le gusta?”, puntualizó el exministro.