SEMANA: Usted es un conocedor profundo de Latinoamérica. ¿Cómo calificaría el manejo que le ha dado la región al reto de la pandemia?RICARDO HAUSMANN: América Latina actuó rápido y decididamente, en general. Desde el principio, logró evitar los picos de mortalidad que se han visto en Europa y Estados Unidos. Aplicó confinamientos muy severos que frenaron este primer pico, pero no impidieron que la enfermedad siguiera creciendo a ritmos más o menos exponenciales. Ahora es el epicentro de la pandemia y eso la agarra en el momento en que ya el confinamiento se había hecho, lo cual ha traído costos más elevados. Está en una situación muy difícil porque los contagios vienen creciendo y abrir en confinamiento los aceleraría, pero no abrir crearía una situación económica insostenible. Estos meses van a ser de gran dificultad para la región.SEMANA: ¿Qué podrían hacer los gobiernos para evitar peores consecuencias?R.H.: Las cosas fundamentales que deberíamos saber para hacer confinamientos más efectivos no las sabemos, pero tampoco las estamos tratando de averiguar. Hay que conocer mejor los mecanismos exactos a través de los cuales se está transmitiendo esta enfermedad para atacarlos y no crearle costos innecesarios a la sociedad. Y la solución no es llamar a McKinsey, porque ellos no saben las condiciones particulares de cada país. Esto se maneja con la información que los Estados tienen o deberían emplear.SEMANA: ¿Cuánto le va a costar a la región esta crisis? ¿Va a ser como la década perdida de los años ochenta?R.H.: Ya hay pérdidas significativas, pero la cosa se puede volver mucho más seria. Esta crisis de salud y economía es del sector real, pero puede transformarse en algo como esa de los ochenta, con problemas de balanza de pagos, bancos y deuda. Estamos apenas en el primer cuarto de hora del partido contra esta pandemia. No sabemos cuándo habrá vacuna y las restricciones a la actividad social tendrán consecuencias económicas.SEMANA: Usted lidera una misión creada por el Gobierno colombiano para internacionalizar la economía, ¿por qué hacerlo ahora?R.H.: El problema de Colombia es que es una economía muy cerrada. Exporta más o menos 1.000 dólares por persona, y esa es una cifra realmente pequeña. Además de eso, casi todo es petróleo, carbón, oro y café, que son recursos naturales o productos muy tradicionales. Obviamente que una Colombia más próspera puede conectar mejor el trabajo de su gente con las oportunidades que ofrece la economía mundial. Entonces, creo que ahí hay un problema estructural que se debe resolver.
SEMANA: ¿La internacionalización debe empezar por reformas arancelarias?R.H.: Estamos en el proceso de discusión de todo eso. Sobre el tema, por ejemplo, un informe muy importante del Banco de la República sugiere que la apertura económica no es tal, y que Colombia tiene barreras no arancelarias muy elevadas. Hay que estudiar la situación en detalle.SEMANA: El país ha hecho una gran inversión en infraestructura, ¿pero esto es suficiente o se necesita hacer más?R.H.: Colombia, con tres cordilleras y ciudades distantes la una de la otra, tiene que mejorar su infraestructura de carreteras 4G, pero la pregunta es si todo eso es lo que está detrás de la falta de internacionalización o si los problemas son otros, porque hay países que han crecido mucho con la exportación de servicios empresariales y esos servicios no pasan por puertos ni tienen que viajar por carreteras. No están afectados de la misma manera en que lo están los bienes, que tienen que moverse físicamente. La pregunta es por qué esos sectores que no dependen de la infraestructura no han crecido como pudieron haber crecido.SEMANA: ¿Qué estudios y tareas contempla hacer la Misión de Internacionalización?R.H.: Hay una lista que ha ofrecido el Banco Mundial: un diagnóstico de la competitividad exportadora de Colombia, otro sobre los problemas de la exportación de servicios y uno sobre las cadenas de valor. La Misión está trabajando en las cosas que quisiéramos saber antes de dar una recomendación. Hay gente de primera y tenemos una secretaría técnica con personas muy talentosas, con la capacidad de hacer estudios. Eso nos va a permitir tener un informe novedoso y útil para el país.SEMANA: ¿Qué tan importante sería para Colombia reclutar talento extranjero para, eventualmente, ser más competitivo y vender más?R.H.: Ese es un problema importante en Colombia. Los países crecen mucho si tienen emprendedores y talento extranjeros. En Silicon Valley la mayoría de los emprendedores son extranjeros; y de los trabajadores altamente calificados, 54 por ciento son extranjeros. El secreto de Silicon Valley es que logra atraer el talento del mundo. Muchos países han encontrado que esto es crucial para su éxito.
SEMANA: El presidente Duque ha llamado al turismo el nuevo petróleo. ¿Cómo atraer más visitantes en medio de esta situación de epidemia globalizada?R.H.: Soy optimista en el sentido de que, cuando esté la vacuna, va a haber un rebote fuerte del turismo, porque habremos pasado dos años sin viajar. Y sí creo importante que Colombia le apueste al turismo. Merece una posición en el turismo mejor que la que hoy tiene. También debemos hablar mucho de la importancia de los servicios. Probablemente veamos cadenas de valor muy distintas a las del pasado, muchas más basadas en el comercio de tareas. Colombia puede penetrar esas oportunidades.SEMANA: ¿Qué países en la región han hecho una mejor tarea de internacionalización económica que Colombia?R.H.: En general, América del Sur no lo ha hecho muy bien. Los países internacionalizados con mayor éxito están al norte de Colombia, como México, Costa Rica y República Dominicana. No al sur. El éxito exportador de Perú ha estado muy centrado en la minería, como lo ha estado el de Chile, y parte del problema que se discute en esos países es que no han sabido crecer sin eso.SEMANA: Internacionalización económica y globalización van de la mano. ¿Qué hacer ahora que la globalización está cambiando por la pandemia?R.H.: Las restricciones al movimiento de personas en el corto plazo tienen que ver todo con la vacuna. Hay una reacción antiinmigración, pero ese es un problema anterior a la covid-19. Todos los países quieren ver recuperación de sus líneas aéreas y sus actividades turísticas ahora restringidas. Y habrá mucha reapertura con relación a la situación actual.
SEMANA: Y en lo político, ¿qué esperar?R.H.: El tema más complicado va a ser la relación de Estados Unidos y China, porque eso puede llevar a una cierta ruptura de la globalización, con la aparición de espacios económicos cerrados. Uno de los temas que está en juego es la tecnología 5G y el internet de las cosas. Hay amenazas de sanciones que están sobre la mesa, y eso puede llevar a un cambio en la arquitectura internacional. Sin embargo, aún con eso habría espacio y Colombia podría estar infinitamente más internacionalizada de lo que está ahora.SEMANA: Colombia tiene la posibilidad de explotar más el mercado de China. Pero del otro lado está Estados Unidos, que les dice a los Gobiernos: ojo con tantos negocios con los chinos. ¿En algún momento tendremos que quedarnos con alguno de esos dos rivales?R.H.: Para Suramérica en general, China es un socio muy importante. Para muchos de ellos es el primer socio comercial. Entonces, esa relación podría crear dilemas. Hay dos grandes preguntas: la primera es ¿quién gana las elecciones en noviembre?, y la segunda es ¿qué tan diferente va a ser la visión de Joe Biden de la de Donald Trump? Esto se sabrá con el resultado de la elección de Estados Unidos, y también, si ellos quieren ser un jugador que define las reglas o si Estados Unidos se va a volver un actor unilateral, que no trata de dirigir o de influir. La actitud tradicional americana es que sí les gusta tener un rol importante en definir las reglas del mundo.