Muchos piensan que una vivienda verde no es más que tener una casa con un ‘sellito’ y ya. La ola de la vivienda sostenible es una realidad en Colombia, lo que llama la atención en un sector que viene en declive desde hace un largo tiempo, porque la gente dejó de comprar y los constructores, por supuesto, de apostarle a construir.

Pero la vivienda verde puede ser una salida interesante para la reactivación en la construcción de edificaciones. Según Guillermo Herrera, presidente de Camacol, gremio que adelanta en Cali el Congreso de vivienda sostenible, hay más de 15 millones de metros certificados con sello verde, que corresponden a 200.000 viviendas, el 80 % son de interés social.

Sobre la manera en la que la gente está accediendo a este tipo de vivienda, de la que se tiene la percepción que es más costosa que la tradicional, habló el directivo de Camacol.

Congreso Camacol Verde | Foto: Cortesía Camacol

Verde puede salir más barato

SEMANA. Camacol ha venido mencionando las dificultades que tiene el sector de la vivienda que tradicionalmente conocemos. Ahora realizan un evento para darle preponderancia a la construcción verde. Qué conveniencias puede tener este renglón, ¿cómo favorece la construcción y al comprador?.

Guillermo Herrera. Lo que tiene de conveniente la construcción sostenible es que genera dos tipos de beneficios para quienes compran. Por un lado, ahorros en el consumo de agua y energía, que pueden estar entre el 20 y el 40 %, dependiendo del piso climático donde se encuentre el inmeble. Y dos, que muchas instituciones financieras cobran menos por el crédito hipotecario cuando compras verde.

SEMANA. En cuánto se abarata el crédito hipotecario, ¿cuándo se compra una vivienda verde?

G.H. Por lo general, la industria está disminuyendo entre un punto, un punto y medio del costo del crédito hipotecario cuando se compra verde. Lo que estamos viendo es que también genera incentivos para la construcción, porque en 2023, el 25 % de los créditos que colocaron los bancos líderes en la financiación de construcción en Colombia, no al comprador, sino al que construye, eran para proyectos. Entonces, esta es una industria que está creciendo y que genera beneficios para la sociedad.

Congreso Camacol Verde, Cali | Foto: Martha Morales / Semana

Atados a los subsidios

SEMANA. ¿Cómo hacer para que la vivienda no se caiga cada vez que sucede algo con los subsidios?

G.H. Colombia es uno de los países donde el precio de la vivienda es de los más bajitos. Lo que sucede es que el ingreso de los hogares también es de los más bajitos. El tema de cómo generar riqueza. Y cómo incrementar el ingreso de los hogares para que no necesiten tanto crédito y, en consecuencia, no necesiten subsidio.

En la actualidad, hay entre 7 y 8 millones de hogares que no son propietarios de vivienda en las ciudades.

SEMANA. Eso es casi la mitad de los hogares.

G.H. Son unos 14 millones de hogares urbanos, y la mayoría, alrededor de 8 millones que pueden ser no propietarios. De esos, entre 6 y 7 millones ganan menos de 4 salarios mínimos. Es más, la gran mayoría de esos ganan menos de 2 salarios mínimos. Un hogar que gana 2 salarios mínimos, que quiere comprar una vivienda de interés prioritario, de 117 millones de pesos, la cual tiene una cuota inicial de 12 millones de pesos, le faltarían 105 millones en crédito si no tiene subsidio.

El crédito, de los 105 millones de pesos, a una tasa del 14 %, tendría una cuota mensual de 1.300.000 pesos. El hogar con un ingreso de 2 salarios mínimos no puede destinar más de 40 % a pagar una cuota. Eso sería 1.040.000 pesos. Y si el crédito cuesta 1.300.000 pesos, ya ni siquiera le prestan. En conclusión, el número de hogares que ganan menos de 2 salarios mínimos en Colombia que pueden comprar vivienda sin subsidio es CERO.

Se destinaron $17,7 billones para financiar vivienda de estratos medios y altos (No VIS), mientras que $8,3 billones fueron para vivienda de Interés Social (VIS).

¿Los pobres están comprando?

SEMANA. Entonces los pocos que están comprando vivienda, ¿quiénes son?, ¿los que la adquieren por negocio?

G.H. Lo que se adquiere con subsidios del Gobierno nacional o de las entidades territoriales no es para negocio, porque tiene un destinatario final identificado con nombre, cédula, con una evaluación de su facultad para acceder a subsidios y su capacidad para tener crédito.

En este momento tenemos 50.000 subsidios que se dan al año, por parte del gobierno nacional, y eso no es para inversionistas.

Lo que sí es cierto es que la ley no prohíbe que cualquier persona compre una vivienda de interés social, porque es un mecanismo de ahorro. Y mucha gente hace eso y la pone en arriendo.

Es un mercado, llamémoslo ‘hormiga’, y hoy ayuda a sostener una necesidad de vivienda en Colombia. Es una tendencia mundial que cada vez más gente quiere vivir en arriendo.

Entonces, sería bueno abrir la discusión de, si en vez de tener un mercado de inversionistas hormiga, no sería mejor promover un mercado de inversionistas institucionales, como los Fondos de Pensiones. En Suiza, el 80 % de vivienda las construyen los fondos de pensiones para ponerlas en arriendo, pues la gente (más los jóvenes), o no tienen o no quieren comprar.

La reactivación suena difícil

SEMANA. Con todos esos elementos que rodean al sector vivienda en Colombia, ¿cree que es muy difícil, o por lo menos demorada, la reactivación del sector que, además, se necesita para que genere empleo?

G.H. En vivienda ya completamos 21 meses de caídas, y en la medida en que la venta de vivienda caiga, la posibilidad de construir más no se dinamiza. La consecuencia en el futuro es el deterioro del empleo y ya se empezó a ver con las más recientes cifras del Dane, donde se perdieron 50 mil empleos en enero y 75 mil empleos en febrero en el sector de la construcción.

Vivienda verde podría ser más barata

Las posibilidades de reactivación se complican con menos subsidios, tasas de interés que siguen altas. Hemos propuesto que no solamente se subsidie más vivienda de interés social, sino que también, hay que empezar a subsidiar vivienda para clase media, porque ya no estamos hablando solamente de un tema de cómo focalizar en los hogares de menores ingresos, sino cómo recuperar rápidamente el empleo.