Para muchos colombianos, el sueño de comprar casa podría estar más cerca de cumplirse este año. Hay buenas condiciones para que las familias adquieran su vivienda propia y, de paso, le den una mano a la reactivación económica del país, justo cuando más se necesita.
El momento no podría ser mejor. La oferta desde el sector de la construcción va en aumento y el Gobierno tiene subsidios de todo tipo. Esta combinación de factores hará que 2021 sea un buen año para la vivienda en el país.
Aunque para muchos hogares la situación económica sigue siendo compleja, miles de familias cuentan con ahorros o capital disponible. Esos recursos son fundamentales a la hora de comprar casa o apartamento, particularmente para el pago la cuota inicial.
Una vez tachado este asunto, viene la hora de escoger el proyecto. Nadie se puede quejar de que no hay suficiente oferta. Según la Cámara Colombiana de la Construcción (Camacol), en el país hay más de 150.000 unidades disponibles en 3.500 proyectos. De ese total, más de 90 por ciento está en segmentos de interés social (VIS) y en estrato medio, lo cual va de la mano con las ayudas del Gobierno. No hay que olvidar que la política de la administración Duque para la vivienda incluye beneficios monetarios, que se consolidaron durante la pandemia y ya muestran resultados.
Oferta, subsidios y tasas
En 2020 se asignaron 51.000 subsidios para la compra en los segmentos VIS y No VIS. Con esto en mente, si se mantienen los ritmos del año pasado, cerca de 90.000 hogares adicionales podrían acceder a vivienda propia, dice Carlos Ruiz, viceministro de Vivienda. La cifra no es menor y le apunta a que cada vez menos ciudadanos vivan en arriendo.
Para esto fue fundamental el plan diseñado por los ministerios de Vivienda y Hacienda: se metieron la mano al dril para impulsar el sector. En una decisión que pocos esperaban, habilitaron 200.000 auxilios para los compradores de viviendas sociales, pero también de inmuebles de hasta 450 millones de pesos.
En ambos casos se trata de beneficios que reducen sustancialmente la cuota que pagarán los compradores. Eso sin contar con que se convirtieron en el salvavidas de un sector que ha sido llamado a liderar la reactivación. Para este año, Camacol proyecta ventas de 209.000 unidades de vivienda, es decir, 7 por ciento más que en 2020. Así mismo, se espera que comience la construcción de otros 149.700 inmuebles, que el PIB del sector crezca 8,6 por ciento y que se generen 150.000 nuevos puestos de trabajo.
Las cifras son alentadoras por donde se les mire. No obstante, para lograrlas se requerirá, en todo momento, que haya disponibilidad de subsidios. Además, será necesario seguir impulsando acciones para acelerar los trámites de ventas y entregas, así como de adquisición de suelo para futuras iniciativas.
Al margen de lo anterior, el corto plazo está cubierto y el balón se encuentra ahora en la cancha de los colombianos y de los bancos. Según el viceministro Ruiz, las tasas de interés para crédito hipotecario están en niveles históricamente bajos.
Para vivienda social están cercanas a 11,4 por ciento, mientras que en estrato medio llegan a 9,7. Esto implica una menor carga a la hora de pagar las cuotas mensuales, así como la posibilidad de extender los plazos a mayor tiempo, por cuenta de los bajos intereses. Sin duda los menores cobros hacen más atractivo a este sector, que por décadas ha sido considerado como de inversiones rentables y seguras. Pero no ha sido lo único favorable. Desde las constructoras han venido trabajando para que la experiencia de comprar casa también se pueda vivir en la virtualidad.
El proceso ha sido tan exitoso que hoy gran parte de la comercialización y protocolización es totalmente digital. En todos los sectores, desde hace varios años, se vienen consolidando las llamadas plataformas digitales y la construcción no se ha quedado atrás. Estos intermediarios trasladaron a internet la oferta de vivienda en Colombia.
Para los ciudadanos nunca había sido tan fácil tener a la mano el stock de casas y apartamentos, incluyendo algunos que pueden visualizarse en recorridos virtuales. “Las constructoras se han preparado y hoy ofrecen una serie de utilidades y servicios que hacen muy fácil el proceso de conocimiento y decisión de compra, e incluso el de protocolización y escrituración”, dice Juan Pablo Moreno, gerente digital de Estrenar Vivienda.
Oficinas y bodegas
De forma paralela, Colombia mantiene activos otros segmentos clave en el sector de la construcción. Se trata de las oficinas y bodegas que, si bien no han tenido un año tan positivo como las residencias, se preparan para la etapa pospandemia. Para cualquier inversionista estos activos siguen siendo un área segura a pesar de la incertidumbre. En el caso de las oficinas fue clave la reactivación de gran parte de las actividades económicas al cierre de 2020. Y aunque las nuevas cuarentenas mantienen frenada la recuperación plena de este segmento, hay movimiento y las cifras son alentadoras. Una vacancia ‘sana’ en el subsector de oficinas debe ser entre 5 y 15 por ciento. La cifra actual es de 13 por ciento.
En este sentido, ya se tocó fondo y hacia adelante se espera una vuelta a la normalidad cada vez más acelerada. Para Juan Carlos Delgado, gerente para Colombia de Cushman & Wakefield, la reactivación permitirá que cada vez más empresas requieran nuevos espacios físicos. En este grupo habrá una participación mayor de firmas de tecnología, salud e industrial, cuyo desempeño ha crecido en medio de la pandemia.
Otras actividades también crecerán en su demanda. A pesar de lo anterior, las cosas no serán iguales a como venían antes de 2020. No hay que olvidar que los precios de oficinas y locales cayeron 4,3 y 1,8 por ciento, respectivamente, el año pasado. Lo anterior, según expertos, lleva a pensar que algunas empresas requerirán menos espacios o se mantendrán en subarriendos.
Algo diferente viene sucediendo con el rubro de bodegas. Expertos consultados por Dinero coinciden en que el boom del comercio en línea disparó la toma de estos espacios. Para Felipe Becerra, director de Inteligencia de Mercados e Innovación de Colliers International, las zonas francas han sido vitales para posicionar a la industria nacional en temas logísticos (e-commerce) y tecnológicos (datacenters). Y, por ende, hay un potencial alto de atracción de inversión, que es justo lo que necesita el país en plena reactivación.
Por lo pronto, los inmuebles no residenciales seguirán con una demanda baja. No obstante, su rol volverá a ser preponderante cuando pase la covid-19. Si bien algunos empresarios ven con buenos ojos que los trabajadores se mantengan en sus hogares, para otros será fundamental la vuelta a la normalidad, pues con ella los espacios físicos volverán a brillar.
Si estos inmuebles se suman a los residenciales, el país tendrá una recuperación económica más acelerada. En 2021, más que nunca, la construcción está llamada a liderar la reactivación. Todo está listo para que los ciudadanos y el sector privado saquen adelante esta importante actividad.