En un mundo en el que, gracias a los tratados de libre comercio, los volúmenes de mercancías son cada vez mayores, desarrollar una infraestructura portuaria se convierte en una prioridad. Todos los países sin importar su condición económica le están apostando a construir puertos para responder a los retos comerciales que la globalización les impone. Para hacerlo, los gobiernos han tenido que recurrir al apoyo de diferentes firmas de ingeniería como la constructora Odebrecht, que ha construido 53 puertos en todo el mundo. Uno de ellos es el de Matanari, ubicado en la ciudad de Arequipa, en Perú, que comenzó en 2013 y será entregado en 2015. Se trata de un sistema de recepción y embarque de concentrados minerales, principalmente de cobre. El mineral ingresará al terminal portuario por vía férrea y por camiones a un complejo de descarga. A través de una faja transportadora que minimiza el impacto ambiental, los materiales serán llevados desde el área de depósitos hasta un nuevo muelle y de allí hasta los buques. El puerto tendrá una capacidad de almacenaje de 250.000 toneladas/metro y un sistema de embarque con capacidad de 2.000 toneladas por hora. Con todo esto se busca mejorar la capacidad de manejo de material para las exportaciones de este país. Esta no es la primera vez que la constructora ha participado en una iniciativa de este tipo en Perú: en 2008 ejecutó el proyecto del puerto de Melchorita para los americanos de Hunt Oil, para la exportación del gas de Camisea y que cuenta con una plataforma de carga para tanquero de LNG de hasta 160.000 metros cúbicos, así como la ampliación del muelle sur de Callao, uno de los puertos más importantes de la costa Pacífica de las Américas, que cuenta con un patio para almacenamiento de contenedores de 136.000 metros cuadrados con adoquines de concreto, con una serie de mejoras que buscan aumentar la eficiencia del lugar. En el mismo Callao, ha desarrollado y construido el proyecto de muelle de minerales para un consorcio de empresas lideradas por la gigante mundial Impala. Estos y otros proyectos portuarios representan un impacto positivo en la economía de los países, debido no solo al monto de las inversiones sino también al mejoramiento de las operaciones cuando están ya terminados. Tal ha sido la expansión de Odebrecht en el ámbito portuario, que incluso tiene presencia en países de bajo nivel comercial. En Cuba, la firma fue visionaria en llevar a cabo las obras de construcción del puerto Mariel, que representa la puerta de entrada y sitio estratégico para el desarrollo de la isla. En Yibuti, un país pequeño de clima agreste ubicado en el norte de África, que aún carece de infraestructura pero cuyo gobierno tiene como principal reto desarrollar el sector portuario y el comercio marítimo, contrató con Odebrecht la construcción de la Terminal de Contenedores de Doraleh, una obra que mejoró la capacidad de almacenamiento y carga del puerto de Yibuti, haciendo sus operaciones mucho más efectivas. La llave de la competitividad El último reporte sobre el índice global de competitividad, provisto por el Foro Económico Mundial, ubicó a Colombia en el puesto 61. En el informe se destaca la necesidad de fortalecer la infraestructura del país, lo que se está dando con el actual auge en la construcción con proyectos como la recuperación del río Magdalena y la Ruta del Sol. Debido a su posición geográfica que le da acceso a la cuenca de los océanos Pacífico y Atlántico, la infraestructura portuaria en Colombia es un área con múltiples posibilidades que invitan a crear puertos y a mejorar las condiciones de los existentes en Colombia.