Ubicada en el municipio de Palmira, Valle del Cauca, y con tres plantas de producción, Sucroal es una compañía de química y biotecnología que utiliza el azúcar para la fabricación del ácido cítrico. De hecho, es el único fabricante en Colombia y de los pocos en la región.
Actualmente, la empresa, que pertenece a Incauca, tiene una capacidad de producción de 36.000 toneladas métricas de ácido cítrico y, en los últimos meses, 2.000 toneladas más de capacidad para atender la demanda internacional. Según la compañía, en el mundo se elaboran 2,6 millones de toneladas métricas de ácido cítrico. China responde, por 1,6 millones, y Estados Unidos, por 250.000. “Pero tenemos una gran particularidad: somos reconocidos en el mundo como un fabricante de un producto de muy buena calidad, con altas especificaciones. Nosotros vendemos en Colombia y exportamos a 32 países, atendemos grandes compañías a nivel nacional e igualmente internacional”, explica José Mauricio Velásquez, presidente de Sucroal.
Este producto es materia prima e insumo fundamental para distintos segmentos: bebidas, lácteos, farmacéuticos, alimentos; además, a partir del ácido cítrico, fabrica sales especializadas, como los citratos de sodio, de zinc, de magnesio, de potasio, y también produce solventes plastificantes, vinagre, fertilizantes y otros productos.
“Es la líder en la fabricación de mezclas flexográficas, que usan los fabricantes de empaques y otros industriales, quienes utilizan nuestro solvente para producir tintas. Tenemos un 70 % de participación del mercado local. Además, somos el único fabricante de vinagre a partir de alcohol de caña. En el vinagre que consumimos en los hogares, que es natural, tenemos una participación de mercado, que hemos medido, del orden del 91 %. No lo vendemos con nuestra marca, se lo vendemos a distintas compañías que lo empacan y lo venden al consumidor final o lo utilizan como materia prima para la fabricación de sus productos”, agrega Velásquez.
La desaceleración de la economía el año anterior se vio reflejada en la contracción de la demanda. En 2022, la compañía incrementó su facturación en casi el 50 % frente a 2021. Sin embargo, la historia del año pasado fue distinta. “En 2023, las condiciones del mercado nacional trajeron consigo una contracción en la demanda. Vimos un poco disminuidas nuestras ventas en el mercado nacional, pero gracias a nuestra estrategia de exportación pudimos contrarrestar la caída que tuvimos en el mercado local, cercana al 18 % versus 2022”, agrega el presidente de la compañía, quien advierte que terminaron el año con una facturación total de 697.000 millones de pesos.
En el plan estratégico de la empresa se definió un crecimiento en las exportaciones, pues identificaron grandes oportunidades en los mercados externos, y la meta es que el 54 % de los ingresos provengan del mercado internacional. Asimismo, para 2027, el objetivo es alcanzar el billón de pesos en ingresos.
Para desarrollar su estrategia exportadora, Sucroal estableció un equipo destinado a la inteligencia de mercados. “Ha sido realmente una herramienta muy útil, pues ahora tenemos claridad de todos los actores con quienes competimos, tanto en la fabricación como en la comercialización en los mercados en donde hacemos presencia”. Y asegura: “Debemos tener claridad sobre otros actores que eventualmente pueden producir a un costo inferior. Estamos yendo a estos mercados o a clientes que realmente valoren nuestra calidad, nuestras especificaciones y nuestras certificaciones, porque producimos un ácido cítrico que no es genéticamente modificado, dado que utilizamos el azúcar para la fabricación de nuestro producto”. Explica que encontraron espacios para moverse, “pero esas oportunidades solamente se pueden identificar en la medida en que tengamos información”.
“Obviamente, cuando una compañía define una estrategia de exportación, está expuesta a unas variables macroeconómicas que la pueden afectar positiva o negativamente. Una cosa es vender con tasa de cambio de 4.600 o 4.700 pesos y otra es estar en niveles de 3.815 pesos, como los que alcanzó el dólar este año”, asegura Velásquez.
Esa caída en el precio del dólar el año anterior y que en los primeros cinco meses de este año rondó los 3.800 y 3.900 pesos, golpeó la rentabilidad, pues estaban recibiendo menos pesos por sus exportaciones. “Pero –explica Velásquez–, gracias a nuestra estrategia de innovación, a la búsqueda de oportunidades y a poder complementar el portafolio de nuestros clientes vía un volumen adicional, hemos podido mitigar esas variaciones”.
Mientras en Colombia atiende clientes como Nutresa y Unilever, en el campo internacional es proveedor de Coca-Cola, Pepsi y Nestlé, entre otros. El año pasado facturó 77 millones de dólares en exportaciones y el 55 % de esa facturación llegó por las ventas realizadas a Estados Unidos; pero también atiende pedidos en España, Alemania, Ecuador, Perú y Centroamérica.
No obstante, como otras compañías, Sucroal ha enfrentado varias complejidades. Por un lado, en los mercados internacionales. “Lo que vimos en 2023 y parcialmente en los primeros meses de este año fue una disminución en la demanda. Ha habido una contracción en el consumo en algunos mercados, que se suma a las consecuencias de una crisis logística derivada de los inconvenientes en los canales de Panamá y de Suez, que hizo que muchas de las industrias hayan decidido aumentar sus niveles de inventario. Ya esos inventarios empezaron a drenar y comenzamos a ver una reactivación importante”, añade Velásquez.
Por otro lado, internamente ha estado afectada por altas tasas de interés, inflación y un dólar que estuvo barato. “Las altas tasas de interés han encarecido el servicio de la deuda, y los gastos financieros se incrementaron. Además, hemos enfrentado un proceso de revaluación y una inflación que el año pasado estuvo en el 9,5 %, y en 2022 superó el 13,5 %. El efecto de esas variables es, simple y llanamente, una reducción en los ingresos y una disminución importante en la rentabilidad, porque no les hemos podido trasladar a nuestros clientes esos efectos”.
Velásquez reconoce que en un mercado globalizado pueden producir a un costo menor en otros países, lo que los ha llevado también a reducir su precio. “Hemos navegado en aguas turbulentas, pero también hemos navegado en donde hemos encontrado oportunidades. Somos jugadores de largo plazo. Las cosas cambian. Tanto el consumo como la economía y las empresas se mueven en ciclos. Hoy seguramente no seremos las compañías más rentables, pero sabemos perfectamente que esto vuelve y cambia y nuevamente tendremos unas variables a nuestro favor. Y ahí podremos cosechar todas las actividades que hemos venido haciendo, preparándonos para llevar a Sucroal a otro nivel”, dice.
Respecto a la incertidumbre local y los anuncios del Gobierno que podrían afectar el ambiente de los negocios, Velásquez considera que la compañía está concentrada en cómo hacer las cosas mejor, en el desarrollo de la innovación, en mejorar sus procesos –con nuevos sistemas de automatización–, en inversión social. “Nosotros no nos preocupamos, nosotros nos ocupamos y trabajamos”. Y agrega: “Nuestra preocupación no está en 51 millones de habitantes, sino en qué está pasando en el mundo externo con los otros 7.000 millones de personas a quienes queremos llegar”.
La compañía realizó el año pasado inversiones por 33.000 millones de pesos, que buscan, entre otras cosas, producir ahorros en términos de eficiencia energética y llegar a ser autogeneradores. También invirtió en un nuevo centro de distribución para atender la demanda local e internacional y en la expansión de la planta de ácido cítrico. Para este año, las inversiones serán del orden de 24.000 millones de pesos.
Para Velásquez es innegable que hay decisiones políticas que afectan los negocios. “Pero también hay que entender que eso nos obliga a tener que ajustar las organizaciones a esas nuevas condiciones. Una compañía como Sucroal, que tiene más de 50 años de existencia, no puede tomar la decisión de no continuar con la producción, comercialización, transformación de un producto por una decisión política. Y, seguramente, muchas decisiones hacia atrás se tomaron y se lograron sortear de manera positiva esos obstáculos que se presentaron, exactamente los mismos que hoy estamos viviendo: tasa de cambio, inflación, decrecimiento en términos de consumo, crecimiento económico bajo, pero nos ha permitido entender que hay otras oportunidades. Y las oportunidades están en los mercados internacionales”.
Este empresario considera que los riesgos más importantes que los obligan a tomar decisiones claves están relacionados con ser más competitivos. “Nos concentramos en cómo ser más eficientes para ser unos actores que podamos salir al mercado internacional y competir”, concluye.