Colombia sigue siendo un país de ingresos medios pese al golpe propinado por la pandemia y a que, como consecuencia de ella, muchos de los que eran de clase media bajaron un escalón, o dos, y pasaron a ser vulnerables o pobres.
Con todo y la recuperación reciente, la clase media ha estado estancada desde hace una década con más o menos el mismo porcentaje que tenía en 2012.
En 2021, uno de cada tres habitantes, el 33 por ciento de la población, se ubica en esa franja, que es el corazón de la economía, por sus decisiones de consumo de muchos bienes y servicios, así en numerosos casos sea a punta de créditos.
La movilidad social no ha tomado velocidad en Colombia y la razón no es solo por la pandemia, aunque si es claro que hay unos 6 millones de hogares que están en las clases pobres y vulnerables, que faltan en la clase media. La distribución de ingresos sigue siendo peculiar, sorprendente y fiel expresión de una profunda desigualdad, tanto entre pobres y ricos como entre quienes forman parte de la clase media.
Precisamente, la distribución de ingresos es ahora uno de los temas que revisa el Gobierno electo de Gustavo Petro con el fin de proponer una reforma tributaria estructural. El criterio esencial es lograr que paguen más quienes tienen ingresos más altos y así generar equidad.
La promesa es no tocar a la clase media. No obstante, como el monto de recaudo estimado en la nueva reforma tributaria estaría cercano a los 50 billones de pesos o un poco menos, según las precisiones del designado ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, muchos analistas consideran que será casi imposible no salpicar a la clase media con algo de carga impositiva.
En la clase media hay de todo
Más aún, porque se trata de “un grupo poblacional muy heterogéneo”, de acuerdo con Andrés Álvarez, director del programa doctoral de la Facultad de Economía en la Universidad de los Andes. “El ingreso establecido para ubicar a un ciudadano en la línea de pobreza y el valor mínimo para ser considerado clase media no es tan lejano”.
Eso llevó a que la clase media fuera la mayor perdedora de integrantes durante la reciente crisis: de 14,7 millones de colombianos que en 2019 pertenecían a ese segmento de la población se pasó a 12,5 millones en 2020, para luego volver, en 2021, a 13,9 millones en la mitad de la pirámide.
Con menos del mínimo se es de clase media
En el país se es de clase media cuando se cuenta con un ingreso individual de entre 690.524 y 3.718.204 pesos al mes. Este rango llama la atención, pues la cifra de la base no equivale ni siquiera a un salario mínimo, pero parte de la idea de que las personas no viven solas, sino que conviven en el seno de una familia en la que se juntan los ingresos para llevar las cargas del gasto.
En el otro extremo del rango, pegadito al techo, están los que por sus ingresos individuales ya pertenecen a la clase alta. Quizás por esa cercanía en los ingresos de una clase y de la otra es que muchos temen terminar tocados por los nuevos esquemas de tributación que se ven venir, ante una reforma tributaria que gravará esencialmente a los ricos.
Con la gente de clase media se parte del supuesto de que la plata les alcanza para todos los gastos básicos y uno que otro antojo. La Ocde se refiere a la clase media como aquella franja en la que están personas de un hogar con un ingreso que les alcanza para tener vehículo, aunque muchas veces sea financiado con crédito; se pueden ir de vacaciones de vez en cuando, y, con frecuencia, son propietarias de su vivienda, independientemente de cómo hacen para pagar la hipoteca. Claramente, esas condiciones no se podrían cumplir con el nivel de ingresos en el que Colombia clasifica a la persona como de clase media.
El Banco Mundial también tiene una perspectiva distinta de lo que es ser de clase media. Sus rangos para América Latina, de la que forman parte países como México y Chile, que elevan el nivel de ingreso para el promedio de la región, está entre 13 y 70 dólares diarios, lo que equivaldría a 52.000 pesos (con una tasa de cambio de 4.000 pesos) y 280.000 pesos. Es decir, entre 1,6 millones y 8,4 millones al mes.
El campo sigue liderando niveles de pobreza
La pirámide socioeconómica en el país, además de los colombianos que se inscriben en la clase media, contiene a la franja de pobreza, en la que está el 37,8 por ciento de la población; a los vulnerables, que son el 26,9 por ciento; y a los de clase alta, que son el 2,3 por ciento.
La imagen cambia sustancialmente si el lente se pone en el sector rural, donde el 89,9 por ciento es pobre o vulnerable, 9,9 por ciento es clase media y 0,1 por ciento es de la clase más pudiente.
Las disparidades dentro de los integrantes de una misma franja poblacional son monumentales. Todo depende del ángulo desde el cual se mire el dibujo. En 2021, solo en las 23 ciudades y áreas metropolitanas en las que se concentra la industria, el comercio, el empleo y en general las oportunidades de lograr una movilidad social para escalar hacia un mejor peldaño, el 33,6 por ciento estaba en situación de pobreza; el 32,1 por ciento, en vulnerabilidad; y la clase media ya se veía más agrandada: 39,9 por ciento o cuatro de cada diez personas.
No obstante, quienes están en la clase media estiman que no se han beneficiado de la economía en la misma proporción a su contribución. Si bien en países como Colombia hasta el momento no son sujetos de impuestos como el de renta, contribuyen mediante el consumo, el cual se vuelve cada vez más caro para esta franja de la pirámide. Es más, los estudios sobre el tema recalcan que las políticas tributarias, que deben impulsar la redistribución de los ingresos, han influido poco en el aumento del tamaño de la clase media.
En cambio, “el costo de los componentes esenciales del estilo de vida de la clase media ha aumentado más rápido que la inflación; los precios de la vivienda han estado creciendo más de prisa que el ingreso medio de los hogares”, dice el estudio de la Ocde. Muestra de ello es que, mientras la inflación anual a junio de este año fue de 9,67 por ciento, cuando se mira de forma aislada, la de la clase media fue de 9,82 por ciento.
Muy endebles
Los colombianos de la clase media, a diferencia de sus colegas de la Ocde, son débiles ante los choques. Están enganchados en el mercado laboral, pero también son los más susceptibles de ser reemplazados en medio de la transformación de los puestos de trabajo.
En 2021, según informe del Dane, el 49,7 por ciento de los ocupados pertenecían a la clase media, mientras que los vulnerables eran el 22,8 por ciento de los que tenían un trabajo, y las personas en condición de pobreza ostentaban el 22,6 de la ocupación. Es decir, al recuperar el empleo o la actividad económica que realizaban, volvieron a ser parte de la clase media, de la que salieron empujados por la crisis.
La constante presión sobre la clase media, principalmente sobre la colombiana, no es algo que deba pasar desapercibido.
El estudio de la Ocde señala que uno de cada cinco hogares de ingresos medios gasta más de lo que gana y tienen un sobreendeudamiento mayor al de familias de ingresos bajos y altos. ¿Podrán con un gasto más?