Después de casi siete décadas de operar en Colombia, General Motors anunció, a finales de abril, la decisión de cerrar su planta de ensamble de vehículos. Un mercado deprimido y mayores eficiencias en otros destinos, fueron algunas de las razones que llevaron a que la marca siguiera la ruta que hace unos años tomó Mazda y se concentrara en adelante en una tarea de comercialización en el país.

Esta historia contrasta con otro sector que, a pesar de la desaceleración de la economía y la caída en el consumo, tiene un gran protagonismo en el mercado: las motos. En él, participan unas siete ensambladoras, y uno de sus principales jugadores es Fanalca. Esta firma vallecaucana comercializa y ensambla en Colombia cerca de 100.000 motos anuales de Honda, con una particularidad: en el mundo, las empresas que ensamblan y fabrican motos de esta marca tienen participación accionaria en la japonesa Honda, Fanalca es la única planta en el mundo que no tiene esa participación. “Es una relación que nos ha funcionado bien durante los últimos 40 años”, explica Joaquín Losada, presidente del Grupo Fanalca.

Señala Losada que el ensamble de motos en Colombia es importante porque, si se trajera la moto ciento % importada, tendría que pagar 33 % de arancel. Si se ensambla en Colombia cumpliendo con porcentajes de integración local, ese arancel es de 3 %.

Si se ensambla en Colombia cumpliendo con porcentajes de integración local, ese arancel es de 3 %.

Pero este no es el único negocio de Fanalca. En Santiago de Chile, opera Transantiago (el Transmilenio de esa capital), al igual que el servicio de aseo y aprovechamiento, y en agosto abre una planta de reciclaje para crear bases de aceites. Por otro lado, opera el acueducto y alcantarillado de Guayaquil, en Ecuador, y otros acueductos en Colombia. Además, en el campo industrial sigue con su ADN en el negocio de ensamble de autopartes, cuenta con una alianza con Marco Polo para ensamblar buses para transporte masivo y con una línea de tubería y perfilería para la construcción. Y está en el negocio de las confecciones con Supertex, que exporta prendas deportivas para Nike, Adidas, Under Armour y New Balance, entre otras, y tiene plantas en Centroamérica. En autopartes, exporta al mercado de Estados Unidos a nichos específicos, como los vehículos que hacen el transporte de logística y paqueteo de firmas como Fedex y UPS, a los cuales les fabrican referencias particulares.

Losada explica que, en la composición de los ingresos, los negocios de servicios pesan cerca de 30 %, Honda Motos puede sumar un 30 % adicional y los otros negocios representan cerca de otro 30 %.

¿Cómo se movió 2023 para Fanalca? “Los negocios de servicios de transporte, de agua, de aseo, son muy estables. Son contratos y concesiones a 10 o 15 años, con unas reglas de juego claras”, dice Losada. Pero la nota baja estuvo en la parte industrial, por la caída del sector de vehículos, pues comercializan autos Honda y ensamblan las motos de esa misma marca. “El mercado de autos en Colombia tuvo su peor año desde 2009, una caída de más del 30 % en las ventas, por debajo incluso del año de pandemia. Y en motos, la caída fue alrededor de 18 %”, describe Losada.

Y agrega: “Nosotros no veíamos el año (2023) con tanto pesimismo. Pensábamos que se iban a dar unas correcciones normales en los mercados, pero no las que se dieron. La planificación para nosotros es de muy largo plazo. Los pedidos que hacemos, tanto de motos como de autos, pueden tener unos lead times de cinco o seis meses. Entonces, cuando no vemos venir esa caída, al final cerramos con lo que está pasando en gran parte de la industria: inventarios altos. Y la tasa de interés tampoco ayuda mucho. No fue un buen año”, advierte.

Para este año, Losada considera que, aunque va un poco mejor, no va a cambiar mucho la historia del año pasado. “Pero este año estamos mejor parados en la cancha. Tocó mover las palancas para acomodarse en los mercados, buscando eficiencias en las plantas y en el mercado, comprando mejor, sentándonos con los proveedores para que el producto sea más competitivo y ajustando la estructura comercial. No va a ser un buen año, de todas maneras, pero cuando uno está mejor parado y le ha hecho una mejor lectura a lo que viene, los resultados no deberían ser negativos”, señala.

El país y la economía no van bien. Ese es el principal riesgo que tiene Colombia, porque si la economía no va bien, afecta a todos. Ya lo estamos viendo, es lo que comenta Fanalca. | Foto: 2024 Getty Images

Frente al escenario por los anuncios del Gobierno en materia de reformas y la convocatoria de una constituyente, Losada opina que “todo eso lo único que genera es incertidumbre. Y esa incertidumbre sí está afectando al país”.

Cree que las tasas de interés van a bajar, pero la pregunta es qué tan rápido. Y considera que el Gobierno debe empezar a generar confianza. “Su discurso debe ser siempre positivo y trabajar juntos”, agrega. Y pone un ejemplo: en el congreso de la Andi, el año pasado, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, dijo que sabían que la economía no iba bien e identificaron las palancas que tienen que mover como Gobierno: construcción de vivienda de interés social e infraestructura, e inversión en salud y agro, entre otras, para empezar una reactivación.

“Un año después, no están andando, pero la receta estaba. ¿Por qué un año después seguimos en peleas, en polarización, en no tratar de llegar a consensos? Como sector privado, somos los primeros en decir: ‘¿Dónde tenemos que sentarnos a conversar?’. El país y la economía no van bien. Ese es el principal riesgo que tiene Colombia, porque si la economía no va bien, afecta a todos. Ya lo estamos viendo”.

Por ejemplo, por lo que ha hablado con algunos de sus colegas de empresas de gran tamaño, los planes de inversión van a seguir, pero fuera de Colombia. “Y eso sí me parece muy grave, que la inversión sea afuera, que le estemos generando estas oportunidades a otro país. El efecto no se ve inmediatamente porque estas inversiones tienen su periodo de maduración”, sentencia, y dice que la secuela de no estar invirtiendo hoy se verá en uno o dos años, y tendrá un impacto en el crecimiento.

Considera que ahora es necesario trabajar para que las dos o tres ensambladoras que quedan en Colombia, como Sofasa e Hino, por ejemplo, no se vayan. “Creo que hay que hacer un trabajo con el Gobierno, la industria y los proveedores para que Sofasa e Hino se fortalezcan y, por qué no, que el día de mañana estas instalaciones que tiene General Motors las tome alguien o la misma empresa vuelva a Colombia”.

Pero en el mercado de motos, Losada ve una gran oportunidad, y así lo describe: Colombia se volvió uno de los mercados más importantes de motos de toda Latinoamérica, con unas 780.000 unidades que se venden al año. “Colombia puede ser un mercado más grande que Estados Unidos, obviamente en otro tipo de motos. Pero quitando a Brasil, que puede vender 1,2 millones de motos, Colombia es el mercado más importante de motos que hay”.

Insiste en que las conversaciones en el país deben darse en torno a dónde somos competitivos, porque el largo plazo no va a desaparecer. | Foto: lzf

Dice que es un mercado que atrae inversión y grandes marcas. “Aquí están las grandes marcas de motos: las japonesas, las de la India, empresas que han hecho un esfuerzo de representar algunas marcas propias con productos de China. Eso ha hecho que sea una industria muy competitiva”.

Según Losada, Colombia tiene una gran oportunidad, “si trabajáramos de la mano con el Gobierno, creando muchas mejores condiciones para que Colombia se vuelva un hub de exportación de motos para Latinoamérica”. Asegura que las condiciones están dadas con encadenamientos y, si hay apoyo, se podrían ensamblar motores y transmisiones. “Uno debería estar hablando con el Gobierno, diciendo: ‘¿Qué hay que hacer para que Colombia se vuelva un hub de exportación hacia Latinoamérica?’”.

También ve posibilidades en el ensamble de buses para transporte masivo, por su alianza con Marco Polo. “¿Será que Colombia se puede volver un hub de exportación de buses eléctricos? En 2023 lanzamos el primer bus eléctrico producido y ensamblado, y, además, un bus de hidrógeno. Ahí estamos trabajando y viendo oportunidades de crecimiento”.

De otro lado, Losada recuerda que el Valle del Cauca fue una de las zonas más impactadas por el estallido social de hace tres años. “Estuvimos totalmente bloqueados durante 40 días, con mucho miedo. Pero de toda gran crisis salen oportunidades”. Y describe el trabajo que han realizado empresarios de todos los tamaños que se juntaron en una iniciativa, Compromiso Valle, para atender las necesidades de los jóvenes de la región. “El resultado ha sido espectacular: más de 3.000 empleos formales generados en empresas que participan en el programa, más de 20.000 emprendimientos apoyados, más de 50.000 jóvenes que han pasado por las iniciativas de capacitación”, destaca.

Insiste en que las conversaciones en el país deben darse en torno a dónde somos competitivos, porque el largo plazo no va a desaparecer, “siempre va a estar ahí. Desafortunadamente, con esta incertidumbre se nos olvida que existe. Tenemos que salir un poco del hoy y empezar a mirar más hacia adelante”, concluye.