En los principales supermercados de la costa este estadounidense se consiguen, con la misma frescura de las plazas de mercado colombianas, estragón orgánico, menta, tomillo y romero, entre otras especias y hierbas aromáticas cultivadas por manos campesinas de la Sabana de Bogotá, Boyacá y Tolima.
Detrás de esta frescura del producto en las góndolas en Estados Unidos está toda una cadena contra el tiempo de un tipo de exportación que implica cortar la planta en Colombia, empacarla, transportarla en frío, para que al otro día esté disponible al consumidor, con la calidad exigida tanto por las autoridades fitosanitarias como por el usuario final.
Son 15 toneladas diarias de especias y este tipo de hierbas que la empresa Agroaromas SAS vende solo a Estados Unidos, a través de un aliado estratégico que las distribuye en las principales cadenas de supermercados de la Costa Este, un nicho que siguen conquistando y esperan aprovechar más, incluso con nuevas líneas de producción.
Y es que además de sus especias y hierbas aromáticas y medicinales, 60% convencional y 40% orgánicas ahora quieren aprovechar la logística construida durante 30 años con este mercado para exportar limón, aguacate, preprocesado y otros productos como ajíes, pimentones y tomates.
Así lo reveló Dalmiro Rodríguez, socio fundador de Agroaromas SAS, una de las pymes en el top de las más grandes y exportadoras del ranking de Semana. Para este empresario, la apuesta a la transferencia tecnológica, la calidad y frescura del producto, así como el compromiso de una mano de obra, cada vez más escaza, han llevado a posicionar a esta empresa y a mantener un crecimiento sostenido durante los últimos 15 años.
Agroaromas SAS empezó hace 30 años como una empresa familiar, no fue fácil el comienzo reconoce Dalmiro Rodríguez quien contó que en la línea del tiempo de esta pyme se fueron incorporando nuevos socios externos que fueron apostándole más al mercado de Estados Unidos, tras una experiencia con los mercados europeas, especialmente con Francia e Inglaterra.
Esta demanda que ha ido creciendo internacionalmente por las hierbas frescas y especias ha permitido a Colombia entrar a un mercado dominado por Israel, Marruecos, España y el estado de California en Estados Unidos, que cuentan con mayores ventajas competitivas frente a nuestro país.
Sin embargo, para Colombia este subsector de la economía ha tenido grandes resultados y se ha destacado, incluso en condiciones adversas como la pandemia y la postpandemia. De hecho, en el primer semestre de 2021, vendió USD $20 millones, según lo reportó en su momento Analdex, gremio que creó el Comité de Exportadores de Hierbas Aromáticas.
Estragón, tomillo, romero, cilantro, perfil, albaca y menta, entre muchos más, producen los cultivadores colombianos. Según el socio fundador de Agroaromas SA, en Colombia alrededor de 100 mil personas viven de este negocio, y de esta torta 2.500 corresponden a esta pyme, entre campesinos y personal responsable de la postcosecha, empaque y logística.
El 70% de la producción de esta empresa es propia y un 30% corresponde a fincas externas, explica Rodríguez, quien reconoce que no son ajenos al fenómeno de escasez de cultivadores por el que atraviesa el país. Ante ello, han debido incrementar la inversión en trasferencia tecnológica y su adaptación al mercado local.
A sistemas de riego de labranza traídos de Israel, más fumigaciones, incremento de invernaderos han acudido para poder enfrentar los duros inviernos y garantizar una producción constante durante todo el año.
Aunque esta empresa ha tenido gran auge, especialmente en los últimos 10 años, los retos y desafíos son constantes. El incremento del dólar les permite seguir siendo competitivos. Sin embargo, señala el líder de esta pyme la mayoría de los insumos se fijan por el dólar lo que no permite aprovechar plenamente la diferencia cambiaria.
Las malas vías colombianas y una alta carga tributaria, así como los problemas de electricidad en la zona rural (Indispensable para la cadena de frío de estos productos) hacen que el negocio no sea tan rentable, frente a otros países con mejores condiciones. Pese a ello, siguen creciendo como lo han hecho durante los últimos 15 años a una tasa anual del 10 por ciento.
“Este año viene con un coletazo difícil por el invierno. Se da un efecto retardado que se manifiesta en tres a 4 meses y que afecta la calidad agrícola y la capacidad de producción. Estamos lidiando con eso, estamos reinvirtiendo en mejorar las condiciones técnicas para que el impacto del inverno sea lo menor posible”, explica Dalmiro Rodríguez, socio fundador de Agroaromas SAS quien con estas estrategias espera un crecimiento del 30 por ciento para 2023.