SEMANA: ¿Cuál es su opinión de lo que pasó en la economía en el primer trimestre de este año?

JOSÉ MANUEL RESTREPO: Este primer trimestre del año confirmó un proceso de estancamiento que ya acumula cuatro trimestres seguidos, todos ellos muy cerca del cero por ciento.

SEMANA: ¿Eso qué significa?

J.M.R.: Que estamos en una trampa de estancamiento muy compleja que está afectando sectores productivos clave como la industria, altamente generadora de empleo; el comercio, los restaurantes, el turismo interno, varios de los servicios, la vivienda, la construcción, en general y los sectores de minas e hidrocarburos.

SEMANA: En su concepto, ¿cuál es el punto de fondo de esta situación?

J.M.R.: El almendrón de este problema tiene una causa central: que la inversión privada lleva cinco trimestres consecutivos decreciendo. Haciendo un parangón con el concepto de recesión, estamos ad- portas en el siguiente trimestre de acumular tres recesiones seguidas de inversión privada.

La gran apuesta es reactivar la inversión, pública y privada, para impactar sectores claves como la infraestructura y la vivienda.

SEMANA: ¿Eso qué indica?

J.M.R.: Lo que esto indica es que la economía colombiana no es capaz de depender solamente del esfuerzo de lo público o del esfuerzo del sector agropecuario. Si no activamos la inversión privada en el resto de los sectores de la economía, vamos a estar en una trampa de estancamiento que se confirma con el anuncio del Ministerio de Hacienda del crecimiento de la economía para este año al 1,5 o 2 por ciento. Eso sigue siendo muy pobre. Es un crecimiento que a Colombia no le sirve porque no le permite atender las capacidades para generar el empleo suficiente para los colombianos y, sobre todo también, para las necesidades de recaudo fiscal que es definitivo en un momento en el que las finanzas públicas están más apretadas.

Preocupa sobremanera que sigamos en esta trampa de estancamiento como resultado de un muy mal comportamiento de la inversión privada en Colombia.

SEMANA: Antes de avanzar en el tema de inversión, por favor miremos el tema de las actividades del Gobierno. ¿Cómo interpreta el crecimiento que han tenido, cuando la queja es que no ejecutan?

J.M.R.: Es que ese comportamiento está íntimamente ligado al gasto público, lo que significa que efectivamente el Estado ha venido respondiendo con burocracia, con gasto público tradicional que es burocracia, pero que claramente sabemos no es el instrumento para generar dinámica productiva en el país. La inversión pública sigue colgada, en el sentido de que la capacidad de ejecución del gobierno nacional sigue siendo muy limitada. No se nos puede olvidar que en 2024 estamos teniendo un gasto primario en relación al producto interno bruto, casi similar al que teníamos en el año de la pandemia y eso significa que el nivel de gasto está siendo muy alto, porque este no es un año de pandemia. Y es un año en el que tener ese nivel de gasto público es significativamente superior a lo que, entre otras, además, se tenía previsto de tiempo atrás y era ir disminuyendo –como se logró hasta 2023- el nivel de gasto con respecto al PIB, de lo contrario eso era no sostenible. Pero tiene una carga adicional de preocupación: con un nivel de gasto como ese la presión al Banco de la República para poder reducir tasas es muy alta. Dicho de otra manera: con ese nivel de gasto público es más difícil que el banco central tome la decisión de bajar rápidamente las tasas de interés.

SEMANA: En el escenario que han tenido las actividades del gobierno, se podría enfrentar a un círculo vicioso porque el recaudo hoy es menor a la meta, entre otras cosas porque la economía no crece, pero es el que jalona la economía, pero sin recursos no lo podría hacer…. ¿Es así?

J.M.R.: Es un círculo vicioso en el sentido de decir, si Colombia no es capaz de generar inversión privada, no va a generar recaudo. Y el poco recaudo que se genera se destina solamente a gasto público, ese gasto público no tiene la potencia suficiente para generar una dinámica de crecimiento tal que le permita al Estado tener los recursos suficientes para invertir bien y generar una mejor dinámica de empleo y crecimiento de la economía. En ese círculo vicioso, si lo podemos llamar de esa manera, al final pierde el país porque no va a generar el crecimiento suficiente; pierde el empleo porque no va a haber empleo suficiente; pierde la capacidad de inversión productiva y social del Estado porque no va a haber recursos suficientes y de alguna forma también, genera una presión adicional para salir a encontrar nuevas fuentes de financiamiento que claramente van a ser más costosas, con una mayor prima de riesgo país porque es evidente para las calificadoras de riesgo y los inversionistas internacionales que la realidad de las finanzas públicas está siendo muy apretada. Ya se expresó Fitch con una preocupación sobre el anuncio eventual de flexibilizar la regla fiscal, ¿en el fondo por qué se hace? Porque hay un apretón muy fuerte de finanzas públicas. Nunca antes habíamos tenido tan bajo nivel de caja.

SEMANA: ¿Qué pasa con la caja?

J.M.R.: Las organizaciones por donde más sufren es por caja, y al Estado le pasa lo mismo. Eso es peligroso. Evidentemente hay un problema de recaudo al haber incorporado ingresos imposibles de lograr en el presupuesto de 2024 (el arbitramento de litigios), incumplir metas de recaudo tributario y por la baja dinámica de la economía. Pero también hay un problema de exceso de gasto aún a pesar de la baja ejecución de inversión. Por eso es urgente un programa de congelamiento ya de gasto e inversión inmediato y un plan de reactivación que genere crecimiento y con ello más recaudo.

SEMANA: El presidente Petro culpó al Banco de la República por este resultado del crecimiento, diciendo que las tasas están muy altas. ¿Qué responsabilidad le cabe al Banco de la República?

J.M.R.: Otra preocupación mía no es solo un crecimiento bajo y mediocre, sino que no existe la capacidad del gobierno nacional para reconocer sus propios errores. Dicho de otra manera, el primer paso para enfrentar un problema es reconocerlo. Cuando el gobierno nacional le endilga la responsabilidad del bajo crecimiento al Banco de la República, comete un error de bulto. Como lo dice el Fondo Monetario Internacional en su último informe que le presentó a Colombia recientemente, la tercera parte –eventualmente- del bajo crecimiento de la inversión y con ello del crecimiento está representado en las altas tasas de interés y eso es cierto porque las altas tasas le pegan a la inversión y al consumo. Pero ojo a lo que dice el Fondo Monetario Internacional: dos terceras partes de esa baja inversión y con ello bajo crecimiento está en la incertidumbre política. Y allí la responsabilidad es estrictamente del gobierno nacional. El que está generando incertidumbre política es el gobierno nacional y lo está generando con mensajes equivocados.

Para el Fondo Monetario Internacional en su último informe, la tercera parte del bajo crecimiento de la inversión y con ello del crecimiento, está representado en las altas tasas de interés. Pero dos terceras partes está en la incertidumbre política del gobierno Petro. | Foto: Presidencia/Getty Images

El mensaje de flexibilizar la regla fiscal, de que vamos a modificar las funciones de la banca central, de que vamos a acelerar la transición energética sin tener claridad qué va a reemplazar al sector de hidrocarburos y minas; los errores no forzados que comete el gobierno nacional como el proyecto de decreto de liquidación de presupuesto, los mensajes que se han recibido sobre las vigencias futuras que afectan a la inversión en el sector de infraestructura, los mensajes sobre no subir los precios de los peajes o las tarifas de los peajes que también afectan al sector de infraestructura, el mensaje de que el sector privado es el responsable de la inflación por sus altas utilidades. Todo eso no ayuda y mucho menos las reformas que están hoy en el Congreso de la República que generan una alerta roja, como la reforma laboral, parte de la reforma pensional y lo que en su momento fue la reforma a la salud o la implementación de esta reforma por la vía de los decretos. Eso genera preocupación, genera incertidumbre.

Entonces, dos terceras partes de la razón por la que estamos viendo el crecimiento así, se derivan de esa incertidumbre que crea el propio gobierno nacional. Además, esa incertidumbre se agrava con los mensajes políticos velados de que no se van a cumplir las reglas del juego de la institucionalidad, poniendo en entredicho varias de las instituciones del país, incluso a los medios de comunicación. Ninguno de esos mensajes es positivo, realmente, para construir certidumbre o confianza.

Creo que al Gobierno le ha faltado esa dosis de humildad para reconocer que, si bien hay un elemento de tasas de interés altas que el banco va a ir disminuyendo en la medida en que tenga espacio, por lo menos dos terceras partes corresponden a la misma actuación del gobierno nacional generando incertidumbre al sector privado.

SEMANA: ¿En esa incertidumbre caben los anuncios que hizo el presidente Petro, primero del poder constituyente, luego de la asamblea constituyente y ahora de un referendo?

J.M.R.: Ninguno de esos anuncios ayuda. Es lo que llamo el efecto económico de los anuncios políticos. El anuncio de que vamos a convocar una Asamblea Constituyente después de que la Asamblea Constituyente ya no es o no sería en la forma tradicional, sino de otra forma y ahora que vamos a hacer un referendo.

Y así sucesivamente todos esos anuncios, que son más políticos que económicos, tienen una carga de incertidumbre y de desconfianza del sector privado, porque entonces el sector privado no entiende cómo así que una Asamblea Constituyente, pero sin cumplir las normas actuales que señala la Constitución para convocarla.

Ese tipo de mensajes, que políticamente son muy atractivos, que logran aplausos en los territorios en donde se anuncian, no son positivos para la dinámica económica de un país. En esto, la verdad, hay que intentar hacer un esfuerzo por aislar la economía del mundo de la política, del debate político, porque el debate político tampoco le está ayudando en este momento a la economía.

El presidente Gustavo Petro anunció, en principio, el poder constituyente, luego la asamblea constituyente y finalmente un referendo, Para José Manuel Restrepo no son anuncios positivos para la dinámica económica de un país.

SEMANA: El gobierno hizo un planteamiento para reactivar la economía y sacó un plan, que tiene inversiones forzosas, beneficios tributarios y todo el tema alrededor de la regla fiscal. ¿Cómo lo analiza en este momento frente a la dramática situación que muestra un crecimiento tan tímido del 0,7 por ciento de la economía en el primer trimestre?

J.M.R.: Lo primero que diría es que es un plan de reactivación que no es a corto plazo, sino a mediano plazo. En el sentido de que las tres medidas tienen que transitar por el Congreso de la República. Y lo que necesitamos es una respuesta urgente e inmediata. Y lo veo inoportuno, porque es como una respuesta a mediano plazo, pero no una respuesta ya.

Segundo, por lo menos dos de los tres planteamientos no parecen un plan de reactivación, sino uno de desactivación nacional. Cuando se habla de inversiones forzosas, por ejemplo, algo que se ha probado desde los años 60 en Colombia, y que todavía incluso existen algunas de ellas, realmente buscan favorecer algunos sectores productivos con créditos más baratos, pero no funciona. No funciona porque se convierte en una carga impositiva al sector financiero y al sector productivo. Porque desincentivan justamente al sector financiero para llevar esos recursos a los sectores productivos. Es decir, está demostrada en nuestra propia historia que esas inversiones forzosas no son efectivas. Segundo, la flexibilización de la regla fiscal es claramente otra medida que genera desaceleración, porque primero genera desconfianza y con ello afecta la inversión.

SEMANA: Y, ¿las calificadoras qué piensan?

J.M.R.: Se les envía un mal mensaje, que fue confirmado por el reporte de Fitch a los inversionistas internacionales, con lo cual evidentemente podrían llevar a una mayor prima de riesgo país, a una elevación de la tasa de cambio, a mayores gastos de intereses en deuda pública y con ello menos espacio para la inversión.

Luego, claramente, es una medida que va en la dirección contraria, no de activar sino de desactivar la economía. Y la tercera, que es la de la modificación o la reforma tributaria eventual para tratar de disminuir las tarifas del impuesto de renta corporativo. Suena bien, en el qué, pero no es claro ni el cómo ni el para qué. El qué ha sido siempre un propósito de discusión de país, positivo en el sentido de que hay que buscar que el sector productivo tenga menores tasas de impuestos corporativos. Pero el cómo no me queda claro. Y no me queda claro porque en un escenario de apretón fiscal como estamos actualmente, ¿de dónde van a salir los recursos que vamos a dejar de recibir por disminuir el impuesto de renta corporativa? Yo no lo veo claro.

Tampoco veo claro el para qué, en el sentido de que la discusión en el Congreso de la República puede llevar en un momento determinado a que aprovechemos, llamémoslo así, esa discusión de reforma tributaria para inyectar nuevos recursos, nuevos impuestos en la economía con un destino a mayor gasto, cuando en realidad estamos viendo que el gasto está siendo excesivo en este momento.

SEMANA: ¿Cuáles son las victorias tempranas o esos mangos bajitos, que deberíamos coger para reactivar rápidamente la economía y que el Gobierno debería impulsar?

J.M.R.: Siempre he creído que uno tiene algunos mangos muy fáciles de coger. Y creo que el primer paso para identificarlos es construir genuinamente un trabajo en equipo, un consenso y un acuerdo con el sector privado. Pero un acuerdo genuino, donde se siente el Gobierno con el sector privado a identificar cuáles son los caminos. Cuando a mí me correspondió manejar la pandemia, mi primer ejercicio fue reunirme con el sector privado, con los gremios de la producción e identificar qué caminos le servían al gremio de la producción para salir adelante. Pero pongo de presente algunos puntuales. Un camino para fortalecer el sector de vivienda.

Este sector tiene que revisar de fondo y retroceder en todos los procedimientos que se implementaron para cambiar el modelo con el cual se asignaban los subsidios. Claramente está demostrado que no funcionaron los nuevos ajustes. Algo de hecho ha realizado la ministra, pero creo que hay que profundizar aún más. ¿Cuál es el mejor camino para hacerlo? De la mano de Camacol, en conjunto con ellos diseñando la estrategia.

Segundo, este puede ser un muy buen momento para retornar de nuevo a ese denominado FRECH, esos subsidios de tasa de interés para vivienda no VIS. Creo que aprovechando que las tasas de interés están disminuyendo, puede ser un muy buen camino para motivar esa construcción de vivienda no VIS.

Eso supone superar de pronto alguna dificultad ideológica con respecto a esa medida. Pero es que en este caso no debe primar la ideología, sino el pragmatismo. ¿Eso cómo se hace? También de la mano del sector, motivándolo a que piense de qué manera se puede implementar eso. Y eso se puede hacer perfectamente con presupuesto de la Nación, sin necesidad de pasar por el Congreso de la República.

Otra medida. Son ejemplos. Motivar la exportación de los sectores industriales a través del decreto de la devolución de impuestos indirectos en la exportación. Eso se puede hacer ya, porque el instrumento es a través de decreto. Se podría implementar cuanto antes. El gobierno incluso lo propuso a su inicio, pero se quedó en el aire.

Esperemos que lo proponga de nuevo o lo ejecute de nuevo. Entiendo que ya lo pusieron en un borrador de decreto. Qué bueno que se implemente cuanto antes. Entonces, ahí hay simplemente tres ejemplos.

Pero creo que el camino ideal para construir más ejemplos como esos es con el sector productivo. Es diseñar eso en conjunto con el sector productivo. Como lo hicimos con los decretos de emergencia económica en el marco de la pandemia.