El reciente derrumbe de un edificio en Surfside, en el condado de Miami-Dade (Estados Unidos), ha generado gran incertidumbre en el mercado inmobiliario en esa zona de Estados Unidos. Lo que hasta hace poco era visto como un escenario con proyecciones positivas, ahora se enfrenta a una compleja coyuntura para los agentes inmobiliarios, las aseguradoras y los propietarios.
Antes de desintegrarse en un montón de escombros y dejar sin vida a más de 30 personas, el edificio Champlain Towers South formaba parte de una serie de edificaciones de gran altura que se construyeron a lo largo de la costa del sur de Florida y que se han ido densificando en medio de un continuo ‘boom’ inmobiliario.
Sin embargo, la decisión de construir este tipo de proyectos en áreas como Surfside, situada en islas de barrera del Atlántico que son propensas a los huracanes e inundaciones, representará grandes retos para quienes quieran mantener rentables sus inversiones.
Ines Mason, propietaria de un apartamento en el piso 14 de un edificio en esa zona, aseguró en declaraciones citadas por el medio DNYUZ que hace cinco años decidió invertir en ese tipo de bienes raíces “atraída por la cautivadora vista” del mar que se puede observar desde edificaciones de gran altura como esa.
No obstante, luego de la tragedia acontecida recientemente en el edificio Champlain Towers South, el panorama se ha tornado cada vez más incierto, mientras que su principal preocupación durante los últimos días radica en buscar la manera de mantener el rendimiento económico de su inversión.
Un investigador de la Universidad Internacional de Florida señaló hace poco que el condominio colapsado se venía hundiendo desde la década de los noventa, según un estudio presentado por él mismo el año pasado, como recoge el Daily Mail. Incluso, otros tres edificios incluidos en el documento habían reportado un ritmo de hundimiento más rápido que el del condominio que colapsó en Surfside.
Las áreas de la ciudad en las que se identificaron mayores riesgos fueron Surfside, Park View Island (donde hay casas y una escuela cercana) y dos edificaciones en el sur de Miami Beach en el vecindario Flamingo.
Otro de los hallazgos expone que en el suroeste de South Beach hay importantes inundaciones costeras que pondrían en riesgo las edificaciones, como también en el noreste de esa misma zona, donde se han identificado hundimientos. Uno de los lugares donde se han visto los mismos problemas fue en los alrededores de Park View Island, donde hay una escuela primaria.
Entre tanto, los funcionarios del gobierno local y las asociaciones de condominios ya están poniendo en marcha las respectivas inspecciones para verificar riesgos en las edificaciones. Las compañías de seguros también han empezado a exigir pruebas de que los edificios antiguos han sido evaluados, pues de lo contrario limitarían las coberturas.
Un efecto dominó
Cordelia Anderson, una agente de bienes raíces de Miami citada por DNYUZ, afirmó que cinco clientes que habían estado interesados en invertir en la zona pidieron grandes descuentos después del colapso.
Además, las inspecciones requeridas probablemente aumentarán los costos de reparación de los edificios, generarán mayor precaución por parte de los compradores y dejarán aún más mal parados a los propietarios de apartamentos que quieran vender.
La tragedia del Champlain Towers South se produjo cuando las ciudades del área de Miami ya están experimentando los efectos de las mareas más altas y anuncian costosos esfuerzos para mitigarlos.
Stephen Leatherman, profesor de la Universidad Internacional de Florida especializado en playas, aseguró que aún no hay pruebas de que ese fenómeno, producto del cambio climático, haya incidido en el derrumbe.
“Por lo general, se construye sobre la arena”, a diferencia de la piedra caliza de Miami, que está más tierra adentro pero aún es baja como la mayoría de los demás lugares de Florida, agregó Leatherman en declaraciones dadas a la agencia AFP.