Colombia se anotó un gol en materia económica por la tarea que realizó en los últimos tres años y el exitoso proceso de ajuste ante el fuerte desplome de los precios del petróleo. Así lo diagnosticó el Directorio Ejecutivo del Fondo Monetario Internacional (FMI), en su más reciente visita de evaluación al país, en un espaldarazo para la gestión de las autoridades económicas colombianas. No obstante, también la entidad multilateral sacó una tarjeta amarilla: advirtió que la economía colombiana aún tiene varias asignaturas pendientes.En concreto, los directores del FMI elogiaron a las autoridades por su sólida gestión macroeconómica y sus políticas para manejar la fuerte caída de los precios internacionales del crudo, que pasaron de niveles superiores de 100 dólares por barril a mediados de 2014 a cerca de 30 en 2015. También celebraron que a pesar de esta difícil coyuntura, que redujo el crecimiento económico, el país pudiera corregir sus desbalances y continuar con el trabajo de reducir el déficit en cuenta corriente y con su proceso de consolidación fiscal. También resaltaron el control de la inflación mediante la política de reducir tasas realizada por el Banco de la República.Puede leer: Gobierno celebra pronóstico del FMI de crecimiento del PIBCon base en estos argumentos, la entidad multilateral aseguró que en 2017 el país está “cerca de finalizar el proceso de ajuste a importantes ‘shocks’ externos, al tiempo que siguió avanzando hacia un crecimiento inclusivo”. De hecho, el aumento en los ingresos derivados de la reforma tributaria de 2016 ayudó a proteger la inversión y el gasto social, como reconocieron los expertos.El ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, recibió muy bien esas palmaditas en la espalda. Señaló que resulta muy satisfactorio que una entidad usualmente tan crítica como el FMI haga un parte elogioso, positivo y optimista de la economía colombiana. “Esto nos debe dar mucha tranquilidad a todos”, aseguró Cárdenas, quien reiteró que el país hizo el ajuste que correspondía y la economía ha logrado acomodarse a una nueva realidad.Por eso, ahora los especialistas esperan un repunte del crecimiento económico impulsado por el fortalecimiento de la inversión y las exportaciones, una mejora de las perspectivas de los precios del petróleo y el despegue del programa de infraestructura 4G, entre otros factores.De acuerdo con el Word Economic Outlook del FMI, Colombia crecerá este año un 2,7 por ciento, por encima del promedio de América Latina que crecería un 2 por ciento. Una cifra más optimista maneja el presidente Juan Manuel Santos, quien al término de un consejo de ministros, la semana pasada, vaticinó que incluso el país este año podría crecer el 3 por ciento.Le recomendamos: Maduro aumentó un 40% el salario mínimo en VenezuelaEntre otras fortalezas de la economía, el FMI destacó la resiliencia del sistema bancario que atribuyó a la buena supervisión y adecuados niveles de liquidez y capital.Los dolorososEn medio de las perspectivas favorables, también hay preocupaciones. La primera tiene que ver con la fuerte vulnerabilidad de la economía colombiana frente a choques mundiales como un eventual endurecimiento de las condiciones financieras de los mercados internacionales y mayores tensiones comerciales o geopolíticas. Por eso, el FMI recomienda a las autoridades económicas bajar el endeudamiento y ajustar el gasto.Le puede interesar: Perspectivas económicas 2018: el año de incertidumbresTambién es imperativo adoptar reformas estructurales para elevar la productividad y el crecimiento potencial de la economía, con el fin de disminuir la informalidad del mercado laboral, garantizar un mayor acceso a la educación superior de alta calidad, mejorar el clima empresarial y seguir promoviendo la inversión en infraestructura. Eliminar barreras para el comercio internacional es otro de los temas pendientes.No faltaron tampoco las recomendaciones del FMI de aprobar una reforma integral del sistema de pensiones para mejorar la cobertura y la progresividad, un tema en el que parece haber un consenso cada vez mayor. El balón está ahora en la cancha del nuevo presidente.