Un estudio de la Universidad de La Salle asegura que Colombia puede generar 22 millones de residuos en construcción y demolición, lo que podría representar, según el Ministerio de Ambiente, entre el 30% y el 40% de todos los residuos totales generados a nivel nacional, y de los que se estima que solo el 20% de los residuos son aptos para reciclarlos.
Este panorama preocupante ha impulsado a diferentes sectores a intensificar sus esfuerzos en generar nuevas propuestas que logren ser amigables con el medioambiente. Se implementaron técnicas y prácticas como: el uso de materiales ecológicos, diseños energéticamente eficientes y, sobre todo, la gestión de residuos. Además de esto, se han ido adoptando los estándares de construcción sostenible como las certificaciones LEED o EDGE (Excelencia en Diseño para Edificaciones Eficientes), para reducir las repercusiones medioambientales que pueden generarse en el país.
“La arquitectura sostenible no es solo una tendencia, sino una necesidad imperante. La demanda de construcciones respetuosas con el medioambiente y energéticamente eficientes está en aumento. En este contexto, el reciclaje se presenta como una herramienta esencial para reducir la huella ecológica de los proyectos arquitectónicos”, expresa el arquitecto Fidel Mendoza, con quien SEMANA tuvo la oportunidad de hablar para profundizar más acerca del tema.
Mendoza también expresó que la construcción sostenible nace desde un punto creativo e innovador, gracias a la exploración y a ese afán por traer beneficios ecológicos, económicos, diseño y arquitectura al país. Estas prácticas, por igual, generan momentos en los que los arquitectos se deben sentar a pensar y profundizar más sobre cómo se podría crear algo nuevo y con dedicación.
¿Ese 20% podría incrementar?
En los años 50, el arquitecto Le Corbusier hizo Ronchamp, una capilla que fue construida sobre otra más pequeña. “Es un hecho que el 20% pueda aumentar, son prácticas no necesariamente nuevas, ya que antes de pensarlo para hoy, había un convento, en Francia, donde los escombros, yo creo que en un 100%, se reutilizaron en la nueva edificación de este”, comenta al respecto arquitecto Mendoza.
Otro personaje ya más contemporáneo podría ser el arquitecto Wang Shu, quien ha sido de los primeros ciudadanos chinos en ganarse un premio Pritzker (2021), gracias a su idea frente a la arquitectura, que se mezcla entre sus raíces tradicionalistas y el fin medioambiental, donde se reutilizan elementos. Entonces, esto comprueba que existen edificaciones hechas 100% de materiales reciclados, y que se viene aplicando desde hace mucho tiempo.
En el caso de Mendoza, él, en sus construcciones, ha usado materiales reciclados para tener acabados finales, que, como principio, se dan a modo de innovación, pero también logran dar acabados realmente estéticos y ahorrar un poco de dinero.
La extracción de estos materiales no tiene ciertamente un método, siempre se pueden elegir cosas que estén en buen estado, como también se pueden trituras, acoplar, limpiar y volver a utilizarlos. Construir y reciclar para realizar una nueva obra, tiene precios finales similares, esto, porque el proceso de reutilizar materias primas genera un alto costo.
Fundación CreSiendo
Elegido entre los 500 mejores proyectos sostenibles de Latinoamérica, este es un centro educativo en el barrio Campo Alegre, en el municipio de El Rosal (Cundinamarca). Esta fundación, creada por Mendoza, fue pensada para el desarrollo pedagógico, por lo que siempre tuvo implicaciones, en las que el equipo de planeación repensó otras variantes factibles para la finalización de un proyecto apto, con fines medioambientales. Aquí, aproximadamente, el 80% de los materiales se reutilizaron.
Dentro de los materiales a destacar se encuentran los rellenos de gaviones, que fueron obsequiados por una marmolería y cementera de la zona; también el uso de vallas de publicidad de carreteras, que fueron pintadas de color verde, para usarse como cerramiento; y, por último, las estibas de repuestos de carros, que fueron usadas para construir parte de las casas de los habitantes de la zona, que inmunizó, tal cual la técnica Shou Sugi Ban.
“El reciclaje tiene futuro, yo creo que no solamente en Colombia, sino en el mundo. Desde el punto de vista como arquitecto, creo que simplemente entender o tener curiosidad por cómo se hacen las cosas y, cómo proponer cosas nuevas, ya es bastante. Es necesario empezar a ahondar en el mundo del reciclaje y, sí, hay economía detrás, además de temas como el acoplarse al cambio climático y crear vivienda en situaciones climáticas extremas”, agregó Mendoza.
Sobre este tema, el arquitecto aseveró: “Hay un mercado comercial bastante fuerte alrededor de eso y también, pues la arquitectura tiene el poder de enseñarnos a vivir, de irnos guiando, pues es nuestra plataforma de vida, nuestro escenario. Entonces, en la medida en que la arquitectura nos vaya dando opciones de vivir de una manera menos consumista, creo que tiene un beneficio gigante y, poco a poco, lo vamos viendo con el cambio climático y con nuestra propia cartera, que reciclar y participar en comunidad, un poco más consciente, nos beneficia a todos. Creo que para allá va el mundo y para allá deberíamos ir todos, mientras sea antes, mejor”.