Para lograr este objetivo lanzó el programa Fábricas de Productividad, un modelo que busca transformaciones importantes en los procesos de un grupo de compañías que finalmente se reflejen en sus resultados operativos, de ventas y rentabilidad. Claramente, uno de los problemas centrales que enfrenta hoy la economía colombiana es que las empresas logren mejores indicadores con los mismos recursos disponibles. La premisa del Ejecutivo es que si bien un contexto que propicie la productividad es básico, a través de infraestructura, servicios o estabilidad en las reglas del juego, lo cierto es que 65% de las tareas para ser más productivos se dan al interior de las propias empresas. Lea también: Solo 3 de cada 10 empresas sobreviven en Colombia, ¿cómo fortalecerlas? En este sentido, adquieren especial relevancia las tareas de logística, procesos de producción, innovación y mercadeo, entre otras. Esto lleva a poner el foco en la manera como los propios dueños, administradores y empleados asumen tales procesos. Según el viceministro de Desarrollo Empresarial, Saúl Pineda Hoyos, es claro que el país enfrenta desde hace rato un problema de productividad, pues si bien sigue subiendo la inversión y todavía queda espacio para mejorar en materia de recurso humano, la productividad total de los factores se encuentra hoy por debajo del promedio de América Latina. “El 65% de los cambios en productividad no proviene del contexto sino de los procesos internos de las firmas”, explicó el funcionario. Lea también: ¿Cuál es el santo grial de la productividad en las empresas colombianas? La experiencia en este tipo de programas viene de países como Marruecos y Francia que han tenido resultados positivos, impulsando la productividad en cada una de las empresas intervenidas. Se trata de apostar al fortalecimiento de las capacidades empresariales, implementando cambios desde el interior de los procesos. Obviamente, esto significa que, más que el presupuesto o la infraestructura disponible por parte del Estado, lo que marca diferencia en esta clase de iniciativas es el papel de las personas encargadas de desarrollar el programa dentro de las empresas. Por eso se ha aprovechado la experiencia del Programa de Transformación Productiva (PTP) que formó a 40 extensionistas a través de un convenio con la Universidad Georgia Tech, y quienes han multiplicado la experiencia formando nuevos profesionales que puedan estar al interior de las empresas ayudando a resolver problemas de mercadeo, producción, innovación o cualquier otro aspecto relacionado con los resultados específicos de las firmas seleccionadas. Según el funcionario, esta intervención debe ser integral. Lea también: Caen ventas en la mitad de sectores de la economía colombiana El programa Fábricas de Productividad contará con el gremio de las cámaras de comercio como aliado y cada una de las Cámaras de Comercio de Bogotá, Medellín, Cali, Bucaramanga y Barranquilla servirán como multiplicadoras de la experiencia. La meta es que en el mediano plazo se llegue con el programa a por lo menos 2.000 firmas pequeñas y medianas. La lucha por la productividad es uno de las grandes desafíos que tiene hoy Colombia para ampliar sus capacidades económicas. Este tipo de iniciativas apunta hacia la dirección adecuada. Sin embargo, es necesario medir el impacto real. Eso se logrará a partir de la comparación de las empresas intervenidas, con otras 100 empresas de los mismos sectores que no contaron con la ayuda del programa. Se espera que haya resultados a tres, seis, nueve y doce meses. El tiempo empieza a correr.