Hay preocupación en el Gobierno nacional por cuenta de las limitadas reservas de gas natural con las que cuenta el país, y es que a pesar de que una de las banderas de Gustavo Petro es la transición energética, la realidad es que sectores industriales están presionando para que se actúe con celeridad y se evite tener que importar este combustible en el año 2026.
En las últimas horas, ha trascendido que la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH) se encuentra preparando un plan de contingencia para evitar la importación de gas natural en el año 2026 y satisfacer la creciente demanda de la industria y los hogares en el país.
Y es que, tanto las estimaciones del Gobierno anterior, como las de la industria y la nueva hoja de ruta de transición energética coinciden en un punto crítico: si no se implementan cambios, Colombia se verá obligada a importar gas natural en el año 2026 debido a la insuficiencia de la oferta nacional.
Lo complejo de la situación es que además de que el gas importado suele ser más costoso que el local, su mayor desventaja radica en la volatilidad e imprevisibilidad de sus precios, lo cual puede terminar afectando la estabilidad financiera de las empresas y los costos finales que pagan los usuarios.
El conjunto inicial de medidas que prepara la ANH se anunciaría la próxima semana, salvo que se presente algún contratiempo. Según el Gobierno, el plan de contingencia se han discutido con los sectores industriales y permitirán a las compañías petroleras continuar explorando y desarrollando yacimientos sin necesidad de devolver áreas una vez evaluadas.
Además, se contempla la posibilidad de extender el plazo de exploración, siempre y cuando las empresas propongan inversiones adicionales en exploración al Gobierno.
Este anuncio podría ser el primer paso de un plan de acción más amplio, ya que se están llevando a cabo mesas de trabajo entre la industria y diferentes sectores gubernamentales para generar nuevas ideas y soluciones.
La industria espera que el plan concreto relacionado con el gas incluya una asignación de responsabilidades y plazos de entrega específicos, y que pueda integrarse en la hoja de ruta de la transición energética. De esta manera, se asegurará que tanto entidades públicas como empresas privadas cumplan con sus compromisos de cara al 2026.
¿Colombia podría terminar importando gas de Venezuela?
“Colombia pasó de la abundancia a la escasez de gas”, ese fue el contundente mensaje que entregó al país Juan Manuel Rojas, presidente de Promigas, durante la presentación del informe del sector de gas natural, en el que se evidencian los aprietos que tiene el país para mantener el autoabastecimiento.
“Las reservas convencionales de gas vienen declinando a un ritmo acelerado (7,2 años en 2022, el más bajo nivel en los últimos 17 años)”, recuerda el vocero de la empresa que casi completa medio siglo en el sector.
Los bajos niveles de reservas, la escalada de los precios de gas en boca de pozo durante los dos últimos años, y las recientes restricciones en el suministro a la demanda no regulada en algunas zonas del país por problemas técnicos de algunos operadores en sus yacimientos, ponen de manifiesto reviven el fantasma de la importación de gas desde Venezuela, donde, no obstante, el panorama no será tan fácil.
El país está de cara a una transición energética en la que el gas es un actor crucial. Principalmente, por la creciente demanda de energía, lo que constituye un enorme desafío en el escenario en el cual, el petróleo tendrá que ir saliendo de manera paulatina.
Promigas, no obstante, puso sobre el tapete las incertidumbres, entre las cuales, menciona el tema regulatorio, que está dificultando la atracción de inversionistas para obtener ese producto.