Las concesiones viales 4G no solo están cambiando el mapa de la infraestructura del país. También desenterraron un capítulo grueso de la historia de esta tierra antes de que se llamara Colombia.

En las 29 autopistas que se construyen, unas a mejor ritmo que otras, se invierten unos 55 billones de pesos. Sin embargo, lo que decenas de arqueólogos y concesionarios están encontrando y excavando no tiene precio.

Según cifras entregadas a SEMANA por la Agencia Nacional de Infraestructura (ANI), se han desenterrado cerca de 1,1 millones de piezas arqueológicas, desde vasijas y ofrendatorios hasta imponentes tunjos de oro, piedras preciosas y cientos de restos humanos y tumbas.

Varios laboratorios especializados del país y el exterior trabajan con carbono 14 y otras técnicas para establecer el origen y antigüedad de algunas de estas reliquias.

Según Nicolás Loaiza, director general del Instituto Colombiano de Antropología e Historia (Icanh), entidad que coordina las labores de rescate junto con los concesionarios, lo que se está encontrando en este tipo de obras “es impresionante y hay muchas sorpresas”.

Entre lo más relevante, los indígenas de la sabana de Bogotá eran asiduos consumidores de curíes e, incluso, llegaron a domesticarlos, algo que para muchos solo se veía en Pasto y la zona fronteriza con Ecuador.

Cada pieza debe ser extraída con sumo cuidado y paciencia. | Foto: GUILLERMO TORRES

También descubrieron que los antiguos pobladores de la Sabana, los antepasados de los rolos, construían casas rectangulares, sobre todo para los caciques y la alta sociedad de la época precolombina.

Según la información que se tenía, las comunidades muiscas o las anteriores vivían en bohíos o empalizados circulares con techo de paja.

De acuerdo con las pruebas, domesticaron plantas, como las calabazas, para sopas, y existían desde hace unos 10.000 años cultivos frutales y de tubérculos. Y ese es solo el principio de la historia.

Los nuevos proyectos de la Quinta Generación de Concesiones, la ampliación de la red eléctrica y de energías renovables, y hasta los proyectos urbanos, como la extensión de la avenida Caracas en Bogotá, se están convirtiendo en nuevas fuentes de patrimonio histórico y hallazgos.

Por ley, los concesionarios de obras de infraestructura deben diseñar un plan de rescate de estas piezas una vez los trabajadores se topan con ellas.

De hecho, algunos proyectos han sufrido algunos retrasos debido a la magnitud y complejidad de las extracciones. En Nueva Esperanza, una obra de tendido eléctrico para reforzar la red que llega al centro del país, las empresas responsables han extraído cerca de 50 toneladas de piezas patrimoniales, según contó Loaiza.

En Pacífico 3, proyecto vial entre La Virginia, Caldas, y La Pintada, Antioquia, han encontrado otras 15 toneladas.

Museo del Oro hallazgo comunidad indigena Muisca en Guasca Cundinamarca Agosto 6 del 2021 Foto Guillermo Torres Reina / Semana | Foto: GUILLERMO TORRES

Entre estos hallazgos se cuentan algunos especialmente relevantes por su singularidad, antigüedad y estado de conservación, como los del proyecto Autopistas Conexión Pacífico 3, con más de 4.000 piezas arqueológicas completas o parcialmente completas, elaboradas en diversos materiales, así como restos óseos de 720 individuos; en Ruta del Sol 3, proyecto de Tercera Generación, han recuperado hasta el momento 543 vasijas, más de 10.000 artefactos en piedra, cerca de 261 individuos y más de 4.000.000 de fragmentos de piezas cerámicas en 28 sitios arqueológicos; y Perimetral del Oriente de Cundinamarca, con aproximadamente 436 hallazgos, de los cuales 264 corresponden a individuos y 40 son vasijas.

Y es que la información arqueológica cubre no solo miles de kilómetros a lo largo y ancho del país, sino que abarca también un periodo de miles de años.

Según la ANI, los arqueólogos contratados por las firmas de construcción han identificado cerca de 420 sitios con tumbas; restos óseos de humanos prehispánicos, de la colonia y de la república; cerámica, instrumentos de piedra, elementos orfebres, restos de animales y arte rupestre.

Pero, al margen de estas impresionantes cifras, lo relevante es la información histórica que los laboratorios y arqueólogos están interpretando de la forma de vida de los primeros pobladores en Colombia.

Hay tal cantidad de trabajo y excavaciones que las concesiones se ven en aprietos para encontrar personal especializado.En el país, existen unos 1.000 arqueólogos y solo 700 están registrados ante el Icanh. Algunos proyectos viales incluyen en su nómina a 30 o 40 profesionales en los frentes de obra y en varios turnos.

SEMANA visitó una de las excavaciones más complejas de este tipo, ubicada a pocos kilómetros de Bogotá, en inmediaciones al municipio de Sopó.

Museo del Oro hallazgo comunidad indigena Muisca en Guasca Cundinamarca Agosto 6 del 2021 Foto Guillermo Torres Reina / Semana | Foto: GUILLERMO TORRES

Aunque los responsables de la Perimetral del Oriente de Cundinamarca prefieren mantener en estricta confidencialidad la ubicación exacta de estos hallazgos para evitar la llegada de guaqueros y cazadores de fortunas, se pudo constatar que varios arqueólogos siguen en la ardua tarea de recuperación.

Una buena noticia es que las piezas de oro encontradas en este sitio, como tunjos y otras ofrendas muiscas, fueron retiradas, y algunas ya son exhibidas en el Museo del Oro de Bogotá.

¿Por qué es importante extraer esta parte de la historia? En la medida en que los colombianos conozcan mejor a sus antepasados, podrán reconocerse y aceptarse. “No hay una sola forma de ser colombiano sin reconocer la diversidad, las costumbres, etcétera.

Al reconocer nuestras diferencias, es posible disminuir asuntos como los índices de violencia actual”, explicó Loaiza.

Varias concesionarias están cerrando acuerdos con alcaldes y universidades para construir museos y centros culturales a fin de exhibir parte de esta historia. Otros restos reposan en bóvedas de laboratorios y en las propias instalaciones del Icanh.

Hay planes para que más personas puedan acceder a información, videos, fotos y animaciones 3D sobre los hallazgos, su recuperación e interpretación de la información recolectada. Los ciudadanos pagan a través de peajes e impuestos los rescates y excavaciones.

En contraste con la inauguración de obras viales, estos restos son un tesoro que no atrae a políticos y gobernantes. Eso también es parte de la idiosincrasia nacional.