La inflación de Colombia en julio siguió cediendo, al tiempo que los colombianos se mantuvieron confinados para mitigar la expansión del coronavirus. Según el Dane, en los últimos 12 meses del año, el índice de precios al consumidor (IPC) fue de 1,97 por ciento, cifra que es la más baja desde hace siete años.

Los sectores que más variaron, tanto positiva como negativamente, en ese periodo fueron: Educación: 5,96 por ciento Alimentos y bebidas no alcohólicas: 5 por ciento Salud: 4,95 por ciento Muebles y artículos: -0,79 por ciento Prendas de vestir y calzado: 1,69 por ciento Información y comunicaciones: -5,16 por ciento De acuerdo con la entidad, el precio de los alimentos cayó en ese periodo, en tanto que las tarifas de alojamiento y servicios públicos aumentaron, lo cual revierte una tendencia de meses anteriores. Según Julio César Romero, economista jefe de Corficolombiana, la inflación ya está fuera del rango meta del Banco de la República (2 a 4 por ciento), acumula una disminución de 188 puntos básicos desde febrero de 2020, aunque en julio moderó el ritmo de caída. "Parece agotarse el efecto desinflacionario de la emergencia económica", explicó el analista. En buena parte, el aumento presentado en el rubro de servicios públicos responde al desmonte de algunos subsidios a las tarifas de energía, acueducto y alcantarillado, y gas, decretados por algunos gobiernos locales. De hecho, por servicios puntuales, la electricidad y el suministro de agua fueron los que tuvieron variaciones que más le aportaron a la inflación en julio, lo que da cuenta de un mayor peso en el bolsillo de los ciudadanos.

A pesar de lo anterior, en ese mes, el país no tuvo un aumento en el precio de la canasta familiar. Su variación fue de 0 por ciento, según el Dane. "Esta cifra corresponde a una reducción de 22 puntos básicos frente a la inflación mensual de julio de 2019", dijo el director del Dane, Juan Daniel Oviedo. Ciudades como Pereira, Pasto e Ibagué tienen variaciones mensuales positivas alejadas de cero, mientras que Montería, Florencia y Villavicencio estuvieron muy por debajo del dato promedio total.  Vale señalar que estos resultados pueden tener un impacto en las decisiones futuras del Banco de la República, en materia de movimiento de tasas de interés. Es más, analistas creen que aún hay espacio para reducir el costo del dinero, que podría llegar a un 2 por ciento.