En la última década, Colombia ha experimentado una significativa transformación en su panorama laboral, marcada por el crecimiento exponencial del arriendo de oficinas para call centers y espacios de coworking. Esta tendencia, impulsada por diversos factores, ha redefinido la manera en que las empresas colombianas abordan la organización y gestión de sus operaciones.
Carlos Toquica, coordinador de inteligencia de mercados de Colliers, asegura que la zona de la Costa se ha convertido en el epicentro de los arriendos de oficina para este nicho de trabajo, ya que se ha demostrado que es una región que concentra a personas con un alto nivel de bilingüismo, lo que ha llevado a impulsar los arriendos de oficinas para call center; asimismo, ha sido el centro para diferentes empleados de teletrabajo quienes buscan un espacio.
Pese a la desaceleración de la economía colombiana y del sector constructor, los expertos consideran que existen oportunidades y transformaciones en diferentes segmentos del mercado inmobiliario en el país.
El sector de los call centers ha experimentado un auge notable en Colombia, convirtiéndose en una fuerza impulsora de empleo y desarrollo económico. Empresas de diversos sectores, desde servicios financieros hasta tecnología, han optado por externalizar sus servicios de atención al cliente, generando una creciente demanda de espacios dedicados para este fin.
El arriendo de oficinas para call centers ofrece a las empresas la flexibilidad necesaria para adaptarse a las fluctuaciones en la demanda de servicios de atención al cliente. Manuel Muñoz, empleado en el sector inmobiliario, asegura que “las grandes empresas por la coyuntura económica que atraviesa el país no están buscando expandirse; es por esto que las empresas de atención al cliente y espacios para teletrabajo se están apoderando de las rentas de oficina”.
Paralelamente, el modelo de coworking ha ganado terreno en Colombia, brindando a profesionales y pequeñas empresas un entorno de trabajo colaborativo. Este fenómeno no solo ha transformado la forma en que se percibe el trabajo, sino que también ha impulsado la economía al facilitar la creación de empresas y estimular la innovación. Laura Perea, diseñadora en Rebel, aprovecha estos espacios para su trabajo diario: “soy más de ir a un coworking, porque conozco gente nueva, es un ambiente diferente y logro concentrarme más. Antes existían muy pocos, ahora en cualquier sector de la ciudad hay uno y están construyendo más”.
Diversos factores han contribuido al auge del arriendo de oficinas para call centers y coworking en Colombia. La revolución tecnológica ha permitido la descentralización de las operaciones, facilitando la comunicación remota y la gestión eficiente de equipos distribuidos. Esto, a su vez, ha fomentado la adopción de modelos de trabajo flexibles.
La proliferación de espacios de coworking y call centers ha influido en el desarrollo urbano, especialmente en áreas metropolitanas. Antiguos almacenes y edificios industriales han sido revitalizados, transformándose en centros dinámicos de actividad empresarial, es el caso del edificio Pance ubicado en el sur de Cali. Este fenómeno no solo ha impulsado la economía local, sino que también ha contribuido a la creación de comunidades empresariales vibrantes.
Las oficinas prémium
Otro es el panorama de las llamadas oficinas prémium o de altas especificaciones, que son las usadas por multinacionales o grandes corporaciones. Un estudio de Cushman & Wakefield sostiene que Bogotá va a cerrar 2023 con un mercado recuperado satisfactoriamente en este tipo de oficinas, las cuales han reducido su tasa de vacancia a 10,7 % (tiempo que permanece desocupado el inmueble).
Frente al precio de alquiler, este ha mostrado una tendencia al alza, llegando a un valor de 75.173 pesos por m², con un incremento del 2,3 % en comparación con el año anterior. “Se proyecta que esta tendencia continuará en el próximo año, motivada principalmente por la escasez de espacios eficientes y la reducida disponibilidad en los corredores más solicitados, que impulsa una competencia intensa entre las empresas por adquirirlos y el alza de precios”, asegura Juan Carlos Delgado de Cushman & Wakefield.