Innovar no solo implica desarrollar artículos desde cero, sino también enseñar el consumo de productos ya existentes y esa ha sido una de las características de Alpina, una de las marcas insignias del sector lácteo nacional, que comenzó hace 80 años, cuando una familia suiza empezó a fabricar y a vender quesos maduros en Colombia, un país que solo estaba acostumbrado a los quesos frescos (campesino o cuajada).
Pese a que su base son los lácteos, esta empresa se ha empeñado en estar a la vanguardia en sabores, presentaciones y productos que incluso no tienen leche (como sus bebidas a base de plantas o sus jugos).
Ha sido una empresa recurrente en el ranking de innovación que mide la Andi, y este año no fue la excepción. Se mantuvo en el top 5 (al ocupar el segundo lugar en la general) y el primero en el arquetipo de inventores.
Las empresas que clasifican en esta categoría se destacan por su enfoque en investigación y desarrollo tecnológico. Emplean a doctores dedicados a actividades de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI); invierten en venture capital y en startups. Además, exportan productos innovadores y publican numerosos estudios, demostrando su compromiso con el avance del conocimiento y la innovación global.
En el caso de Alpina, 543 de sus empleados se dedican a ciencia y tecnología y lo hacen en cuatro áreas, explica Óscar Rincón, su director de innovación. La primera consiste en innovar en el core, es decir, en su negocio principal, lo que implica lanzar sabores o presentaciones nuevas. Lo hacen constantemente o en temporadas como la navideña.
La segunda área de innovación está enfocada en la evolución o el futuro. “Ahí están productos como el que acabamos de lanzar de yogur griego, ya no para comer con cuchara, sino bebible, y es una fuente de proteína. A ello llegamos tras investigar las tendencias globales, que seguramente llegarán a Colombia”, precisa.
La tercera área de innovación consiste en desarrollar nuevas categorías, como fue su incursión en los alimentos para animales, que es un segmento que está creciendo debido a los cambios en las familias y en la demografía. Así lanzaron el Dog Yurt (una especie de Bon Yurt para perros), que crearon en alianza con Italcol.
Y su cuarta área la denomina breakthrough o disrupción total. “Puede ser que ni siquiera sea un alimento; miramos hacia dónde podría ir Alpina y buscamos dar esos saltos más largos, a ver qué ocurre y a dónde llegamos”, explica Rincón, y admite que es el área más difícil en materia de innovación.
Un ejemplo en esta categoría son los snacks de queso que lanzaron, los cuales no necesitan refrigeración y tienen seis meses de vida útil. “Son un producto distinto a todo lo demás que vendemos, porque se negocian y se venden diferente, con el grupo de comida seca, que es muy distinto al de líquidos”, indica el directivo de Alpina.
El reconocimiento
Esta compañía cundinamarquesa, con casa matriz en el municipio de Sopó, vende más de un millón de dólares solo por sus productos innovadores, y hace entre 20 y 25 lanzamientos al año. La innovación que le valió el reconocimiento en este 2024 es el resultado de una investigación que tomó más de tres años.
Se trata de Alpi10, un suplemento alimenticio, destinado a mejorar la nutrición de la población vulnerable, en especial niños, mujeres embarazadas, madres lactantes y personas mayores. En otras palabras, una competencia de la famosa Bienestarina que produce el ICBF.
“Al hacer la investigación nos dimos cuenta de que debíamos trabajar en una solución a los problemas de malnutrición en Colombia, los cuales muestran déficits importantes en poblaciones vulnerables a las que les falta hierro, zinc y vitamina A, entre otros nutrientes”, comenta Rincón.
Para producir Alpi10, lo que hicieron entonces fue extraer esos nutrientes de la leche, aprovechando que desarrollaron tecnologías para subdividirla en pedazos, por ejemplo, de proteínas (caseína y seroproteína), grasas y carbohidratos
A diferencia de la Bienestarina, que se debe preparar y queda en forma de colada, el Alpi10 viene listo en una bolsa de 50 ml, no requiere refrigeración y tiene una vida útil prolongada de más de cuatro meses. Rincón dice que, en efecto, deben competir contra un producto gratuito, pero que ellos también ofrecen un precio competitivo para el segmento que esperan atender, al tiempo que les resuelven inconvenientes, pues la Bienestarina preparada no se puede transportar fácilmente, mientras que su producto puede ir en una lonchera. Así mismo, una de sus apuestas fue desarrollar un alimento sin ningún tipo de sellos de advertencia, y aunque aún están en etapa de iteración (siguen repitiendo procesos para acercarse progresivamente a un resultado final deseado), su meta es poder incluir Alpi10 en los Programas de Alimentación Escolar (PAE) del país.
Paralelamente, Alpina anunció el lanzamiento del primer alimento con propósito médico especial (APME) líquido producido en Colombia. Lo desarrolló en conjunto con una de sus filiales, Boydorr, empresa que adquirió en 2020.
Los APME son alimentos diseñados para el manejo de condiciones médicas o para satisfacer las necesidades nutricionales de personas con condiciones particulares. En este sentido, Boydorr ha desarrollado un portafolio de 17 fórmulas nutricionales en diferentes categorías para apoyar el bienestar de las personas con cáncer, enfermedad renal y pulmonar crónicas, condiciones neurodegenerativas, diabetes, entre otras.
La producción local del APME líquido es un logro ya que elimina la dependencia a las importaciones. Prowhey Net es la marca con la que se materializa este proyecto.
De esta manera, Alpina mantiene las apuestas de sus fundadores, que llegaron a innovar con quesos que no se comían en Colombia. Y ahora se enfocan cada vez más en los alimentos funcionales y en la producción manufacturera nacional.