La marihuana, también conocida como cannabis, es una mezcla de flores y hojas secas de la planta del cáñamo. Al parecer, esta sería originaria de Asia central y del sur, pues se tienen pruebas de que el pueblo asirio usaba el cannabis en ritos religiosos.
Sin embargo, son las propiedades psicoactivas de esta planta las que han hecho que sea utilizada en múltiples situaciones, especialmente con fines recreativos, medicinales e industriales.
En ese sentido, la marihuana posee un componente clave para generar estos efectos. Se trata del tetrahidrocannabinol o THC que, de acuerdo con la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos), es uno de los más de 100 cannabinoides producidos naturalmente por la planta de cannabis, pero no se encuentra en cantidades significativas en la planta de cannabis.
Los efectos del cannabis en el cerebro incluyen algunos cambios en la percepción, estados de ánimo positivos y euforia a corto plazo. Las personas que consumen marihuana también experimentan un aumento del apetito. Estos son algunos efectos del cannabis sobre el sistema nervioso, según el portal Psicología y Mente.
Actualmente, el mercado alrededor de esta planta y sus usos medicinales han entrado en auge por su potencial como un producto natural, que puede ser un tratamiento alternativo para muchas enfermedades y afecciones, tanto físicas como psicológicas.
Tarkus Pharma Lab, el primer laboratorio farmacéutico de cannabis medicinal ubicado en zona franca, fue certificado por el Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos (Invima) con el aval de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), que le permite la fabricación de productos fitoterapéuticos (medicina herbal) derivados del cannabis para utilización libre y con todo el potencial para exportación.
La compañía cuenta con materias primas derivadas del cannabis, mezclas estandarizadas y fórmulas magistrales. Al obtener la certificación, el laboratorio ahora queda habilitado para la producción de productos terminados fitoterapéuticos (productos ingeribles para fines medicinales provenientes de origen natural) de empleo libre.
“Para lograr este importante paso en el proceso de la certificación, contamos con la inversión requerida para un proyecto de esta envergadura y con un equipo de expertos en la industria farmacéutica. Con nuestros productos garantizamos al paciente que los hemos producido bajo los más altos estándares de calidad, impuestos por el ente regulatorio nacional y con la regulación correcta para ingeribles”, mencionó Alejandro Venegas, CEO de Tarkus Pharma Lab.
Aunque la exportación de materia prima no requiere certificación del Invima, sí es requisito para la comercialización de producto final etiquetado que llega a los consumidores. Para Tarkus, contar con el respaldo de las entidades regulatorias es un compromiso con sus clientes, representado en garantía de calidad de la materia prima y los productos, así como un sello de confianza para los usuarios.
Asimismo, esta compañía colombiana ha incursionado en el servicio de telemedicina, ofrece una alternativa para el manejo de patologías y/o enfermedades huérfanas como dolor crónico, insomnio o problemas leves de sueño, y diabetes tipo II.
Dentro de sus planes a futuro está extender la certificación de fitoterapéuticos a medicamentos. Por ahora, está en el proceso de registro con EU GMP en Europa y Anvisa en Brasil, respectivamente.