A las grandes empresas del sector energético del país que estaban interesadas en comprar el 57,6 por ciento de las acciones de Isagén les pasó como a varios de los equipos favoritos para ganar el Mundial de Fútbol: de un momento a otro quedaron por fuera del campeonato. Ahora los más opcionados para quedarse con la tercera generadora de Colombia (produce el 14,5 por ciento de la energía del país) son compañías extranjeras entre las que se encuentran la española Gas Natural Fenosa, la estadounidense Duke Energy, la francesa GFD Suez y la asiática China Huadian Corporation. Todas son gigantes del sector, con millonarias inversiones en muchos países.Los jugadores locales, que apostaron duro desde un comienzo para quedarse con esta joya de la corona, se marginaron algunos por decisión propia y otros por las condiciones que les puso la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC).El primero que quedó por fuera de la competencia fue el Grupo Argos. Su presidente, José Alberto Vélez, dijo hace tres meses que la decisión obedecía a que las condiciones del mercado habían cambiado y a que la rentabilidad del negocio era baja. Antes de ese anuncio, la SIC le había dicho a Argos que si quería estar en la puja tenía que vender su participación en algunas empresas del sector eléctrico. De acuerdo con la regulación colombiana ninguna compañía puede tener más del 25 por ciento de la distribución y generación energética del país.El segundo en salir de la puja fue el Grupo de Energía de Bogotá (EEB), otro de los pesos pesados y uno de los más entusiasmados con este proceso. La EEB vio frustradas sus aspiraciones cuando la SIC le anunció, como a Argos, que tenía que vender algunas de sus participaciones en el sector de la energía. El grupo pataleó hasta el final e interpuso una acción de tutela ante el Tribunal Administrativo de Cundinamarca que fue negada la semana pasada.El tercer equipo que acaba de salir del campeonato es Empresas Públicas de Medellín (EPM) que se asoció con la Companhia Energética de Minas Gerais (Cemig), de Brasil. La firma extranjera anunció en un escueto comunicado que “no le fue posible lograr una estructura financiera que permitiera alcanzar un retorno adecuado de la inversión”. Con esa decisión de su socio, EPM desistió de seguir en el proceso.El retiro de estas empresas ha provocado otros efectos no esperados. EPM ha decidido además que quiere dejar de ser uno de los accionistas de Isagén (tiene el 13 por ciento) porque no considera estratégico mantener esa inversión sin tener el control de la empresa.¿Qué significa que Isagén quede en manos de extranjeros? Algunos analistas no lo ven con buenos ojos porque, dicen, el país podría perder manejo del recurso energético. Así lo han dicho en un debate en el Concejo de Medellín, donde lanzaron alertas sobre la pérdida de soberanía en el sector y un posible aumento de tarifas. Luis Fernando Múnera López, ingeniero civil de la Facultad de Minas de la Universidad de Antioquia, dice además que está demostrado que las empresas nacionales invierten más que las extranjeras en el sector energético –pone como ejemplo los casos de Chivor y Betania–.Sin embargo, otros analistas defienden el ingreso de capital extranjero al sector porque, dicen, genera competencia y eficiencia. Para Sergio Clavijo, presidente de Anif, el capital extranjero es bienvenido siempre y cuando se pliegue a la regulación del sector. Otro analista asegura que entre más jugadores en el mercado más se dinamizará la competencia.Lo cierto es que después de un año de que el gobierno anunciara la venta de Isagén, el jueves dejó claro que a mediados del próximo agosto se llevará a cabo la subasta para su venta. Isagén tiene seis centrales eléctricas y agregará una más cuando entre en operación Hidrosogamoso, una de las más grandes del país.El gobierno espera obtener 5 billones de pesos, los cuales se invertirán en las carreteras de la cuarta generación de concesiones viales, más conocidas como 4G.