Este martes 10 de septiembre, el Gobierno presentó al Congreso de la República la reforma tributaria para ajustar el Presupuesto General de la Nación (PGN), para 2025, y sumar un monto de $ 12 billones.
Al destacar aspectos importantes de la reforma, el ministro de Hacienda, Ricardo Bonilla, destacó, por una parte, una serie de estímulos tributarios para contribuir a la reactivación de la economía, y, por otra, la identificación de unos ingresos tributarios en áreas donde hoy no existe el IVA, pero que a su juicio debería existir.
Por ejemplo, la nivelación de la tarifa del IVA de los vehículos híbridos que, a su juicio, realmente no son de transición energética, pues son altamente consumidores de gasolina. “Solo estamos dejando con tarifa diferencial los vehículos eléctricos”, afirmó.
Pero el otro sector en el que el IVA aumenta a 19 % es el de juegos de suerte y azar para la oferta digital. “No tiene ningún sentido que estemos gravando los distintos juegos de suerte y azar y no gravemos las plataformas. Lo que estamos es nivelando todos los juegos de suerte y azar”, señaló Bonilla.
De hecho, frente a la posibilidad de que se reduzcan recursos para la salud con el impuesto a plataformas de suerte y azar, Bonilla aseguró que lo que es “desafortunado en Colombia es que financiemos la salud gravando el vicio”.
Precisamente frente al aumento en los impuestos a estos juegos, la Federación Colombiana de Juegos de Suerte y Azar (Fecoljuegos) expresó su preocupación ante la propuesta, sobre la inclusión de un impuesto del IVA a la modalidad de juegos en línea en Colombia.
Evert Montero, presidente de Fecoljuegos, recordó que hace siete años Colombia se convirtió en pionero en reglamentar la modalidad de juegos online para formalizar una actividad que no aportaba a las finanzas públicas ni a la salud de los colombianos. Desde entonces, 15 plataformas de apuestas deportivas suscribieron contrato de operación con Coljuegos y consolidaron una industria legal en el país. “Los operadores de juegos online funcionan en Colombia mediante un esquema de altos costos e inversión intensiva en tecnología, donde el retorno al jugador asciende a entre el 90 y el 95 % y tributa cerca del 20 % en derechos de explotación que posteriormente se transfieren para la salud de los colombianos, además de otros impuestos como renta y demás”, agregó Montero. Según el gremio, se trata de un sector que genera más de 150.000 empleos entre directos e indirectos en el que participan operadores de juegos online y “demás empresas que hacen parte de la cadena valor, donde muchos son población vulnerable, madres cabeza de hogar, población diversa o con situación discapacidad”.
Montero aseguró que el sector actualmente enfrenta un creciente fenómeno de ilegalidad enmarcado por numerosas plataformas de apuestas que no cuentan con autorización del regulador, y añadió que afecta no solo la seguridad del jugador y las finanzas públicas, “sino que compite de manera desleal con las 15 plataformas legales”.
“Dado lo anterior, gravar con nuevos impuestos a un sector que ya registra altos costos, que ha sobrevivido pese al alto fenómeno de informalidad y que tiene numerosos tributos hace completamente inviable la actividad. Significa no solo poner en riesgo los empleos de más de 150.000 personas en Colombia, sino el aporte de más de 400.000 millones de pesos en derechos de explotación para la salud de los colombianos, sin contar con otros impuestos como la renta”, manifestó Montero.
Fecoljuegos instó al Gobierno nacional y al Congreso de la República a encontrar fórmulas “para que este sector sea competitivo, sostenible en el tiempo y completamente viable, y a tomar medidas para combatir el asfixiante fenómeno de ilegalidad en los juegos de suerte y azar. No se trata de imponer nuevos gravámenes, sino de entender la importancia de que el sector crezca para que aumenten los aportes en derechos de explotación, en generación de empleo y en riqueza para el país. Desde esta Federación estamos abiertos al diálogo para la construcción colectiva de una agenda país”, concluyó Montero.