Cuando un colombiano entra a un restaurante que opera en la formalidad, es decir, que está registrado y paga todos los impuestos, en la factura que le expiden al finalizar su visita le cobran un impuesto al consumo que es del 8 por ciento. Este tributo aplica para varios bienes y servicios en Colombia, pero claramente, el más utilizado es el que aplica en negocios de comida, bares, discotecas y similares. Por este gravamen, en el 2019 la Dian recaudó 795.847 millones de pesos. En el mismo año, por el IVA, que es el impuesto del cual no se escapa ningún ciudadano en el país, la entidad recaudadora en Colombia obtuvo un ingreso de 15,6 billones de pesos. Estos dos tributos son los que el partido liberal propone tocar en la coyuntura de la pandemia, con la intención de estimular el consumo, por la vía de abaratar el costo losproductos.
El argumento de los liberales, que viene de tiempo atrás, es que cambiar el IVA del 19 por ciento, el cual se paga casi el 80 por ciento de los productos que compran los ciudadanos, por un impuesto al consumo del 8 por ciento, pondría a mover la registradora de la economía sin impactar mucho el recaudo. Según los cálculos presentados hasta ahora por el liberalismo, principalmente por el congresista Carlos Chacón, se lograrían 6 billones de pesos para la bolsa de recursos públicos. La ecuación de los proponentes de esta idea es sencilla: menor costo, más consumo. Esas cuentas son precisamente las que no cuadran en el Gobierno, en donde las altas fuentes relacionadas con el tema señalan que técnicamente la propuesta llevaría a la disminución del recaudo, si se mantiene la misma estructura de bienes y servicios gravados. Adicionalmente, desde la perspectiva oficial, se argumenta que está probado internacionalmente que el sistema plurifásico del IVA ayuda a tener menor evasión que en el de consumo, pues el adquirente tiene el incentivo de pedir la factura y el impuesto que posteriormente podrá descontar. Efecto en la gente Para el colombiano de a pie la ventaja es evidente. Si un producto vale 100 pesos (hipotéticamente), con IVA pagaría 119 pesos y con impoconsumo 108 pesos. Lo que no está demostrado es que esto lo anime a incrementar el consumo, pues la historia muestra que los colombianos adquieren los productos que necesitan, independientemente del impuesto a pagar, como sucedió cuando el IVA fue incrementado del 16 al 19 por ciento en la reforma tributaria del 2016. La debilidad en el respaldo del Gobierno, a la propuesta de tumbar el IVA y reemplazarlo por el impoconsumo, es un peso pesado para el futuro de la idea. A la larga, es el Ejecutivo el llamado a presentar las reformas tributarias, basadas en estudios técnicos, según recordó Camilo Rodríguez, director de impuestos de la firma Kpmg: “los proyectos de Ley en materia tributaria deben ser de iniciativa del Gobierno nacional. Sin embargo, el verdadero reto para el Gobierno, el Congreso y el sector privado está en definir los objetivos de una reforma tributaria pos covid”.
Rodríguez agregó que, de cara a construir una reforma tributaria, lo que hay que tener en cuenta son “los estímulos a la inversión, estímulos fiscales muy agresivos para generar empleo y disminuir la informalidad, y buscar los espacios para un recaudo adicional de 20 billones de pesos, en vez de enfocarse en una iniciativa parcial que le apuesta a un cambio de sistema en materia de impuestos indirectos con alta incertidumbre sobre el recaudo.” En Colombia, el recaudo gira prácticamente en torno a tres impuestos que son: el IVA; el impuesto a la renta, y el 4x1.000, los cuales representan el 80 por ciento del recaudo de los ingresos de la nación. Tanto el IVA como el 4x1.000 han sido fuertemente criticados porque, aunque son de fácil recaudo, en el caso del IVA es un cobro inequitativo que no tiene en cuenta el ingreso del ciudadano y todos lo pagan por igual. De ahí que se haya establecido la devolución del IVA a las familias más vulnerables, precisamente buscando un camino hacia la equidad, que debe ser uno de los principios rectores de un sistema tributario.
En las cuentas del Gobierno no parece haber intención de transformar el IVA. De hecho, el senador Wilson Arias advirtió que en el proyecto de Presupuesto para el 2021, que el Ministerio de Hacienda llevó al Congreso en esta semana, está explícito que la expectativa oficial es aumentar el recaudo por IVA en un 42 por ciento. En realidad, ese incremento sería por la vía de una reducción a la evasión, fenómeno que para economistas como Eduardo Lora, constituye el verdadero desangre en el recaudo de ingresos públicos. En el caso del IVA, el porcentaje de obligados que le saca el cuerpo al pago de este impuesto es del 25,7 por ciento, mientras que con el impuesto de renta, la evasión llega al 63,3 por ciento en el caso de las personas, y al 49,7 por ciento en el de las sociedades. Cada uno de esos argumentos tendrán que ponerse sobre el tapete en el debate a la pertinencia de cambiar o no el IVA por el impoconsumo, por lo cual, la discusión estará para alquilar balcón.