Todo puede pasar alrededor de la terna de aspirantes a la gerencia de la poderosa Federación de Cafeteros. Luego de que el Comité Nacional divulgara la lista de nombres, no solo empezó la batalla final, que implica toda una campaña electoral en las regiones para conquistar a los votantes; sino que crece la expectativa por el desenlace, puesto que el gobierno nacional tiene poder de veto, y el Ministerio de Hacienda ya mostró que no está dispuesto a mantenerse al margen.

Según las reglas para la elección del nombre definitivo que ocupará la gerencia de la Federación de Cafeteros, debe haber una mujer y es Sandra Morelli Rico, por lo que SEMANA inicia con ella la ronda de entrevistas en profundidad, que hará a los tres candidatos, con el propósito de darles la oportunidad de expresar su quehacer y ponerles el termómetro sobre la caficultura.

Así las cosas, que gane el mejor.

Los cafés de origen representan el sabor de una finca o de una región, según la Federación Nacional de Cafeteros.

SEMANA. ¿Qué se había hecho Sandra Morelli?. Después de la Contraloría General, parecía desaparecida del escenario colombiano.

Sandra Morelli: Estoy en Colombia desde septiembre del 2015. Ejerzo la profesión de abogada en mi oficina particular desde donde atiendo arbitrajes, consultorías, procesos y realizó actividades académicas. He estado dedicada a publicar estudios en revistas especializadas, y, en general, a hacer lo mismo que realizaba antes de ser contralora. El trabajo sigue siendo muy intenso y no puede ser de otra forma.

Lejos estoy de desaparecer del escenario, pero sí de la vida pública en la que solo estuve 4 años de mi vida profesional, pero la exposición mediática fue mucha.

Los ternados para el cargo de gerente de la Federación de cafeteros andan de gira por las regiones. He aquí Sandra Morelli, exponiendo sus propuestas. | Foto: Federación de cafeteros

SEMANA. ¿Por qué decidió participar como candidata a la gerencia de la FNC?

S.M.: Al revisar los requisitos y el perfil exigido, me sentí retratada y con todo el ánimo de poder servir a 540 mil familias cultivadoras de café, en su mayoría minifundistas, mediante una institución centenaria en la que concurren los propios cafeteros con el gobierno para decidir el mejor uso del tributo que ellos mismos aportan al Fondo Nacional del Café, de cara a mejorar su condición de vida y su ingreso.

Cualquiera que tenga afecto por el país sabe que conducir la Federación es una labor desafiante. Me siento segura y se que lo haría bien. Tengo un buen entendimiento con el gremio y, sobre todo, un profundo respeto. Mi relación con ellos como administración sería franca y transparente.

El ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo, participó, junto con otros integrantes del gabinete del presidente Gustavo Petro, en el Comité Nacional Cafetero. | Foto: Ovidio Gonzalez S

SEMANA. ¿Cuál es su experticia en el sector cafetero?

S.M.: El abogado de una empresa (fue directora jurídica de la Federación), cualquiera que sea esta, tiene una labor polifacética. Mientras las instancias ejecutoras tienden a especializarse en investigación científica, producción de café liofilizado, apoyo técnico al caficultor, manejo de inversiones, la comercialización, la publicidad, las finanzas del Fondo, los asuntos gremiales, políticas de género, etc, al jurídico le toca todo.

Debe estructurar el mejor esquema jurídico que permita la realización de todos los planes y proyectos de la entidad y, eventualmente, la defensa jurídica.

Allí se aprende desde las características organolépticas del terreno, hasta de la política de valor agregado para llegar al consumidor final y lograr un mayor ingreso para el caficultor.

Cosecha de café

SEMANA: De su paso por el área jurídica de la Federación, qué crisis y qué aciertos tuvo esta entidad en ese momento que ahora recuerde? ¿Qué lecciones le dejaron esas experiencias?

S.M.: Viví dos grandes etapas. A mi llegada, en 1998, estaban en plena crisis las inversiones cafeteras: Corfioccidente, Corficaldas, Banco Cafetero. Ya se había liquidado la Flota Mercante. El precio del café llegó en los años sucesivos a 0,60 centavos de dólar por libra. Se suspendió la contribución cafetera, y, en torno a ello, fue necesario manejar muchos procesos liquidatorios, bien fuera en instancias extrajudiciales o contenciosas.

Hubo, incluso, un periodo de poca cordialidad entre el gobierno y el gremio, y eso es muy negativo para el sector.

En épocas de vacas flacas, la litigiosidad jurídica se aumenta de manera exponencial. Y eso me tocó a mí siendo joven y la primera mujer directiva de la entidad.

Cafetales en finca. | Foto: si

Luego vino otra etapa de la nueva política, en la que se pudieron concentrar las inversiones del Fondo, exclusivamente en el sector cafetero, y concentrar el foco en la estrategia de valor agregado, explotando además el patrimonio marcario del Fondo, lo cual era un gran desafío para el esquema tradicional de división del trabajo: Colombia produce materia primas, commodities, y la industria privada tosta, exporta y comercializa, quedándose con una franja grande de las utilidades.

Hacer eso sin afectar los canales tradicionales fue un gran éxito de la gerencia. Pero esas transformaciones tampoco están exentas de mucho conflicto, incluso jurídico. El país recuerda la lucha por la defensa de la marca Juan Valdez.

SEMANA: Aunque teóricamente el cargo de gerente de la Federación es algo independiente del gobierno, escogido más por los cafeteros, se requiere cierta empatía con el presidente para que las relaciones sean efectivas para el gremio. ¿Cómo se siente en ese terreno?

S.M.: Es un proceso mixto. El gremio, en el seno del Comité ejecutivo, decide el universo de donde sale la terna. Si no hay acuerdo en el seno del Comité Nacional, entre el gobierno y el gremio, prevalece la voluntad del Gobierno.

Independientemente de esa mecánica, el gremio necesita del gobierno. Un escenario de antagonismo es impensable. Si el gobierno no acepta un candidato, este -sí quiere al gremio- debe dar paso al costado.

Roberto Vélez, quien fuera gerente de la Federación de Cafeteros, durante varios los años, el día e que sorpresivamente renunció. | Foto: Federación de Cafeteros

En cuanto a cómo me siento con el gobierno, la respuesta es bien.

SEMANA.: ¿Qué opina de la petición que hizo el Ministerio de Hacienda, de incluir más mujeres en la primera lista de elegibles a la gerencia? ¿Suena a que estarían buscando una mujer para el cargo…?

S.M.: Bienvenidas todas las mujeres.

SEMANA.: Aunque la petición está fundamentada en la búsqueda de equidad de género en las oportunidades para cargos directivos, se percibe cierta intromisión del gobierno en la independencia que debe tener el gremio caficultor. ¿Cómo lo ve usted?

La relación gremio-gobierno debe ser de cordialidad y transparencia. Dos instancias tan importantes sabrán ponerse de acuerdo.

SEMANA: ¿Cuál cree que es el mayor desafío que tiene el sector caficultor colombiano en la actualidad?

S.M. Maximizar el ingreso del caficultor y lograr mayor bienestar para los cultivadores del grano. Deben tener derecho a una pensión; deben gozar de los plenos derechos a seguridad social. Se debe seguir propendiendo por bajar los costos de producción y eso pasa por esquemas asociativos de minifundios para lograr economías de escala; se deben canalizar las transferencias monetarias y no monetarias previstas por el gobierno para los más pobres de nuestra sociedad. También para los cultivadores del grano que están en esta situación. Además, se debe contribuir a la y sustitución de cultivos ilegales. En ese terreno hay mucho que aportar.

SEMANA ¿Cómo haría para enfrentar el posible efecto de un debilitamiento en el precio del café, frente a una cosecha gigantesca en Brasil y una reducción en la cosecha colombiana?

S.M. La ventaja de ser gerente de la Federación es que ahí hay conocimiento, experiencia, un gran equipo de trabajo, profesional y técnico. Para esos casos están previstas las ayudas al caficultor, apoyo en la compra de insumos, gestión ante el gobierno de un incentivo al precio de compra de cosecha, el fondo de estabilización de precios que debe fondearse para que funcione; en fin, hay varios mecanismos que, aunque insuficientes en un mundo ideal, contribuyen a paliar la situación.

SEMANA.: Se dice que la Federación tuvo malos negocios (grandes) con contratos a futuro, que tendrán grandes efectos sobre el Fondo Nacional del Café y las comunidades. ¿Qué alternativa y qué esperanza le daría en ese caso (que es objeto de investigación por parte de la Contraloría), a las 550 mil familias cafeteras?

S.M.: Tengo entendido que hay procesos tendientes a exigir el cumplimiento en la entrega de café a quienes, al duplicarse los precios, optaron por no honrar el compromiso. Del éxito de esas estrategias depende que el daño no se cause o se mitigue.

Además, es de esperarse que haya garantías que permitan proteger al Fondo del riesgo que menciona. No conozco el detalle, pero en su momento se analizará. De todas maneras, los futuros son excelentes herramientas que, usados con cautela, permiten pre financiar la cosecha.