El Índice de Confianza del Consumidor para el mes de octubre pasado se ubicó en -1,3 por ciento. Si bien se mantiene en terreno negativo, aumentó 1,7 puntos porcentuales frente al mes anterior y registró su mejor balance desde comienzos del año pasado, antes de la pandemia.

El resultado del índice obedeció a un incremento de 9,5 puntos porcentuales en el Índice de Condiciones Económicas, que representa el valor más alto desde febrero de 2020, según Fedesarrollo, entidad que realiza el índice.

Para este centro de estudios, “este balance en la confianza del consumidor es el nivel más alto desde enero de 2020, lo cual evidencia una recuperación económica más acelerada en lo corrido del segundo semestre del año”.

La confianza de los consumidores aumentó en todos los niveles socioeconómicos, así como en dos de las cinco ciudades analizadas frente a septiembre de 2021. A su vez, la disposición a comprar bienes muebles y electrodomésticos aumentó frente al mes anterior, agregó Fedesarrollo.

El indicador se incrementó frente al mes anterior en Bogotá (5,6 puntos porcentuales) y Cali (0,8 puntos); mientras que disminuyó en Barranquilla (12,3 puntos), Medellín (2,7 puntos) y Bucaramanga (1,2 puntos). En Bogotá el índice se incrementó 5,6 puntos porcentuales y ubicó la cifra en terreno positivo: de -5,4 por ciento a 0,2 por ciento.

A su vez, por nivel socioeconómico y frente al mes anterior, el índice creció 7,5 puntos en el estrato alto (y superó el 10 por ciento), 1,8 puntos en el estrato medio (y se ubicó en -0,8 por ciento) y 0,8 puntos en el estrato bajo y quedó en -3,4 por ciento.

Al comparar los resultados de lo corrido del cuarto trimestre con los resultados del tercer trimestre de 2021, la valoración de los consumidores sobre la situación de sus hogares se incrementó 2,0 puntos y la valoración de los consumidores sobre el país presentó un aumento de 7,5 puntos.

Mejoró también la percepción que tienen los consumidores sobre las perspectivas actuales de la economía (subió 11 puntos porcentuales desde -28,7 hasta -19,2 por ciento). Según Scotiabank, seguramente la mejoría en las cifras de empleo y la dinámica de la reactivación económica han hecho que la gente pueda estar mucho más optimista acerca de cómo se está comportando su economía en general.

Adicionalmente la perspectiva sobre el futuro de los consumidores, medida en el Índice de Expectativas del Consumidor, aunque cayó 3,5 puntos porcentuales, sigue en niveles históricamente altos: 10,6 por ciento.

“Esto quiere decir que además de que los hogares piensan que la economía va bien, creen que su hogar va a mejorar y podrá consumir mucho más en un futuro cercano, lo que nos dice que la percepción de los hogares es que la pandemia ya no es un problema y estamos aprendiendo a vivir con ella siempre y cuando tengamos los cuidados de bioseguridad muy al tanto”, agrega el análisis de Scotiabank.

A pesar de la reciente depreciación de la tasa de cambio que se ha situado en doble dígito, la disposición a comprar bienes durables como carro y semidurables como electrodomésticos o computadores, aumentó: aunque siguen en cifras negativas: para los vehículos subió 5,2 puntos porcentuales de -43,8 a -38,6 por ciento y en electrodomésticos aumentó 16,1 puntos y pasó de 16,1 por ciento de -44,3 por ciento a -28,2 por ciento. Esto, a juicio, de Scotiabank representa que el ingreso disponible de las familias ha venido subiendo y seguramente esto va a seguir de esta manera para el final de año.

El entorno

El aumento en la confianza se puede explicar por dos hechos: el empleo y el crecimiento.

A septiembre de 2021, las cifras desestacionalizadas de la Gran Encuesta Integrada de Hogares muestran una recuperación de 5,2 millones de empleos frente a los perdidos al inicio de la pandemia, de los cuales cerca de 1 millón se crearon en el tercer trimestre de 2021. Con ello, se ha recuperado el 88,4 por ciento de los empleos totales perdidos al inicio de la pandemia. Pero con una informalidad que roza ya el 60 por ciento.

Y por el otro la dinámica en el crecimiento de la economía. Tras los bloqueos y el pico de la pandemia, la economía ha logrado un repunte evidente y sorprendente. El aparato productivo ha dado muestras de resiliencia y de estar listo para responder a la hora de la reactivación y los hogares dispararon el consumo que tenían contenido por la pandemia. Esto ha llevado a que autoridades económicas y analistas en el país y el exterior sigan corrigiendo al alza las expectativas de crecimiento de la economía para Colombia este año.

Una de las más recientes fue la del Banco de la República que revisó al alza sus proyecciones de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) para 2021 y llevó su estimativo a 9,8 por ciento y de 4,7 por ciento para 2022. Otras entidades como Fedesarrollo, Corficolombiana, BBVA Research, Scotiabank y Credicorp, al igual que el Emisor, no solo revisaron sus pronósticos económicos al alza, sino que lo situaron por encima del 9 por ciento.

No obstante, los datos comienzan a perder impulso, un fenómeno esperable en la medida en que se terminan los efectos estadísticos de la base de la comparación; es decir frente a un 2020 en el que la economía se contrajo en cerca de 7 por ciento.

Además, como advierte la Dirección de Estudios Económicos del Grupo Bolívar, las limitaciones de la cadena de suministro en el planeta son cada vez más críticas para Colombia y causan preocupación, pues, si el desajuste se acentúa por un buen tiempo, puede llevar a una desaceleración económica global. La preocupación está por el lado del crecimiento, pues los problemas logísticos tienen el efecto potencial de disminuir la actividad productiva, al tiempo que podrían acelerar más la inflación, y se estima que para el cierre de este año se ubique en cerca de 5 por ciento, por encima del rango meta del Banco de la República.