SEMANA: ¿Cuál es su lectura del informe del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre el clima de inversión en 2024?
Ricardo Triana (R. T.): Desde el Consejo de Empresas Americanas (CEA Colombia) consideramos que este informe revela un panorama amplio. Si bien se reconoce la riqueza de recursos naturales y el potencial de una clase media en crecimiento, el informe también resalta preocupaciones como la corrupción persistente y un entorno económico en desaceleración, con un crecimiento de solo 0,6 % en 2023. Esta situación ha llevado a una reducción del 25 % en la inversión extranjera, lo que refleja un clima empresarial con incertidumbre y la necesidad urgente de tomar medidas que fortalezcan la confianza de los inversionistas.
Es fundamental que tanto el sector público como el privado trabajen conjuntamente para abordar estos desafíos. Necesitamos crear un entorno más atractivo para la inversión, eliminando barreras burocráticas y promoviendo políticas que fomenten la transparencia y la competitividad. Solo a través de un compromiso conjunto podremos revertir la tendencia actual y asegurar un futuro próspero para la inversión en Colombia.
SEMANA: ¿Cómo se han venido comportando las inversiones de Estados Unidos en Colombia? ¿Cuál es la dinámica que han tenido y en qué sectores?
R. T.: La inversión de Estados Unidos en Colombia ha sido positiva. De hecho, los últimos años ha presentado una tendencia creciente. En 2023 se alcanzaron aproximadamente 5.516 millones de dólares, lo que representa un aumento del 1,5 % respecto a 2022, cuando fue de 5.044 millones de dólares y consolida a Estados Unidos como el principal inversor en el país, con un 33 % del capital extranjero.
Este crecimiento ha creado unos 160.000 empleos en diversos sectores, y también ha permitido desarrollar infraestructura y transferencia de tecnología. Destaco la importancia del TLC en la atracción de inversión extranjera y su impacto positivo en la economía colombiana. Puesto que antes de la firma de dicho tratado la inversión extranjera directa (IED) de Estados Unidos en el país era de 2.476 millones de dólares, 122 % menor a la actual, representando una parte significativa, pero limitada del total de la IED en el país, que era de 15.040 millones de dólares.
SEMANA: ¿Qué tanto se ha limitado la atracción de inversión en el país?
R. T.: En abril de 2024, la IED en Colombia reportó una caída del 21 % en comparación con el mismo mes del año anterior, al alcanzar solo 1.544 millones de dólares. En el acumulado de los primeros cuatro meses del año, la inversión totalizó 4.693 millones de dólares, lo que representa una disminución del 0,9 % respecto al mismo período de 2023.
Además, cayó el Índice de Confianza de Inversión Extranjera Directa. En 2023, Colombia ocupó el puesto 18 entre 25 países emergentes, pero en 2024 descendió al puesto 21. De igual forma, durante el primer semestre de este año el número de fusiones y adquisiciones en Colombia disminuyó 8 % con 124 transacciones, mientras que el valor de operaciones fue de 2.263 millones de dólares, cayendo 9,7 % respecto al año pasado, según el último informe de AON y TTR.
SEMANA: ¿Cuáles son las razones?
R. T.: La atracción de inversión ha tenido desafíos a nivel global debido a diversos factores, entre ellos la incertidumbre geopolítica, que ha llevado a las empresas a reconsiderar sus estrategias de inversión; además de conflictos como la guerra entre Ucrania y Rusia, crisis económicas y sanitarias que han generado inestabilidad y aplazamiento de proyectos. Asimismo, la inversión se ha concentrado en unas pocas economías emergentes, dejando a muchos países en desarrollo con flujos de inversión estancados, lo que agrava las disparidades globales.
Hablando de Colombia, uno de los principales factores que han limitado la atracción de inversión es la corrupción que conlleva la complejidad de los trámites burocráticos y la falta de claridad en la regulación, por lo que los inversionistas se han encontrado con asimetrías en la información y procedimientos difíciles de realizar. Igualmente, la desaceleración económica presenta un reto para decidir una inversión en el país.
Asimismo, el contexto político y social ha influido en la percepción de incertidumbre, ya que los cambios significativos en políticas gubernamentales influyen directamente en las decisiones de inversión. La inseguridad también es un aspecto crítico que influye en la decisión de los inversionistas al considerar la posibilidad de establecer operaciones en un país. Y es que, aunque ha habido avances significativos en la mejora de la seguridad en las últimas décadas, persisten desafíos que continúan afectando la percepción de riesgo entre los inversionistas.
Desde el CEA Colombia consideramos crucial trabajar entre el sector privado y público para implementar estrategias efectivas que mitiguen los riesgos y mejoren el clima de inversión, para atraer nuevamente el capital necesario para impulsar el crecimiento económico y seguir siendo un país con un alto potencial para la inversión, gracias a su riqueza en recursos naturales, su talento humano y su posición estratégica en la región.
SEMANA: ¿Cuáles son las preocupaciones de los inversionistas?
R. T.: De acuerdo con el informe, a los inversionistas les generan incertidumbre varios temas. En primer lugar, está la incertidumbre política, relacionada con las propuestas de reformas en sectores clave como salud, trabajo y pensiones. Estas iniciativas han generado un diálogo sobre la estabilidad del entorno regulatorio, lo que podría influir en las decisiones de inversión a largo plazo.
Además, los inversionistas han señalado la existencia de barreras no arancelarias y la complejidad de la burocracia, lo que puede dificultar el proceso de inversión y operación en el país. Asimismo, la desaceleración económica que ha experimentado Colombia ha llevado a una reducción en la confianza de los inversionistas. Por ello, el Departamento de Estado de Estados Unidos ha indicado que estas condiciones, junto con la percepción de un entorno menos favorable para los negocios, han contribuido a que Colombia enfrente desafíos en su competitividad como destino de inversión en comparación con otros países de la región. Es importante resaltar que, a pesar de estas preocupaciones, muchos inversionistas continúan reconociendo el potencial de Colombia y su importancia estratégica en el contexto latinoamericano.
SEMANA: El Departamento de Estado asegura que la Administración Petro ha promovido el concepto de soberanía nacional en sectores económicos clave, lo que ha generado altos niveles de incertidumbre dentro del sector privado. ¿Considera que el Gobierno del presidente Petro busca estatizar muchos de los sectores y servicios en el país?
R. T.: El gobierno del presidente Petro ha promovido el concepto de soberanía nacional, lo que implica un mayor control estatal sobre ciertos sectores económicos. Esto ha generado preocupaciones y altos niveles de incertidumbre dentro del sector privado, especialmente en industrias clave como la construcción, la manufactura y el comercio. La administración ha enfatizado la importancia de fortalecer la producción local y reducir la dependencia de importaciones, lo que significa que el Gobierno nacional está poniendo mayor énfasis en el fortalecimiento de la industria local que en las políticas que permitan atraer inversión extranjera.
Teniendo en cuenta lo anterior, entendemos que el actual Gobierno busca fomentar un crecimiento económico sostenible y resiliente a través de políticas que priorizan el consumo interno y la producción nacional. Estas medidas están diseñadas para apoyar el desarrollo económico del país y mejorar la autosuficiencia. Sin embargo, es importante destacar que fortalecer la producción local no debe ir en detrimento de la inversión extranjera directa (IED). Un ejemplo exitoso es México, que ha atraído IED en sectores como la manufactura sin descuidar su industria local. En este contexto, el fenómeno del nearshoring presenta una oportunidad histórica para que Colombia capte IED de Estados Unidos, lo que podría impulsar su desarrollo económico a través de la transferencia de tecnología, la creación de empleos y el acceso a nuevos mercados. Por lo tanto, el Gobierno debe equilibrar el apoyo a la producción local con la atracción de IED para lograr un crecimiento económico sostenible y equilibrado.
SEMANA: ¿Qué inquietudes surgen desde el punto de vista de seguridad jurídica?
R. T.: La inversión extranjera es sensible a los cambios regulatorios que puedan afectar la seguridad jurídica. Aunque Colombia se ha destacado por la estabilidad de su marco regulatorio, lo que ha consolidado su posición como uno de los principales destinos de inversión extranjera en la región, surgen inquietudes respecto a la implementación de tantos cambios, todos al tiempo.
Desde el punto de vista de la seguridad jurídica, la introducción de cambios normativos y nuevos requisitos de cumplimiento para las empresas puede convertirse en una barrera significativa para la inversión. Esto se debe a que tales cambios dificultan la planificación a largo plazo para las compañías y generan incertidumbre.
Además, es crucial garantizar un sistema idóneo de pesos y contrapesos que brinden seguridad sobre el cumplimiento de los acuerdos adquiridos por el país. La estabilidad de las instituciones es fundamental, ya que estas garantizan la continuidad y la integridad de los tratados y acuerdos existentes. Un marco institucional sólido, que respete los derechos de propiedad y la seguridad jurídica, es esencial para atraer y mantener la inversión extranjera, asegurando así un entorno favorable para el crecimiento económico sostenible en Colombia.
SEMANA: ¿En qué sectores ven con mayor preocupación los riesgos de cambios de reglas del juego?
R. T.: La reforma laboral podría tener un impacto en aquellos sectores que operan por turnos extendidos, como el de comercio, minero-energético y de servicios. Estos sectores que dependen de horarios nocturnos y dominicales para maximizar sus ingresos enfrentan preocupaciones sobre el aumento de los costos laborales, especialmente con la imposición de recargos que podrían desincentivar la inversión, competitividad y la creación de empleo, por lo que proponen mantener un equilibrio entre la flexibilidad laboral y la protección de los derechos de los trabajadores.
Asimismo, la reforma a la salud es un tema de incertidumbre para este mismo sector, ya que se ha presentado falta de claridad sobre los costos y el impacto financiero de la reforma. La transformación de las Entidades Promotoras de Salud (EPS) y la creación de fondos regionales plantean desafíos en la efectividad del sistema y la garantía de atención adecuada para la población, considerando que con las intervenciones de la Superintendencia Nacional de Salud (Supersalud) casi la mitad de los usuarios del sistema de salud de Colombia estarían bajo el control del Estado, sumando 25,1 millones de personas.
SEMANA: El Departamento de Estado menciona la falta de consulta efectiva y oportuna con las agencias reguladoras en decisiones que afectan a los inversionistas. ¿Qué consideración tiene al respecto?
R. T.: La falta de consulta efectiva y oportuna con las agencias reguladoras es una gran preocupación para los inversionistas, generando incertidumbre y afectando negativamente la percepción del entorno de inversión en Colombia. Esta incertidumbre disminuye la confianza y disposición a invertir de las empresas, impactando el crecimiento económico.
La alta rotación de personal en organismos gubernamentales y la falta de liderazgo en agencias regulatorias clave durante casi dos años resultan en una pérdida significativa de experiencia técnica crucial para la toma de decisiones informadas, lo que dificulta la estabilidad y previsibilidad necesarias para el sector privado.
La corrupción sigue siendo un desafío significativo. Inversionistas estadounidenses y extranjeros se quejan de barreras no arancelarias, regulatorias y burocráticas que obstaculizan el comercio, la inversión y el acceso al mercado a nivel nacional, regional y municipal. También expresan preocupación por el acceso más limitado a ministerios y agencias durante la administración Petro y la falta de consulta en decisiones que les afectan.
Las empresas prefieren plantear estas preocupaciones a través de asociaciones industriales, reflejando la necesidad de un entorno más transparente y accesible que fomente la inversión y el crecimiento.
SEMANA: La reforma de los sistemas de salud, trabajo y pensiones, ¿qué impacto han tenido dentro de los inversionistas?
R. T.: Las reformas en los sistemas de salud y trabajo en Colombia han generado una preocupación significativa entre los inversionistas. La gestión e implementación simultánea de estas reformas ha suscitado temores sobre cómo los cambios en las regulaciones laborales y de salud podrían afectar la estabilidad del mercado laboral y la rentabilidad de sus inversiones, además de crear incertidumbre jurídica.
La reforma laboral, por un lado, generaría un aumento en los costos laborales para las empresas, lo que podría desincentivar la contratación y afectar negativamente su competitividad. Esto se debe a que, si los costos de mano de obra se elevan significativamente, las empresas podrían verse obligadas a reducir personal o limitar su crecimiento. Por otra parte, la reforma a la salud podría implicar mayores costos para los empleadores, ya sea a través de contribuciones obligatorias al sistema de salud o por la necesidad de ofrecer planes de salud más completos a sus trabajadores. Además, los cambios en la regulación para empresas farmacéuticas y de servicios de salud podrían generar inestabilidad e inseguridad jurídica, lo que podría desalentar la inversión en estos sectores y afectar la disponibilidad y calidad de los servicios de salud.
Es importante destacar que la reforma pensional no representa un problema directo para las empresas del CEA. Sin embargo, las múltiples reformas en curso generan un clima de incertidumbre que puede influir negativamente en la percepción de riesgo entre los inversionistas.
La incertidumbre política y social que rodea estas reformas también puede afectar la confianza de los inversionistas. Aunque existe un potencial para un entorno de inversión más favorable a largo plazo, la falta de claridad en las reformas y la resistencia de algunos sectores de la población pueden llevar a los inversionistas a un enfoque más cauteloso.
SEMANA: ¿Cuál fue el efecto en los inversionistas de la reforma tributaria que entró en vigor en 2023?
R. T.: La reforma tributaria que entró en vigor en 2023 ha tenido varios efectos en los inversionistas: primero, el impuesto adicional para Zonas de Libre Comercio, ya que, las empresas en estas zonas enfrentan un impuesto adicional del 15 % si no cumplen con los requisitos mínimos de exportación, junto con los impuestos escalonados en alimentos y bebidas ultra procesados. Estas medidas han afectado la confianza de los inversionistas debido al aumento de la carga tributaria, lo que podría disminuir la rentabilidad de sus inversiones y la competitividad del país. Aunque la reforma tributaria busca ampliar la base de contribuyentes y mejorar la equidad del sistema, los inversionistas están preocupados por el impacto que esto podría tener en el ingreso disponible de los hogares, el consumo y la inversión.
Sin embargo, la reforma que más ha impactado a las empresas fue la que aumentó el impuesto de renta para ellas en 2021. En la reforma actual del Gobierno Petro, este impuesto se mantuvo, pero no se incrementó. Sin embargo, el sector minero-energético ha sido el más afectado por las nuevas imposiciones, aunque la reciente decisión de la corte que tumbó las modificaciones a las regalías proporciona una estabilidad adicional al país y demuestra la existencia de pesos y contrapesos en el sistema, así como la fortaleza de las instituciones.
SEMANA: ¿Cuál es su opinión sobre el anuncio de una constituyente? ¿Qué lectura están haciendo los inversionistas de este anuncio?
R. T.: El anuncio de una constituyente trae consigo un panorama de incertidumbre que por supuesto afecta el clima de negocios y la confianza en la estabilidad política y jurídica del país. Desde el CEA estamos convencidos de que la prevalencia de la Constitución actual es un fiel reflejo del respeto por los acuerdos y las reglas de juego con las que Colombia ha podido avanzar por más de 30 años. Así pues, consideramos que el Congreso debe seguir siendo el camino para discutir las reformas propuestas por el Gobierno.
Ante este anuncio, los inversionistas se mantienen expectantes por las implicaciones que pueda llegar a tener el avance de esta propuesta.
SEMANA: ¿Cuáles son las oportunidades que están viendo los inversionistas en Colombia, a pesar de las señales del Departamento de Estado?
R. T.: Los inversionistas están identificando diversas oportunidades en los minerales estratégicos que son esenciales para la transición energética, así como en las energías renovables como la eólica y la solar. Además, el crecimiento de una clase media más educada y conectada está impulsando la demanda en sectores como la tecnología, los servicios y el turismo.
Igualmente, Colombia se presenta como un destino atractivo para la inversión gracias a su ubicación estratégica en América del Sur, lo que facilita el acceso a mercados internacionales y rutas comerciales clave. La infraestructura de transporte, que incluye importantes puertos y aeropuertos, refuerza esta ventaja. En el sector energético, el país cuenta con una matriz diversificada, donde la energía hidroeléctrica es predominante, y está avanzando hacia un modelo más sostenible con un creciente enfoque en energías renovables como la solar y eólica. Esta combinación de conectividad y sostenibilidad crea un entorno propicio para inversionistas que buscan oportunidades en un mercado en expansión.
SEMANA: ¿Colombia está capitalizando potencialidades como la ubicación de plantas en este hemisferio para atender el mercado de Estados Unidos?
R. T.: Aunque Colombia cuenta con un Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos que ha fortalecido su presencia en el mercado estadounidense, aumentando sus exportaciones y atrayendo inversión extranjera, todavía existen oportunidades adicionales por explotar teniendo en cuenta que, gracias a este acuerdo, más de 7.000 empresas colombianas han accedido a nuevos productos y mercados. Además, la ubicación estratégica de Colombia y su proximidad geográfica a Estados Unidos facilitan la reducción de costos logísticos y tiempos de entrega, beneficiando especialmente a sectores como el agrícola y el manufacturero.
En este sentido, es importante que Colombia pueda adoptar una política clara y sostenida para el nearshoring, aprovechando la tendencia de las empresas estadounidenses a buscar mercados alternativos a los asiáticos. México ha sido el principal receptor de esta tendencia, pero Colombia tiene condiciones favorables para atraer a estas empresas. Un enfoque estratégico permitiría al país aprovechar su ubicación geográfica y talento humano para convertirse en un destino atractivo.
SEMANA: ¿Cuál es el escenario para la relación comercial y política entre Colombia y Estados Unidos en un eventual triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales?
R. T.: En caso de que Donald Trump vuelva a la Presidencia de los Estados Unidos, la relación comercial y política entre Colombia y Estados Unidos podría verse afectada de diversas maneras. Durante su primer mandato, Trump adoptó una postura de renegociación de acuerdos comerciales y medidas proteccionistas, un enfoque que es probable que continúe en un posible segundo mandato. Esto podría traducirse en la imposición de requisitos de origen más estrictos, aranceles adicionales y otras regulaciones que podrían impactar directamente las exportaciones colombianas hacia Estados Unidos.
Este entorno podría presentar desafíos significativos para los exportadores colombianos, quienes tendrían que adaptarse a nuevas normativas y ajustar sus estrategias comerciales para cumplir con los requisitos cambiantes. A pesar de estos desafíos, también podrían surgir oportunidades. Por ejemplo, las nuevas regulaciones podrían abrir puertas a nichos de mercado específicos o fomentar el desarrollo de productos y procesos más competitivos.
Además, la relación entre Colombia y Estados Unidos ha sido históricamente sólida, con más de 200 años de colaboración bilateral. Esta duradera asociación ha demostrado ser resiliente frente a los cambios políticos y económicos, y ambos países han establecido mecanismos institucionales y comerciales que facilitan la cooperación a pesar de las fluctuaciones en las políticas gubernamentales.
SEMANA: ¿Han identificado que los inversionistas que tenían planes de traer recursos a Colombia estén cambiando el mercado de destino? ¿Hacia dónde se están moviendo?
R. T.: En general, la inversión extranjera ha sufrido una caída en Latinoamérica durante este 2024 cercana al 27 % según el estudio de AON y TTR. Sin embargo, Colombia se distingue de esta tendencia negativa, mostrando un panorama mucho más alentador en medio de esta reducción y continúa siendo uno de los países más atractivos para la inversión extranjera en la región.
Algunos inversionistas han revaluado sus estrategias y destinos. Debido a la volatilidad económica global y a factores específicos de cada país, Colombia sigue destacándose como un destino favorable. El país ha mantenido su posición debido a factores como la estabilidad macroeconómica. No obstante, es cierto que algunos inversionistas están explorando nuevas oportunidades en mercados emergentes o en países con políticas económicas más atractivas en el contexto actual. Regiones como Asia y otras partes de América Latina están viendo un incremento en el interés inversor debido a sus políticas de apertura económica y a las oportunidades en sectores específicos como tecnología y manufactura avanzada.