La semana pasada, el presidente Gustavo Petro posesionó a Luis Carlos Reyes –exdirector de la Dian- como nuevo ministro de Comercio, Industria y Turismo. En su intervención, el mandatario reiteró que la transición tecnológica del país pasa por la descarbonización de la economía, por tanto, es necesario reactivar otros sectores como la agricultura, la industria y el turismo.
La agricultura creció al 9,3 % en el último año, “una cifra espectacular”, dijo el mandatario, y agregó que el turismo ha crecido 20 % y ahora 7,3 % en turistas internacionales. “Esos son dos grandes éxitos, la industria, al contrario, tiene números rojos”, aseguró.
No se equivocaba. Aunque los recientes datos de abril del Dane muestran que frente al mismo mes del año anterior la industria creció 4,1 %, este sector en el país no pasa por su mejor momento y, al revisar los últimos trimestres, está en lo que podría llamarse una recesión alargada.
Corficolombiana hizo un análisis de la situación de la industria y el panorama es preocupante: ya completa un año continuo en terreno negativo, profundizando su caída con un -4,7 % de variación anual de su valor agregado, desestacionalizado, en el primer trimestre de 2024.
De acuerdo con la Encuesta Mensual Manufacturera, la producción real de la industria en los primeros tres meses de este año se contrajo en 30 de las 33 ramas que la componen. A esta dramática situación se suma una menor dinámica en las ventas, que cayeron en 31 ramas de actividad industrial.
“La industria fue la actividad económica que más se contrajo en el primer trimestre de este año entre las principales ramas. La menor demanda privada, las altas tasas de interés y la incertidumbre económica y política del país han sido factores determinantes en la deteriorada dinámica del sector, posesionándolo como uno de los más golpeados en el contexto de la desaceleración económica actual”, señaló Corficolombiana en su informe.
Este deterioro en la situación del sector industrial prende las alarmas por su importancia y peso en la economía nacional. En términos de producción, explicó el estudio, la industria aporta cerca del 12 % del PIB nacional y contribuye con 2,4 millones de empleos (10,5 % de los 22,8 millones de ocupados en el país), ubicándose como el tercer sector con mayor generación de empleo formal. Además, el 20,4 % de las exportaciones del país provienen del sector industrial y el 17,7 % de la Inversión Extranjera Directa tiene como destino el sector manufacturero. “Aparte de ser uno de los sectores con mayor peso en el valor agregado de toda la economía, su comportamiento altamente cíclico durante los últimos veinte años se explica por su elevada interrelación y alto número de encadenamientos productivos”, se manifiesta en el estudio.
Junto con el comercio, la industria ha sido la actividad económica que más ha impulsado a la baja los resultados trimestrales de crecimiento económico en Colombia, acumulando dos trimestres consecutivos como la actividad que más aporta negativamente a este indicador. Puntualmente, en el cuarto trimestre de 2023 esta aportó -0,7 puntos porcentuales al crecimiento del valor agregado de la economía colombiana, mientras en el primer trimestre de 2024 dicha contribución se situó en -0,6 puntos porcentuales.
En el segundo trimestre de 2023, la industria registró -3,7 %, para el tercer trimestre fue de -6,6 % y en los tres últimos meses del año pasado la cifra llegó a -5,4 %. Para el periodo enero-marzo de este año quedó en -4,7 %, según las cifras del Dane.
La fabricación de alimentos y bebidas, de productos refinados del petróleo, de químicos y plásticos y de textiles, que reúnen cerca del 75 % del valor agregado industrial, fueron los que más contribuyeron a la caída del primer trimestre de 2024.
Además, advirtió el estudio, “los subsectores de elaboración de productos alimenticios y de coquización y fabricación de productos químicos, que tienen en promedio una participación del 28% y 37% en el valor agregado de la industria, respectivamente, completaron también un año completo de contracciones anuales”.
Añadió que la coquización y fabricación de productos químicos se contrajo 3,2 % a/a en el primer trimestre de 2024, explicado en su mayoría por la baja dinámica productiva de otros productos minerales no metálicos, que responde a la demanda del sector constructor, también en fuerte desaceleración. En lo que respecta a la elaboración de productos alimenticios, su valor agregado cayó 4,9 % a/a durante el mismo periodo como resultado del mal comportamiento de la elaboración de productos derivados de almidón, de productos lácteos y de aceites.
El sector industrial sigue teniendo un papel central en la economía al aportar el 11,6 % al PIB, generar 2,4 millones de empleos, producir el 20,4 % de las exportaciones nacionales y ser el destino del 18 % de la inversión extranjera directa en Colombia.
De acuerdo con el análisis de Corficolombiana y usando un índice que clasifica los sectores de acuerdo con su capacidad de dinamización de la actividad productiva y la generación de empleo en el resto de sectores, la industria se encuentra en el cuadrante “clave”.
“Es decir, es un sector que tiene elevados encadenamientos hacia atrás, alta demanda de bienes intermedios, y a su vez encadenamientos hacia adelante, su oferta dinamiza otros sectores en siguientes fases productivas al ser su insumo, posesionándose como un sector fundamental para la reactivación económica”, puntualiza el estudio.
Específicamente, los cálculos establecen que la industria tiene encadenamientos hacia atrás con los sectores agropecuario, minero, comercio y transporte y alojamiento, y, en promedio, cada peso invertido en el sector industrial multiplica el valor de la producción en 1,22 veces. En el caso de los encadenamientos hacia adelante, en promedio, cada peso demandado por la economía se traduce en un aumento de 1,23 en el valor de la producción del sector industrial.
Bajo un enfoque regional, a marzo de 2024 la producción real de la industria se contrajo en todo el territorio nacional, con excepción del departamento de Córdoba. El menor dinamismo productivo en Antioquia, Bogotá y Valle del Cauca, las regiones con mayor peso en el sector, explica esta contracción en la producción industrial real.
En materia laboral, los subsectores que más generan empleo son elaboración de productos alimenticios, confección de prendas de vestir y fabricación de calzado con una participación del 22 %, 16 % y 9 %, respectivamente. Estos son precisamente los que han tenido las mayores contribuciones negativas al valor agregado.
“Si bien el nivel de ocupación en el sector ha aumentado en 79.000 empleos entre el primer trimestre de 2024 frente al 2023, ya se empieza a evidenciar una caída en la generación de empleos. Al comparar los ocupados de marzo de 2024 frente a marzo de 2023, observamos una caída de 26.000 puestos de trabajo. Además, al calcular los datos desestacionalizados, evidenciamos una pérdida de cerca de 49.000 empleos en marzo respecto a febrero. Lo anterior nos da indicios del deterioro en la generación de empleo del sector industrial, como consecuencia del contexto actual en la dinámica de producción del sector”, puntualiza el informe.
El panorama para el sector industrial en lo que resta de 2024 es retador. Corficolombiana estima una contracción de 1,0 % de su PIB en el balance del año. La perspectiva del sector responde a que las tasas de interés aún se encontrarán en niveles altos durante la mayoría de los meses del año, encareciendo el costo de uso del capital y el consumo. Además, el deterioro adicional del mercado laboral, que impacta el ingreso disponible de los hogares, y el efecto de la menor inversión en maquinaria y equipo, seguirán siendo choques negativos sobre el sector.
Precisamente, la caída de la inversión anticipa una menor capacidad de expansión futura, pues se considera la semilla del crecimiento. En efecto, según el informe, la inversión en maquinaria de equipo se contrajo 5,6 % a/a acumulando, al igual que la formación bruta de capital fijo total, 5 trimestres consecutivos de caídas anuales. Asimismo, las importaciones de la industria de bienes de capital cayeron durante el primer trimestre 2024 y acumulan 5 trimestres consecutivos con variaciones anuales negativas. En el valor acumulado de 12 meses a marzo, estas se contrajeron 15,6 % pasando de 12.686 millones de dólares a 10.703 millones de dólares. “Esta realidad profundiza a futuro el mal momento por el que pasa la industria, pues existe una correlación entre la inversión de maquinaria y equipo y las importaciones de bienes de capital cercana al 82 %”.
Según la Encuesta mensual de expectativas económicas (EMEE), del Banco de la República, el nivel de inversión en maquinaria y equipo esperada por los empresarios en los próximos 12 meses presentará una caída del 6 % comparada con la inversión pasados 12 meses. A ello se suma que la confianza del sector industrial acumula 3 meses consecutivos de deterioro.
En abril de 2024, el Índice de Confianza Industrial de Fedesarrollo se situó en -3,4 %, registrando una reducción de 0,8 puntos porcentuales respecto al mes previo y un incremento de 2,5 puntos porcentuales frente al mismo mes de 2023. Esta caída en la confianza es explicada por las menores expectativas de producción en el próximo trimestre y el menor volumen actual de pedidos, reflejando los importantes retos de corto plazo que enfrentan los industriales para reactivar el sector.
En contraste, la confianza comercial se mantiene en terreno positivo, situándose en 15,3 %, registrando 3 meses consecutivos de aumentos, explicado por una mejor rotación en los inventarios y una mejora en las expectativas de la situación económica del país en el próximo semestre.
El deterioro en la inversión tiene varias razones. En primer lugar, el aumento en el costo de uso de capital colombiano, derivado de las altas tasas de interés y el aumento de la tarifa del impuesto de renta corporativa, que es la más alta de los países OCDE (35 % tarifa de renta), afirmó el análisis, lo que ha restado competitividad al sector empresarial y atractivo de inversión extranjera al país.
“En segundo lugar, la mayor percepción de incertidumbre sobre el futuro del país, que se deriva de múltiples reformas en trámite y cambios regulatorios que impactan al aparato productivo del país, se ha constituido en una de las principales barreras actuales para la inversión.
De acuerdo con la Encuesta de Opinión Industrial Conjunta (EOIC) de la Andi, para febrero de 2024 el 16,5 % de los encuestados señalan la incertidumbre política y las reformas como uno de los principales problemas de la industria. Asimismo, de acuerdo con el 26,3 % de los encuestados, una de las principales demandas de la industria para adelantar proyectos de inversión es la seguridad jurídica, así como el 12,6 % destaca la necesidad de señales asociadas a la estabilidad política”, citó el estudio de Corficolombiana.
Hacia el futuro y como estrategia para generar una nueva dinámica en el sector, el informe advirtió que, aunque el gobierno ha reconocido la reindustrialización como una prioridad, la reactivación económica exige metas específicas y ambiciosas para este sector. “Para ello, es fundamental reactivar rápidamente industrias como la construcción e infraestructura, avanzar en una agenda de colaboración público-privada y respaldar todo esto con un ambiente que brinde confianza y seguridad jurídica a la industria”.