En Colombia hay más de 36 millones de adultos con algún producto financiero, pero tener el nombre registrado en una entidad bancaria formal no garantiza el acceso.

Millones de personas se registraron a partir de 2020, durante la pandemia, pero solo para recibir una trasferencia monetaria distribuida por el Estado en medio de la crisis.

La profundización del crédito, en cambio, es baja, y, de hecho, desde que las tasas de interés se dispararon, como parte de la política monetaria para tratar de contener la inflación, la gente redujo aún más el apetito por los préstamos, lo que causó impacto en las utilidades de las entidades del sector. No obstante, según expresa Ferrari, aunque a mitad de 2024 se estableció que 12 establecimientos bancarios estaban presentando pérdidas en su rentabilidad, el balance del sector revela que hubo bancos –sobre todo de los grandes– que hicieron mucho dinero.

credito | Foto: SEMANA

Los pequeños, que tenían su cartera ubicada principalmente en el consumo, están entre los que más han sufrido, y por lo menos un tercio de los bancos registraron pérdidas en este año; sin embargo, fueron mucho menores que las del año pasado, manifestó el funcionario.Para el superintendente, gran parte del problema sigue siendo el de las tasas de interés, que continúan altas, pese a que poco a poco ‘ese peaje’ para el acceso al sistema financiero viene decreciendo.

En la junta directiva del Banco de la República, en diciembre, quedaron en 9,5 por ciento, tras bajar solo 0,25 por ciento. Precisamente, el llamado pacto por el crédito, suscrito entre el Gobierno y la banca privada, a cambio de no introducir la inversión forzosa, estableció el compromiso de poner 55 billones de pesos para cinco sectores estratégicos, entre los que están quienes poco acceso tenían al crédito formal.

Pero, a pesar de que la economía popular es uno de los grandes focos hacia los cuales se dirige la profundización del crédito, en este componente no se generaba el dinamismo buscado. “Hemos tratado de corregir situaciones, como la que estipuló que en la economía popular los créditos se hicieron hasta cuatro salarios mínimos, lo que para un tendero –por ejemplo– podría resultar insuficiente para surtir su negocio”, dijo el superfinanciero.

Economía popular

La decisión en ese sentido fue aumentar a seis salarios mínimos, lo que de inmediato mostró resultados. “Ahora se empieza a ver el crecimiento del impacto del crédito en la economía popular, que en la última medición realizada, con corte a noviembre, fue del 10,3 por ciento. Los créditos desembolsados dentro del Pacto Por el Crédito suman 35,9 billones de pesos, para un total de 5,4 millones de préstamos”, anotó Ferrari.

Para el superintendente, la baja profundización del mercado de crédito en Colombia y lo caro que resulta acceder al servicio hacen que aumentar la inclusión financiera solo sea una ilusión. “La liquidez en la prepandemia era de 48 por ciento y la profundidad del mercado de crédito era 42 por ciento del PIB (producto interno bruto)”, es decir, había mucha plata para prestar frente a la demanda.

Esta circunstancia los llevó a impulsar las llamadas finanzas abiertas, que se refieren a establecer que los bancos tengan la información de todos los clientes, lo que deberá conducir a la competencia por traerse al usuario del sistema financiero.

“Si un banco se quiere llevar a un cliente que sabe que es bueno, le ofrece mejores tasas y un plazo mayor, lo que estimula a la entidad que pierde al usuario a mejorar también su posición”.Para que ese círculo virtuoso sea una realidad, solo falta un decreto que está abierto a comentarios, luego de los cuales sería emitido, y que hará de las finanzas abiertas algo obligatorio en Colombia, confirmó Ferrari, quien aseguró que “apunta a generar mucho más crédito a tasas de interés menores”.

Balance del Pacto por el Crédito. | Foto: Esteban Vega La-Rotta

La entidad no es ‘el coco’

Durante mucho tiempo, la sola mención de la Superintendencia Financiera causaba susto a las entidades que forman parte del sistema y son sus vigiladas. Sin embargo, Ferrari afirma que están cambiando el modelo, para aplicar ahora uno de mayor acercamiento a los vigilados, para lo cual implementaron los colegios bilaterales, con los que cambia la manera de hacer supervisión. “En 2024 hemos hecho 23 colegios bilaterales y no son otra cosa que propiciar un encuentro entre los líderes de la superintendencia y los de los bancos. Se trata de hacer una supervisión mucho más empática, que no nos vean como policías, que no lo somos. Si encontramos algún problema, se lo trasladamos a la Fiscalía”.

El antiguo modelo, basado en supervisión analógica, se realizaba mediante visitas in situ. “Enviábamos entre seis y diez personas a un banco y revisaban de cabo a rabo y luego traían los resultados. Ahora la lógica es al revés. Hacemos un colegio, vienen los dirigentes de los bancos y se sientan frente a frente con la dirigencia de la superintendencia y dialogan sobre el banco. Es el nuevo estilo de supervisión que estamos imponiendo.

Sede de la Superintendencia Financiera.

Lupa a la captación ilegal

Pero eso sí, el líder de la entidad afirma que han estado al pie de la ilegalidad, con tal de disminuir las captaciones no autorizadas de dinero, conocidas en Colombia como pirámides. “Hemos emitido diez sanciones en ese sentido, tras identificar 22.000 millones de pesos relacionados con captación ilegal, con 841 víctimas de esa práctica, que han sido identificadas”.

En el contexto de un nuevo esquema pensional, creado por medio de la reforma aprobada ya en el Congreso de la República, Ferrari dijo que la Superfinanciera tendrá injerencia en la vigilancia del fondo para el manejo de los recursos del aseguramiento.

En cuanto a la entrada de nuevos jugadores al sistema financiero, lo que le implicaría a la entidad tener que ampliar su base de vigilados, pero a los usuarios contar con más competidores, el funcionario habló de un grupo mexicano que, luego de una visita al país, manifestó su interés en presentar papeles para abrir un banco, a partir de un nicho concentrado en pequeñas y medianas empresas.

El interesado en entrar en el mercado colombiano manejaría un modelo para otorgar préstamos, como si se tratara de una tarjeta de crédito, sostuvo Ferrari. “No es un banco ni un almacén. La persona va comprando y acumulando un saldo en contra hasta llegar al tope, que implica que no puede gastar más”, explicó.

Bitcoin, Donald Trump | Foto: adobe / AP

El bitcóin, disparado

Ferrari también se expresó sobre el auge del bitcóin, que ha llegado a valer 100.000 dólares y en Colombia es considerado ilegal. Señaló que ese rally de la criptomoneda se debe a los anuncios favorables de Donald Trump luego de ganar la presidencia de Estados Unidos, con los cuales habló de crear una reserva estratégica con la compra de un millón de unidades, convirtiendo así a su país en el mayor propietario de bitcóin en el mundo.

En Colombia, el camino regulatorio para las criptomonedas no ha sido fácil. El superfinanciero explicó que se ha buscado regular las plataformas de compra, pues considera que esa moneda sigue siendo especulativa. “No sabemos quién la emite, puede ser en un garaje en Detroit o en una oficina en Soacha”.

Ante la imposibilidad de regular al respecto, la entidad se ha concentrado en esparcir educación financiera, advirtiendo que negocios con criptomonedas se hacen bajo riesgo propio”.

4x1000 | Foto: Semana/Jeimi Villamizar

El 4 × 1.000 no entró

Frente a la situación que se presenta alrededor de la ley que modificó la norma con el 4 × 1.000, impuesto que podía exonerarse para una sola cuenta bancaria y luego se estableció que podrían ser hasta cuatro, pero con el mismo monto de 16 billones, Ferrari también habló.“

La ley, como fue aprobada, decía que si el sistema no entraba en vigencia por cualquier razón, seguía vigente el anterior sistema. El cambio no ha sido efectivo, porque Asobancaria, por un lado, centraliza las operaciones, de los bancos; pero, por otro lado, las cooperativas también prestan servicios financieros y, cobran 4 × 1.000. Al final acordaron un solo sistema que no se pudo hacer. Por eso se volvió al sistema anterior que nunca se abandonó en realidad”.

Deuda y situación fiscal

Como experto financiero, el superintendente también se refirió a la complejidad económica de 2024, lo que atribuyó a lo sucedido desde la pandemia, situación que no tiene precedentes; por lo tanto, no es comparable. En el siguiente año, 2021, la recuperación fue alta, con un crecimiento superior al 10 por ciento. En 2022 ya el ritmo era menor, pero igualmente fuerte, lo que concluyó en una expansión de la producción, de más del 7 por ciento.“

Para salir del freno en 2020, el Gobierno de entonces aplicó un choque de consumo, de manera que se pudiera recuperar rápidamente la economía. Dicho choque se hizo con subsidios y deuda”, explicó.

Cuando se toma ese camino de impulsar la economía estimulando el consumo, decrece el ahorro, expresa Ferrari, quien, en tales circunstancias, dice que lo mejor pudo haber sido aumentar la demanda agregada vía inversión. Se contrató un préstamo con el Fondo Monetario Internacional por 3.500 millones de dólares a cinco años: tres de ellos de gracia, y solo dos años de pagos. “Eso ahogó las finanzas públicas y ese es uno de los grandes problemas que tenemos ahora, porque no era la única deuda, había otras que venían de atrás y entonces al final el mayor déficit es consecuencia de esos subsidios, de ese endeudamiento y eso ha generado un estrangulamiento del sector fiscal”.

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