La mayoría de los actuales multimillonarios hicieron sus fortunas en las dos últimas décadas y lo lograron, principalmente, a partir de la ola de innovación tecnológica y financiera. Este ha sido un periodo extraordinario para que surjan en el mundo e incluso podría decirse que es la segunda edad dorada para ellos, solo comparable con los años veinte del siglo pasado. Esta es una de las conclusiones de un estudio realizado por la financiera global UBS y la firma consultora PwC (PricewaterhouseCoopers), que analizó a 1.300 cacaos de Estados Unidos, Europa y Asia. Se trata de una de las investigaciones más completas sobre generación de riqueza que cubrió los 14 mayores mercados que representan el 75 % de la riqueza mundial. Además, realizaron entrevistas cara a cara con más de 30 de ellos. Los investigadores encontraron que en los últimos 20 años surgieron 917 billonarios que hicieron sus propias fortunas. Es decir, no las heredaron de generaciones anteriores.  Según Josef Stadler de UBS la creación de riqueza es cíclica. “Actualmente vivimos en una época de oportunidades y se ha acelerado en forma similar a la edad dorada de finales del siglo XIX y principios del XX, cuando el espíritu empresarial en los Estados Unidos y Europa llevó a la primera ola de la innovación en la historia moderna”, señala. Pero si bien las condiciones en que se desarrollan los multimillonarios son cíclicas, es decir, que se acaban, el actual ciclo podría prolongarse un poco más. La innovación científica en campos como la biotecnología, la inteligencia artificial, la robótica, la nanotecnología y la seguridad cibernética, así como las necesidades de envejecimiento de la población sugieren que surgirán algunas nuevas oportunidades de hacer fortuna. El estudio encontró que las riquezas no resultan de la buena suerte. Los miembros de la población de multimillonarios normalmente exhiben características similares: apetito para tomar riesgos inteligentes, un enfoque obsesivo en los negocios y una fuerte ética de trabajo. Muchos comenzaron ese viaje siendo muy jóvenes. Un 23 % hizo su primer negocio antes de los 30 años y un 68 % antes de cumplir los 40. En todo caso, ninguno se convirtió en billonario antes de esta última edad. Otra característica encontrada es que el 82 % de los nuevos ricos tiene grado universitario. El sector de los servicios financieros es el gran fabricante de millonarios en Estados Unidos. En las dos últimas décadas, un 30 % de las nuevas fortunas se originaron en esta actividad. La tecnología ha producido el segundo número de ricos (27 %). Por el contrario, en Europa la mitad de los multimillonarios nacieron a partir de las industrias de consumo como la tecnología. En Asia el 20 % proviene también de este último sector. El estudio muestra también que los empresarios estadounidenses son más ricos que los europeos y, a su vez, estos más que los asiáticos. Sin embargo, los últimos tienen la característica particular de que son más recientes que en otras partes del mundo. Generalmente son menores que los de otros lugares, con una edad promedio de 57 años, esto es diez años más jóvenes que los de Estados Unidos y Europa. Además, una proporción significativa de los ricos de Asia creció en la pobreza (25 %), en comparación con el 8 % en los Estados Unidos y el 6 % en el caso de Europa. Como resultado de esto, UBS y PwC pronostican que Asia podría ser el centro de la creación de riqueza en el futuro. El gran reto Desde el punto de vista demográfico, la actual generación de millonarios está envejeciendo. Muchos están ya pensando en cómo preservar y transferir su riqueza, y muchos se enfrentan a decidir cuál será su legado.   Estos son asuntos de fundamental importancia porque más de dos tercios de los actuales multimillonarios mundiales ya pasaron de los 60 años de edad y tienen más de un hijo. Los investigadores recuerdan que la riqueza se diluye con el tiempo, sobre todo a medida que crecen las familias y envejecen los cabezas creadoras. Estos deben decidir entonces qué hacer con las empresas que les hicieron ricos: mantenerlas en cabeza de la familia o venderlas por partes o en su totalidad. “Como la creación de riqueza ha estado correlacionada en las últimas dos décadas con los mercados financieros que tienen la capacidad de reducir las fortunas rápidamente, la planificación es muy importante”, dice Michael Spellacy de PwC. El informe encontró que la mayoría de los billonarios en Estados Unidos y Europa  prefieren mantener sus negocios (60 %), mientras que un tercio (30 %) optaría por vender partes de los mismos a través de una oferta pública inicial de venta o el comercio, mientras que el 10 % prefiere tener su dinero en efectivo. Una operación de álgebra generacional ilustra la dinámica de la riqueza. Por ejemplo, a partir de una familia de tres hijos –con una fortuna promedio por cabeza de 1.000 millones de dólares– puede verse cómo cinco generaciones más adelante se diluye la fortuna si no se planifica bien. En este ejemplo, en la segunda generación habrá nueve miembros de la familia y en la quinta 243. Consecuentemente, los 1.000 millones se diluyen a 333 millones para cada hijo cuando se pasa a la segunda generación y en la quinta cada niño heredaría 12 millones de dólares. Este cálculo muestra la importancia para los multimillonarios de planear a largo plazo si quieren proteger los logros de su vida y preservar sus valores en el futuro. El estudio señala que no es posible evitar decidir cómo preservar la riqueza. En los casos en que ignoran dar ese paso, la indecisión ha llevado sobre todo a que la riqueza disminuya rápidamente. Como parte importante del legado, muchos multimillonarios tienen hoy un creciente interés en la filantropía, a través del apoyo a la educación, la salud y las causas humanitarias en todo el mundo. Según el estudio, tienden a centrarse en los esfuerzos que proporcionan resultados tangibles y medibles: por ejemplo, saber cuántas vidas han impactado con sus donaciones o cómo han mejorado las condiciones de salud o de vida de las personas a quienes ayudan. En Estados Unidos la filantropía es más visible, pues donar a través de instituciones es mucho más popular. Por ejemplo, más de 100 multimillonarios se han unido a la causa de Bill Gates y han acordado donar más del 50 % de su riqueza. UBS y PwC afirman que lo más probable es que el compromiso de dar y las contribuciones individuales aumentarán en todas las formas en las próximas dos décadas. “Esperamos un aumento importante de la filantropía, quizás incluso superando la que se presentó en la primera edad dorada”, señalan los autores del estudio con algo de más optimismo.