Acaba de inaugurarse en Beijing la primera carrera de la Fórmula E, un nuevo campeonato internacional de la Federación Internacional de Automóviles, FIA, que promete ser equiparable con la Fórmula 1, pero que tiene una gran diferencia: los vehículos son impulsados por motores totalmente eléctricos. El campeonato espera convertirse en un marco para la investigación y el desarrollo del sector. En las últimas décadas, el vehículo eléctrico ha vivido momentos de gran optimismo, generado principalmente por los altos precios de la gasolina, pero el valor del crudo ha terminado por estabilizarse y las expectativas vuelven a caer.  Sin embargo, algo parece estar cambiando. Si una institución como la FIA y empresas como Renault, McLaren y Williams le han dedicado años e invertido millones de dólares al desarrollo de este  proyecto, es porque han visto que el terreno está abonado.