En materia de negocios, nadie sabe para quién trabaja. Esa máxima la debería tener clara el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, un experimentado hombre de negocios que por años se preció de su gran habilidad empresarial, pero quien cayó en la trampa de declarar una guerra comercial argumentando que de esta manera protegería a su país del abultado déficit comercial con quienes “se han aprovechado” de su país.Pero, cuatro meses después de haber puesto a sonar los tambores de guerra al anunciar aranceles al acero y el aluminio, desafiando a su principal rival comercial, China, y a sus aliados de Europa e incluso a sus vecinos de México y Canadá, las preocupaciones se ciernen sobre el crecimiento de la economía global y el futuro de la Organización Mundial del Comercio, OMC, que representan el libre comercio mundial y que según The Economist, es una de las más amenazadas con las escaramuzas de Trump.Mientras que los mercados de valores siguen estresados y los países afectados por las medidas proteccionistas amenazan con retaliaciones, Trump defiende su política ‘salvadora’.La semana pasada la directora del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, tasó en 430.000 millones de dólares las pérdidas para la economía mundial al 2020 por cuenta de este enfrentamiento. Aunque esta cifra puede sonar relativamente pequeña, pues equivale a casi tres veces la fortuna del hombre más rico del mundo, Jeff Bezos –según Bloomberg, llegó a 150.000 millones de dólares el lunes pasado–, el impacto que tiene entre inversionistas, empresarios y mercados de valores es enorme, pues significa que existe un alto riesgo de reducir en 0,5 por ciento el crecimiento mundial.Puede leer: Armagedón comercial: el impacto de las medidas de Trump contra ChinaEso sí, el susto por el riesgo de pérdidas cunde. Al divulgar los resultados de su informe de Perspectivas de la Economía Mundial, Lagarde llamó la atención por el impacto que comienza a tener en algunas economías la tensión comercial desatada por Trump, y anticipó que Estados Unidos será uno de los más perjudicados. Si bien el FMI mantuvo un pronóstico de crecimiento de la economía global en 3,9 por ciento para este año, sí empieza a notar algunos dolores específicos.En el caso de China, las estimaciones indican que su crecimiento se desaceleró y será alrededor de 6,6 por ciento este año; mientras que la economía japonesa tendrá un proceso más lento de crecimiento, alrededor del 1 por ciento. A la Unión Europea el FMI le recortó el pronóstico de 2,4 por ciento de abril a 2,2 por ciento la semana pasada. Para Estados Unidos la estimación se mantuvo en 2,4 por ciento, en buena medida por el efecto positivo del recorte de impuestos decretado por Trump a comienzos de año.Puede leer: Notas de economía de esta semanaEl FMI ha reiterado su preocupación por las tensiones comerciales, al asegurar que las medidas proteccionistas adoptadas por el gobierno de Trump generan obstáculos para la inversión de las empresas, interrumpen las cadenas globales de suministros, frenan los avances tecnológicos que son los encargados de mejorar la productividad y, en términos generales, encarecen los bienes de consumo, de acuerdo con el diario Financial Times. En otras palabras, Trump será víctima de su propio invento.La incertidumbre es creciente entre algunos protagonistas de la economía estadounidense. La última encuesta mensual de Bank of America Merryl Lynch que se divulgó a mediados de julio encontró que el 60 por ciento de los gestores de fondos –quienes ayudan a las empresas a visualizar opciones de inversión para darle mayor rentabilidad a su capital– creen que las tensiones comerciales entre China y Estados Unidos es el riesgo más importante que enfrentan, desde la crisis de deuda hipotecaria de 2009, y podrían impactar el crecimiento de la economía global.Puede leer: Según Putin hay sectores de EE.UU. que quieren dañar su relación con TrumpPero mientras que los mercados de valores siguen estresados y los países afectados por las medidas proteccionistas amenazan con retaliaciones, Trump defiende su política ‘salvadora’, pues el déficit comercial de su país ha comenzado a descender lentamente. El mundo aprieta los dientes porque nadie sabe cómo acabará esta guerra.