La revolución del streaming, el gran salto en la forma como el mundo consume entretenimiento, ya llegó. La pandemia de la covid-19 aceleró los desafíos estructurales y las tendencias en esta industria, y, por la cantidad de oferta disponible, estamos ante una verdadera guerra mundial S.
Los servicios de televisión por internet han desafiado al sector desde hace años. Particularmente cuando Netflix comenzó a transmitir películas y series en 2007. Sin embargo, mientras que este gigante se expandía por el mundo, las grandes empresas de medios tradicionales les apostaban a la televisión por cable y al cine tradicional.
De hecho, hasta hace poco, varios conglomerados de medios y productoras desarrollaron y lanzaron sus propias plataformas, pues corrían el riesgo de quedar obsoletos ante los cambios en las preferencias de consumo.
Además, durante la pandemia este cambio se volvió una necesidad: las cuarentenas estrictas cerraron los cines, y dispararon el consumo de televisión por internet. En Colombia, desde 2011 Netflix se convirtió en el principal jugador de este tipo de entretenimiento. Pero en los últimos años surgieron otros competidores, como HBO Go, Amazon Prime, Apple TV+ y el recién llegado Disney+. También aterrizó en el país el servicio de Starzplay, de la productora Lionsgate, que les apuesta al público adulto y a la publicación de contenido exclusivo.
Al lado de estos competidores de talla mundial, las productoras y salas de cine locales han mirado con buenos ojos esta alternativa para contrarrestar los problemas económicos que trajo la pandemia para la industria.
Un ejemplo de ello es Cinema Paraíso, una sala de cine independiente ubicada en Usaquén, que decidió lanzar su servicio de streaming on demand como respuesta al cierre de los teatros.
La plataforma digital fue creada aprovechando las circunstancias presentadas a partir de marzo y que ya eran tendencia en el mundo. “No es solo que por la pandemia hayamos adelantado los planes, sino que era una evolución natural que de alguna manera debería tener cualquier distribuidor que pretenda ser competitivo en el mundo audiovisual hoy en día”, dice Federico Mejía, director de Cinema Paraíso.
El abanico de posibilidades se amplía cada vez más para los usuarios, que hoy quieren consumir televisión bajo demanda sin depender de programaciones específicas en televisión o cine.
Para Fabián Esteban Gómez, director y fundador de Happy Monkey Films, el encanto del streaming es que se acomoda al horario del usuario. “Tú puedes consumir los productos de entretenimiento en el momento que quieras y donde quieras, no estás sometido a un horario”, asegura.
Los cambios en la forma de consumir junto con el aumento en el número de competidores en el sector representan un gran desafío tanto para los usuarios como para los prestadores del servicio.
En particular, los hogares tienen un límite de presupuesto para destinar a este rubro. Cuando adquieren servicios de televisión por cable, los precios arrancan en los 60.000 pesos mensuales con acceso a internet y a múltiples canales, pero pueden superar los 200.000 pesos. Aunque el streaming entró a la canasta familiar de los colombianos en febrero de 2019, suscribirse a más de una plataforma puede salir costoso.
Si un hogar desea adquirir los servicios de Netflix, Disney+ y HBO Go, por ejemplo, debe alistar 95.700 pesos, sin incluir el costo del plan de internet. Esa cifra es casi 10 por ciento del salario mínimo mensual.
Ante los desafíos de la competencia, expertos afirman que las plataformas de streaming tendrán que enfocarse, en primer lugar, en la calidad de su contenido.
“Con lo que realmente deben competir es con la calidad de las historias. Series como Dark, que ha hecho Netflix, o Stranger Things han roto paradigmas por su contenido original y por su forma de hacer la serie. Esto sube los estándares de calidad, tanto en la producción como en las historias, y ahí es donde vamos viendo cuál es el que va ganando”, dice Gómez.
Sin embargo, las plataformas también tendrán que competir por el tiempo de los usuarios, que es limitado. Al final, es probable que los consumidores se decanten por una o dos suscripciones, no solo por precio, sino por el tiempo disponible para entretenerse.
Y con tantas opciones en el mercado y nuevos competidores preparándose para llegar a la región, la cantidad de contenido podría generar lo que se conoce como ‘fatiga de decisión’, un fenómeno en el que, ante grandes cantidades de opciones, tomar una decisión se hace más difícil.
El consumo en el país
En medio de la pandemia, el streaming será una de las pocas industrias que cerrará el año con grandes cifras de crecimiento, pues el confinamiento lo convirtió en una de las principales fuentes de entretenimiento en casa. Netflix ganó 15,77 millones de suscriptores en los primeros tres meses de 2020, y 10,09 millones entre abril y junio, por lo que en el primer semestre de este año rompió récords como la temporada de mayor crecimiento en la historia de la compañía.
Disney+ también superó todas las expectativas, pues alcanzó los 73 millones de suscriptores en el mundo en su primer año, teniendo en cuenta que la compañía proyectaba entre 60 y 90 millones de suscriptores en 2024 y los analistas esperaban 50 millones en 2022.
Eso sí, con el aumento en el número de competidores, Netflix ha perdido participación en el mercado. Mientras que en el tercer trimestre de 2019 tenía una participación del 48 por ciento, para el mismo periodo de 2020 es del 35 por ciento. Disney+ se ha convertido en su gran rival este mismo año.
El aumento en las suscripciones a las plataformas de streaming también se evidenció en una encuesta realizada por Sherlock Communications en Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México y Perú. Según los resultados, 92 por ciento de los encuestados se suscribieron a una plataforma de transmisión desde 2019, y el 70 por ciento agregó al menos una más en 2020.
En el país, el streaming fue una alternativa perfecta durante la cuarentena obligatoria y hoy forma parte del consumo familiar.
Según la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), cifras del tráfico de internet en noviembre indican que el 60 por ciento sigue distribuyéndose hacia servidores de contenidos como Netflix.
Con el cierre de las salas de cine, las grandes productoras buscaron nuevas maneras de llegar a los usuarios, y una de ellas fue realizar sus lanzamientos a través de las plataformas de streaming. Es el caso de Disney+ con Mulán y otros títulos exclusivos.
Este modelo está eliminando a los intermediarios, como las salas de cine, de manera temporal, pero es probable que las personas vuelvan a los teatros tradicionales una vez se hagan las reaperturas, pues, más que ver un filme, el cine es una experiencia.
“Las películas deben ser una experiencia de cine, con la pantalla gigante, con las sillas que hay alrededor, con el sonido envolvente. El cine es una experiencia de por sí, no es solamente el contar la historia, sino cómo ves esa historia que te está contando un grupo de realización”, puntualiza Gómez.
Más allá de la dura batalla librada por las plataformas de streaming, la gran preocupación está en los cableoperadores, pues el contenido que ofrecen se publica ahora directamente en las plataformas de sus productoras.
Se trata de un tema complejo producto del reacomodo de la industria, y afecta, además, a los emisores (cadenas de televisión y cableoperadores). Lo cierto es que el entretenimiento al hogar cambió. Y de esta guerra por las preferencias del público quizás apenas se esté viendo el primer capítulo.