Un índice clave de la inflación en Estados Unidos mostró que el aumento de precios se mantuvo estable en mayo, mientras que el gasto de los consumidores se desaceleró bruscamente, según datos del Gobierno publicados el jueves.
El índice de precios de los gastos de consumo personal (PCE) se situó en el 6,3 % a doce meses, el mismo ritmo que en el mes anterior, informó el Departamento de Comercio. La tendencia estabilizador podría ser una señal de que los agresivos planes de tipos de interés de la Reserva Federal están empezando a surtir efecto para sofocar el aumento de la inflación, que se ha situado en su nivel más alto en más de 40 años.
El gasto de los hogares subió sólo un 0,2 %, menos de la mitad que en abril, ya que los consumidores se retraen en medio del aumento de los precios. La mayor economía del mundo lleva meses sufriendo una ola de inflación creciente, que se ha visto agravada por el aumento de los precios de la energía como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania.
Excluyendo los volátiles precios de los alimentos y la energía, el PCE subió un 0,3 % en el mes, lo mismo que en abril, y se desaceleró ligeramente hasta el 4,7 % interanual, según el informe.
El índice de precios PCE es el indicador de inflación preferido por la Reserva Federal, al reflejar el gasto real de los consumidores, incluidos los cambios hacia artículos de menor coste, a diferencia del más conocido índice de precios al consumo (IPC), que en mayo subió un 8,6 %.
El PCE también da menos peso a rubros como los alquileres, los vehículos y las tarifas aéreas, que han contribuido al vertiginoso ritmo de subida del IPC.
Un miedo reinante
Cabe resaltar que pese a que desde la Fed se ha cambiado el discurso de “recesión” a “desaceleración de la economía”, la confianza en los mercados no aumenta y por el contrario, la pérdida de poder adquisitivo está generando un desplome en bolsas como la de Nueva York.
Prueba de esto es que Wall Street terminó sin dirección ayer miércoles, en una jornada de alta volatilidad, siempre preocupada por la inflación y los riesgos de recesión.
Cerca de terminarse el peor semestre en la bolsa desde los años 70, el Dow Jones logró ganar 0,27 % a 31.029,31 puntos, pero el tecnológico Nasdaq cedió un marginal 0,03 % a 11.177,89 unidades, en tanto el S&P 500 perdió 0,07 % a 3.818,83.
“Los inversores estuvieron faltos de convicción tras la caída del martes”, comentaron los analistas de Schwab.
El mercado estaba “luchando para encontrar una dirección y sobre todo buenas noticias”, concordó Adam Sarhan, de 50 Park Investments.
“Los inversores enfrentan dos vientos en contra: la Reserva Federal, que es más agresiva, y la tendencia del mercado, que es bajista”, añadió Sarhan, quien espera que los resultados trimestrales de empresas, que vendrán a mediados de julio, “aporten buenas noticias” y destacó que “si no es el caso, habrá que prepararse para más bajas”.
Hasta el momento, el índice principal Dow Jones cae 14,61 % desde inicios de año. El Nasdaq pierde 28,55 % y el S&P 500 20,04 %; cifras que ya pone a pensar a muchos en un bear market o mercado bajista.
“Los temores de una desaceleración del crecimiento y de una inflación persistente continúan frenando al mercado”, resumieron los analistas de Wells Fargo.
El PIB de Estados Unidos se contrajo algo más de lo anunciado en el primer trimestre, con una caída de 1,6 % en proyección anual, una cifra que se conoce tras una revisión a la baja de los gastos de consumo. La última estimación del Departamento de Comercio publicada el miércoles se compara con el dato de -1,5 % divulgado a fines de mayo, a su vez más pesimista que el 1,4 % de retracción consignado en abril.
El PIB se repliega en un contexto de fuerte inflación, profundizada por la guerra en Ucrania, problemas persistentes sobre las cadenas de suministro, una reducción de las ayudas del gobierno y el resurgimiento de casos de covid.
Con información de AFP.