En un documento de casi 200 páginas, la Aeronáutica Civil (Aerocivil) autorizó la integración condicionada entre Viva y Avianca, proceso que se había iniciado en agosto del año pasado, con la llegada del Gobierno de Gustavo Petro.
Ante las preocupaciones del sector sobre una concentración del mercado, que podría llevar a la empresa integrada a tener más del 60 por ciento de participación, y en algunas rutas el control casi que exclusivo, la autoridad aérea puso condiciones que deben cumplir para garantizar la competencia en el sector.
Entre ellas se destacan que se respeten los derechos de los usuarios de Viva, se les reembolsen los tiquetes de vuelos cancelados, se les permita volar a quienes tienen pasajes pendientes de ejecutar y responder a los pasajeros afectados por el cese de operaciones.
Uno de los temas más sensibles es el de los slots, turnos de aterrizaje y despegue en los aeropuertos, en especial en Bogotá, fundamental en la integración. El condicionamiento establece la devolución de los slots “con el propósito de no incrementar las barreras de entrada que a este mercado genera el acceso a la infraestructura del Aeropuerto El Dorado”.
También exige la Aeronáutica mantener el esquema low cost de Viva, la devolución de frecuencias en la ruta Bogotá-Buenos Aires, mantener un límite de tarifas efectivo en las rutas donde la figura producto de la integración quedaría con el ciento por ciento del mercado, y garantizar el dinamismo en las rutas de mayor concentración.
La decisión de la Aerocivil suponía que la turbulencia iba a calmarse, tras los fuertes vientos que soplaron cuando Viva decidió suspender sus actividades, afectó la operación aérea nacional y frustró los viajes de miles de pasajeros.
Pero aún se mantienen las tensiones y la incertidumbre. Por un lado, porque Avianca, tras conocerse el pronunciamiento, señaló que “estudiará a la mayor brevedad la resolución y las implicaciones de las medidas expuestas por la autoridad para determinar la viabilidad en el cumplimiento de las mismas”.
De hecho, como conoció SEMANA, los nuevos condicionamientos son más rígidos en materia de competencia que las ofertas que había presentado Avianca en el proceso, en especial en los slots, donde la medida exige que se devuelvan casi la totalidad de los que tenía Viva.
Avianca advirtió en su pronunciamiento que Viva ya no cuenta con las mismas capacidades –red de rutas, aviones, trabajadores– que tenía antes de la suspensión temporal de sus operaciones.Además, el proceso no será expedito. Caben recursos de apelación y reposición no solo de Viva y Avianca, sino también de los terceros: Latam, Wingo, Ultra Air y Aerolíneas Argentinas.
Y, por otro lado, podría darse un choque de trenes. La Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), a finales del año pasado, abrió investigación y formuló pliego de cargos para determinar si Viva y Avianca se integraron sin la autorización previa de la autoridad competente, tras el proceso de compra de los derechos económicos de Viva por parte de los accionistas de Avianca. A juicio de expertos consultados por SEMANA, la investigación en la SIC en uno de sus escenarios podría derivar en que encuentre responsables a las empresas de una integración sin autorización. Además de las sanciones, que podrían alcanzar hasta el 20 por ciento del patrimonio, esta Superintendencia podría ordenar la reversión de la operación, pero, por el otro lado, la Aerocivil ya le dio vía libre con unos condicionamientos. “Sería un choque de trenes inédito”, dijo un exfuncionario de la SIC.
Por ahora, todos vuelan por instrumentos, pero el combustible se está agotando.