Un proyecto que planea adelantar Ecopetrol en Boyacá tiene enfrentados a dos vecinos de la región: los municipios de Sutamarchán y Villa de Leyva. Se trata de la ampliación de una estación de almacenamiento y bombeo que está ubicada en el área y que, según la empresa estatal, es una obra que necesita el país para transportar el crudo pesado que se extrae de los Llanos Orientales hacia los puertos.La idea de Ecopetrol es ampliar la capacidad de bombeo de la estación de Sutamarchán de 54.000 a 120.000 barriles diarios y el almacenamiento de la nafta (diluyente) que se requiere para mezclarle al crudo pesado. Hasta el momento, buena parte de este insumo se transporta en carrotanques, lo que genera grandes congestiones en las carreteras y deterioro de la infraestructura vial. Con estas consideraciones, Ecopetrol solicitó en diciembre pasado, ante el Ministerio de Ambiente, una licencia para realizar las obras. Y ahí fue Troya.Los habitantes de Villa de Leyva se opusieron al proyecto aduciendo que atentará contra el medio ambiente y contra el patrimonio geológico y arqueológico de la región, pero curiosamente sus vecinos de Sutamarchán no ven un problema allí. Por el contrario, creen que la obra podría traerles una gran oportunidad para el municipio.En Villa de Leyva se conformó el Colectivo por la Defensa Integral del Valle de Saquencipá, que se opone a la obra por razones ambientales y turísticas.Para el alcalde de Sutamarchán, Carlos Roberto Castellanos, todo es cuestión de envidia de la Alcaldía de Villa de Leyva. "El proyecto tiene todos los estudios ambientales, turísticamente no le estorba a nadie, la comunidad lo aprueba, pero el alcalde Germán Vicente Sánchez y el Colectivo se le quieren atravesar porque no queda en ese territorio", dice. El alcalde cree que su municipio saldrá favorecido. La obra, durante año y medio, generaría 400 empleos y Ecopetrol invertirá 8.500 millones de pesos en proyectos productivos y 7.000 millones en el mantenimiento de vías. Además, según Ecopetrol, se garantizaría la movilización de 490.000 barriles diarios de crudo pesado, una vez esté en marcha. La idea de la petrolera es invertir 80 millones de dólares para construir cinco tanques de almacenamiento, uno de agua contra incendio, un sistema de tratamiento de aguas, una línea eléctrica y cinco unidades de bombeo, en 32 hectáreas de las 60 que tiene la planta. El exministro de Medio Ambiente y director del Consejo Nacional Ambiental, Manuel Rodríguez, terció en el debate y afirmó que el verdadero problema radica en que esa región lleva cinco décadas construyéndose a partir de sus múltiples y singulares patrimonios y eso no debería ponerse en riesgo. "Por eso hay quienes ven en la ampliación de la planta un viraje para la vida de la región, por nuevas obras en torno a esta actividad", afirma.Ecopetrol ha realizado 23 jornadas de socialización en las que han participado cerca de quinientos pobladores y autoridades de Sutamarchán, Villa de Leyva, Sáchica y Santa Sofía. El tema está tan caliente que la última discusión terminó casi en golpes.Para Álvaro Castañeda, vicepresidente de Transportes de Ecopetrol, el problema es que en Villa de Leyva "la comunidad piensa que más adelante se realizarán labores de extracción y la región cambiará, por todo el agite económico y social que caracteriza las zonas petroleras en el país".La última palabra la tiene el nuevo ministro de Ambiente, Frank Pearl, quien tendrá que resolver este nuevo capítulo en el debate entre los defensores del medio ambiente y los responsables de la expansión minero-energética.