Un curtido cafetero del viejo Caldas, cuando supo que habían descubierto la roya en una finca cercana a la suya, exclamó: "a mí primero que me traigan un aguardiente, después si hablamos de tristezas". Y no era para menos. La prevención y tratamiento de la enfermedad de los cafetos aumentará el costo de producción por hectárea entre 15 y 20 mil pesos, y con los nuevos precios, la venta de las osho cargas que en promedio se obtienen de una hectárea sembrada de café, sólo producirán 113 mil 200 pesos. Para aumentar el desconcierto, la Federación de Cafeteros, que afronta dificultades financieras por el déficit del Fondo Nacional del Café, ha manifestado repetidas veces que no puede subsidiar el tratamiento de la roya, sino que sus costos deberán ser asumidos en su totalidad por los cultivadores. "No considero afortunada esta decisión de la Federación", opina el ex ministro y productor cafetero Fernando Londoño Londoño, quien tampoco se ha declarado satisfecho con las primeras medidas técnicas para controlar la expansión de la plaga.El optimismo que se respiraba en la región en épocas de la bonanza, hoy se ha transformado en incertidumbre.Los dos recientes aumentos que ha autorizado el gobierno en las últimas semanas, "no han sido suficientes", consideran amplios sectores del gremio. Inicialmente, se elevó el precio interno de 12 mil 800 pesos la carga a 13 mil 900 y a los pocos días, en vista del descontento creciente, se decretó otra alza, de 250 pesos. En total, el aumento del precio interno fue de 10.5%. Aún así, el reajuste es considerado "injusto", ya que la inflación en la región cafetera ha sumado 19.5% entre junio de 1982 y junio de este año.Para el grueso de los pequeños y medianos cafeteros, que son la mayoría, es incomprensible que el 60% del precio externo del café se destine a impuestos. Ellos no entienden "las razones de Estado" que pueden existir para que se adopte este mecanismo que, paradójicamente se ha diseñado para que se beneficie en parte al mismo gremio. A pesar de esto, muchos cultivadores piensan que ellos utilizarían mejor esos impuestos.Además de los gastos en oxicloruro de cobre, que neutraliza el hongo de la roya, hay que emplear más mano de obra en la aplicación de ese elemento, hay que comprar fumigadoras, reducir la densidad por hectárea de los cafetos, adecuar sistemas de riego para el lavado de los árboles y aplicar otra serie de medidas técnicas. Carlos Alberto Sánchez, uno de los propietarios de fincas atacadas por la roya, indicó: "no más una aspersora cuesta en el comercio 60 mil pesos, y en las tierras de ladera este es el único sistema que puede utilizarse".En Brasil, país latinoamericano donde primero apareció la roya, una de las consecuencias de esta plaga fue el incremento en la tecnificación del cultivo, que exigió mayores inversiones. En parte, a este hecho se debe el que allí se haya acentuado la concentración de la propiedad de la tierra cafetera Para contrarrestar este fenómeno posible la Federación ha sugerido que pequeños y medianos cultivadores se asocien para "asumir los riesgos y los costos juntos", teniendo en cuenta el aumento de gastos en el futuro. Hasta el momento se ha detectado que las esporas del hongo se han esparcido hacia el sur de la región cafetera: Quindío, Valle, Tolima y el occidende de Cundinamarca. Temporalmente estarían a salvo de la enfermedad los cafetales de Antioquia y Santander, dos de los departamentos productores más grandes. Sin embargo, técnicos del ICA y de FEDERACAFE sostienen que "la roya se propagará de todos modos" y que "para acabar con ésta primero hay que dejar de sembrar café".Sin embargo, entre los directivos de la Federación de Cafeteros no hay pesimismo. Germán Valenzuela, gerente técnico de ese gremio, señala que la experiencia de los otros países es que "se aprende a vivir con la roya".Considera que lo que hay que hacer en este momento es aprender a utilizar los equipos y a controlar el hongo. Si bien acepta que en la zona cafetera hay desconcierto y angustia, indica que "hay que salir del susto de una vez". No obstante que la plaga se descubrió en el centro de la región, "nos han dado donde era: en el corazón", dice el funcionario, está confiado en los resultados positivos de los planes adelantados por ese gremio. -